La Tempranica

El Teatro de la Zarzuela de Madrid arranca su nueva temporada con el montaje ‘La tempranica’, de Gerónimo Jiménez, dirigida en esta ocasión por el maestro Rafael Frübeck de Burgos y protagonizada por María José Montiel, que se representará los días 20 y 21 de este mes.

El Teatro de la Zarzuela de Madrid arranca su nueva temporada con el montaje ‘La tempranica’, de Gerónimo Jiménez, dirigida en esta ocasión por el maestro Rafael Frübeck de Burgos y protagonizada por María José Montiel, que se representará los días 20 y 21 de este mes.

Estrenada en este mismo teatro el 19 de septiembre de 1900, su partitura, de Gerónimo Giménez, es considerada por muchos como una obra maestra de nuestra lírica, debido a su gran sentido dramático y una formación musical excelente, que le proporcionó un reconocimiento extraordinario.

‘El mundo comedia es’ o ‘El baile de Luis Alonso’ y su segunda parte, ‘La boda de Luis Alonso’ o ‘La noche del encierro’, junto con ‘La Tempranica’, son sus obras más destacadas.

Montiel ha señalado este miércoles durante su presentación que el papel que interpreta fue escrito para una soprano, pero puede ser cantado «por todo tipo de voces», ya que tiene una «tesitura amplia» y permite que una voz «carnosa» se adapte. «Es una gitana muy apasionada», ha dicho.

El director general del INAEM, Miguel Ángel Recio, ha asistido a esta presentación y ha querido rendir homenaje a Rafael Frübeck de Burgos con motivo de su 80 cumpleaños.

Recio ha destacado que su «carácter y el temperamento» lo distingue de otros maestros y ha indicado que «lo mejor no son los conciertos, sino los ensayos», donde demuestra su gran experiencia, que tiene como resultado conocer «al detalle» todo.

OBRA MAESTRA DE LA LÍRICA

El estreno de ‘La Tempranica’ llegó acompañado de una gran expectación debido a sus múltiples aplazamientos, sin motivos aparentes, a lo largo de dos años. Una crítica del momento reflejó en su titular: «¡Por fin, se estrenó ‘La Tempranica!'».

El papel de María fue interpretado por la famosa Conchita Segura, aunque poco después fue sustituida por Matilde Franco. El texto de Romea sufrió un discreto varapalo, quizá con la intención de molestar un poquito al autor, ya que se había extendido la creencia de que su progresivo endiosamiento fue uno de los motivos principales de los múltiples aplazamientos de la obra.