La Zorrita Astuta en Dresde: un cuento para adultos

La Zorrita Astuta en Dresde
La Zorrita Astuta en Dresde. Foto: M. Creutziger

Esta nueva visita a Dresde tiene lugar tras haber transcurrido un mes desde la anulación de la anterior, que tenía por objetivo asistir a la representación de Siegfried con la dirección Thielemann. La nueva visita tiene también como objeto asistir a una representación dirigida por Christian Thielemann, aunque en esta ocasión se trata de un título verdiano. Me estoy refiriendo a Otello. Como complemento se ofrece la ópera de Janacek La Zorrita Astuta.

La Zorrita Astuta es una de las óperas de madurez de Leos Janacek y tiene como mayor originalidad la presencia de hombres y animales del bosque como personajes, lo que ha hecho que en países centroeuropeos se haya convertido en vehículo para atraer a los más pequeños a la ópera. No ha ocurrido así en nuestro país, en el que las apariciones de esta ópera de Janacek han sido más bien escasas. Que yo recuerde, en el Teatro Real van a ser 20 años desde su última representación. Posteriormente, se pudo ver en el Liceu de Barcelona en el año 2001 y en Sevilla en 2004, en ambas ocasiones con compañías británicas al completo.

Dresde decidió hace algo más de 3 años jubilar la producción de Johannes Erath, que durante muchos años había ofrecido una visión de la ópera en forma de cuento, apropiada para los más pequeños. Fue sustituida por una nueva producción del alemán Frank Hilbrich, que decide ir por distintos derroteros, con un resultado bastante discutible.

Frank Hilbrich ofrece la ópera como una especie de recuerdos de un más o menos envejecido Guardabosques, que recogió a la Zorrita y acaba teniendo una auténtica obsesión por ella, rememorando sus experiencias con los animales del bosque. Para ello se ofrece un escenario único y cerrado por paredes, en cuyos laterales se abren puertas para facilitar el acceso de los personajes, mientras que en el fondo se colocan algunas visiones del bosque. Los animales del bosque son más violentos que lo que suele ser habitual en esta opera, particularmente en la escena en que la Zorrita va matando a las gallinas de la casa del guardabosques. Hilbrich convierte en el protagonista de la ópera a este último, que está siempre presente en escena, llamando la atención que sus compañeros de correrías parezcan más bien cabezudos envejecidos en la escena de la taberna. En conjunto, resulta una producción poco amable, no muy adecuada para niños y ofrece más preguntas que respuestas.

La mencionada escenografía única es obra de Volker Thiele, mientras que el vestuario – no muy atractivo – lo es de Gabriele Ruprecht, contando con una adecuada iluminación por parte de Fabio Antoci.

La Zorrita Astuta en Dresde. Foto: M. Creutziger
La Zorrita Astuta en Dresde. Foto: M. Creutziger

Lo mejor de la representación fue la dirección musical, que corrió a cargo del checo Tomas Netopil, demostrando una gran adecuación a la música de Janacek. Han pasado 9 años desde que el fino olfato de Helga Schmidt le llevara a Valencia a dirigir Le Nozze di Figaro. En este tiempo Tomas Netopil ha evolucionado de manera extraordinaria y hoy se ha convertido en un excelente director, especialmente en música de su país. Creo que el teatro Aalto de Essen acertó plenamente cuando le nombró director musical hace casi 3 años, sustituyendo a Stefan Soltesz, que había sido su director musical durante los últimos 16 años. A las órdenes del maestro Netopil estuvo la excelente Sächsische Staatskapelle Dresden.

La protagonista de la ópera, aunque Frank Hilbrich se empeñe en lo contrario, es la Zorrita Bystrouska, interpretada por Vanessa Goikoetxea, que tuvo una convincente actuación escénica y vocal.

Buena también la impresión dejada por la mezzo-soprano Jelena Kordic en el personaje del Zorro, con voz atractiva y bien manejada, aunque tirante por arriba.

El barítono finlandés Jukka Rasilainen fue un buen Guardabosques, que tiene mucho que actuar en esta producción, ya que está siempre presente en el escenario.

Los personajes secundarios estuvieron bien cubiertos. Matthias Henneberg fue un adecuado Cazador, Jürgen Müller lo hizo bien en el maestro de escuela, así como Michael Tews, que doblaba como Párroco y Tejón.

El resto de personajes fueron interpretados por Lucie Ceralova (la mujer del guardabosques y el búho), Angela Liebold (el Perro joven), Birgit Fandrey (Gallo y Urraca), Gerald Hupach (Posadero) y Elisabeth Wilke (Pájaro Carpintero).

La Semperoper ofrecía una entrada de alrededor del 80 % de su aforo. El público se mostró cálido, aunque no entusiasmado, en los saludos finales, siendo los mayores aplausos para Tomas Netopil.

La representación comenzó puntualmente y tuvo una duración de 1 hora y 30 minutos, sin intermedios. Duración musical de 1 hora y 26 minutos. Seis minutos de aplausos.

El precio de la localidad más cara era de 71 euros, habiendo butacas de platea al precio de 57 euros. La localidad mas barata con visibilidad costaba 18 euros. Así da gusto.

José M. Irurzun