La música de cine surgió en los albores del séptimo arte como una forma de disfrazar el insoportable ruido que hacían los primeros proyectores, ya que no existían cabinas de proyección con paredes aislantes. En estos primeros pasos de la música de cine se contaba con pianistas, organistas y en algunas ocasiones con orquestas que amenizaban las películas mudas. En este artículo de Opera World queremos rendir homenaje a algunas de las Bandas Sonoras más importantes de la historia. Composiciones que cambiaron el rumbo de la historia de la música para cine por uno u otro motivo.
King Kong (Max Steiner, 1933)
La música que el compositor austriaco Max Steiner (1888-1971) escribió para la película de Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack está considerada como la primera obra maestra del séptimo arte, lo que la convierten sin duda en una de las Bandas Sonoras más importantes de la historia. Steiner quiso dotar a la música de un fuerte componente psicológico que salvara las deficiencias técnicas del filme de la RKO (que se encontraba al borde de la quiebra). La música debía inspirar el terror que el gigante gorila, nada realista, no conseguía inspirar. La composición de Steiner (alumno de Gustav Mahler) adelantaba al espectador la angustia de la presencia de la bestia antes incluso de que esta hiciera acto de presencia, lo que se trataba de un recurso muy novedoso que huía de la mera descripción de las imágenes.
Ben-Hur (Miklós Rózsa, 1959)
Representante de la edad de oro de Hollywood, la oscarizadísima adaptación de la novela homónima de Lewis Wallace cuenta con una de las bandas sonoras más importantes de la historia por su calidad, duración, influencia en obras posteriores y espectacularidad. Miklós Rózsa contó con 18 meses para componer la música de esta imprescindible película inspirada en la Antigua Roma, tiempo más que suficiente para firmar una obra maestra con algunas de las más hermosas melodías y con algunas de las mejores fanfarrias de la historia del cine.
Desayuno con diamantes (Henry Mancini, 1961)
La inolvidable película de Blake Edwards protagonizada por Audrey Hepburn es una de los grandes ejemplos de las bandas sonoras que incorporaron el jazz sinfónico dejando de lado las grandes obras sinfónicas que habían imperado en Hollywood prácticamente desde sus orígenes. Incorpora una canción, Moon River, que evoluciona a lo largo de la película y que articula el resto de la banda sonora.
Star Wars (John Williams, 1977)
La obra maestra de John Williams ocupa, por mérito propio, un lugar principal entre las bandas sonoras más importantes de la historia. Star Wars supuso el redescubrimiento del sinfonismo para Hollywood y el uso del leitmotiv wagneriano en la música de cine, algo prestado de la música de cine del gran Erich Wolfgang Korngold.
Blade Runner (Vangelis, 1982)
El compositor griego Vangelis recreo el mundo futurista y casi de cine negro de Ridley Scott gracias a la incorporación del sintetizador. Sin embargo, una pésima edición discográfica han relegado esta BSO a un lugar que no le corresponde por su alta calidad. Acerca de esta excepcional banda sonora, y en especial sobre este asunto, recomiendo la lectura de este artículo.
EXTRA
El señor de los anillos (Howard Shore, 2001-2003)
ELB