Las aceleradas Bodas de Figaro de Jacobs en el Palau de la Música de Barcelona
Le nozze di Figaro, ópera buffa en cuatro actos de W.A.Mozart, con libreto de L.Da Ponte.
Versión concertante. Palau de la Música Catalana. Ciclo Palau 100. 7 de Diciembre de 2013
Pietro Spagnioli, comte d’Almaviva
Rosemary Joshua, comtessa d’Almaviva
Sophie Karthäuser, Susanna
Konstantin Wolff, Figaro
Anett Fritsch, Cherubino
Isabelle Poulenard, Marcellina
Thomas Walker, Don Curzio|Basilio
Marcos Fink, Bartolo|Antonio
Lore Binon, Barbarina
Cor de Cambra del Palau dela Música Catalana
(Josep Vila i Casañas, director)
Freiburger Barockorchester
René Jacobs, director
Con un lleno absoluto el Palau de la Música Catalana sigue adelante en su proyecto de la tetralogía más popular de Mozart en versiones de concierto con el director Rene Jacobs en uno de los ciclos de conciertos más caros de toda España, Palau 100, con entradas que iban de 25 a 175€.
Si la temporada pasada fue la Flauta Mágica esta vez pudimos gozar con las aventuras palaciegas de los criados y señores que ideó como denuncia social y política Beaumarchais.
Esta producción ya escuchada en la Sala Pleyer de París el 11 de octubre con los mismos efectivos menos el coro que era de la casa podemos decir en general que fue de una gran calidad en cuanto a orquesta y coro se refiere, si bien el cast principal fue desigual y de una calidad que los programadores tendrían que revisar de cara a las otras dos citas de las temporadas futuras. No se puede traer un director tan eminente, con una orquesta excelente y unos solistas siendo generosos en nuestra apreciación rozando la corrección y más siendo una versión concertante (aunque se ayude con movimientos escénicos y un atisbo de vestuario) que no exige un largo tiempo de ensayos.
Pudimos deleitarnos con una versión apenas cortada incluyendo la totalidad de las arias y con un cuidado exquisito en los recitativos por parte del pianofortista enriqueciendo con improvisaciones los enlaces de escenas.
Rene Jacobs disfruta con Mozart, se divierte y hace que sus músicos y el público se entusiasme con los juegos orquestales, la tímbrica y las dinámicas puramente teatrales salidas de la pluma del genio de Salzburgo. Con unos tempi altamente vertiginosos ya nos anunció Jacobs desde la obertura esta “giornata di folli”a que iba a ser el concierto.
La exactitud y flexibilidad de la orquesta barroca de Frigurgo fue el plato fuerte de la velada, sus articulaciones en la sección de cuerda fueron toda una recreación que se contagió al resto de las secciones si bien el oboe solista en algún momento resultó excesivo duro y poco legato en el acompañamiento del aria de la Comtessa “Dove sono”, pero fue la excepción de un trabajo admirable aunque con un exceso de dureza en algunos momentos en los que tal vez se hubiera preferido suavizar esta opción de Jacobs.
El Cor de Cambra del Palau cumplió con creces su calidad y saber estar en las breves intervenciones que en esta partitura posee, destacando las intervenciones de dos de sus miembros, Natàlia Casasús y Magda Pujol de bellas voces y empaste perfecto.
Los nueve papeles principales fueron desiguales y algunos inexplicablemente erróneos en la elección quedando en mejor lugar las mujeres que los hombres.
Cherubino y Susana fueron las estrellas de la noche tanto por su talante escénico como por su calidad vocal sacando partido de sus arias y recitativos con personalidades propias en los da capo enriqueciendo con ornamentos y fioritture tan originales como casi ya pre-ottocentescas.
Barbarina fue una pena que sólo se pudiera insinuar a través de su corta arietta y recitativos la belleza de su voz y su buen estilo mozartiano, cosa que no puede hacerse extensivo a las interpretes de Marzellina y el excelso rol de la Comtessa que con voces sin brillo, problemas de fiato y afinación hicieron muy mal papel de estos roles.
En cuanto a la parte masculina fue donde se notó de una manera más preocupante el bajo nivel de los intérpretes con un Figaro que no sabía donde se metía con este rol, ya que ni el italiano era a veces comprensible, los recitativos fuera de estilo y las arias con graves problemas de engolamiento, dificultad en las notas agudas e imperceptible registro grave, un triste debut en una sala como el Palau de la música y de extrañar la elección de Jacobs con este joven cantante.
En sus dobles papeles de Antonio/Bartolo el bajo M.Fink que ya vimos ciertas carencias el año pasado en su Sarastro se han hecho más patentes en el aria de inicio de Bartolo con una falta de brillo y alguna nota de poca definición. T.Walker no teniendo una voz de bello timbre supo sacar buen partido de sus dos partiquinos Don Curzio/Basilio enriquecidos con el movimiento escénico.
Pietro Spagnoli reconocido como uno de los mejores Figaros de las últimas décadas aquí estaba en el rol de Comte que aunque defendido con buena intención no acaba de cuadrarle del todo ya que encontramos que le falta esa nobleza de timbre requerido para el papel opuesto al buffo sirviente, si bien fue el mejor con diferencia en estilo, voz y prestaciones canoras
Le nozze es puro teatro y por tanto se necesita una frescura y una libertad e incluso improvisación que a veces la dirección excesivamente estricta, controlada, vibrante y rápida de Jacobs no permitía y es esto lo que tal vez junto con un reparto no adecuado puso un poco de gris en este tapiz lleno de colores trepidantes y variados mozartianos que el público celebró con grandes aplausos al final del concierto.
Ojalá que para las siguientes ediciones los gestores puedan sugerir intérpretes o bien de reconocida calidad o sino al menos nacionales ya que hemos escuchado Comtessas y Figaros nacionales mucho más interesantes que los presentados por Jacobs.
Nicolás Piquero