Las cartas de Frida, ópera de toilette

Una “ópera de toilette” rescata a la Frida Kahlo “auténtica” y escritora

Esta ópera, estrenada en 2011 en Heidelberg (Alemania), presentará el 23, 24 y 25 de agosto en la capital mexicana algunos de los textos de Frida (1907-1954) en clave musical

México podrá disfrutar de nuevo de su pintora Frida Kahlo, pero esta vez a través de “Las cartas de Frida, ópera de toilette”, una puesta en escena que rescatará “la autenticidad de su obra” frente al “terrible uso comercial” hecho con ella, según su directora.

Esta ópera, estrenada en 2011 en Heidelberg (Alemania), presentará el 23, 24 y 25 de agosto en la capital mexicana algunos de los textos de Frida (1907-1954) en clave musical.

La obra ya se presentó en esta ciudad, en el Centro Cultural Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a unos ocho kilómetros de la Casa Azul, donde nació y murió esta artista y en el lugar que se encontraron en 2004 su diario y varias cartas en el baño.

De esas misivas, tanto de amor a Diego Rivera como dirigidas a sus amigos y sus distribuidores de droga, los autores han rescatado doce -publicadas e inéditas-, en las que Frida habla con “palabras tan elocuentes como su pintura” de la creación artística, el dolor, el surrealismo, sus relaciones personales y sus ideales.

Esta ópera de cámara, rebautizada con un juego de palabras como “ópera de toilette”, se acerca a una artista “auténtica” y “comprometida políticamente”, dijo Jesusa Rodríguez, una de las directoras escénicas de la obra.

Frida, junto a Rivera, “le dio a México una de las cosas más importantes: el rescate del aprecio por la cultura prehispánica” y la apuesta por la descolonización, explica en una entrevista con Efe la también actriz de “Donna Giovanni” (1983) y “Macbeth” (2002), entre otras. La pintora apoyó a los pueblos indígenas, colonizados “a sangre y fuego”, al vestir sus trajes tradicionales y simbolizar así su “resistencia”, que “sigue viva en su ropa”, dice Rodríguez, mientras señala sus propias vestimentas, también tradicionales.

“Para mí es la aportación más grande de Frida, independientemente de su trabajo como pintora”, comenta de una artista que “amó muchísimo a este país”, como demuestra con su obra, y que “estuvo a la altura” de una “extraordinaria” cultura mexicana. Rodríguez admite que no es posible reflejar en esta ópera la personalidad de la artista mexicana, sino que lo que buscan es un acercamiento actual a la idea que tienen sobre Frida.

“A menos que ocurra la alquimia del teatro y de pronto un día Catalina -ya le está pasando, ya le pasó en una función- (…) se vea poseída del personaje”, replica.

 

La cantante Catalina Pereda considera que “darle voz a un personaje tan icónico” es “un gran reto”, y explica que el registro vocal tendrá que ser “muy variado” para afrontar los géneros de la ópera, corridos y rancheras.

 

Su madre, Marcela Rodríguez, que admite compuso la música pensando en ella, destaca que la originalidad de la ópera reside en que “no hay ninguna historia” narrativa, sino que se trató de “musicalizar” las cartas de una artista que “jamás se quejaba”, a pesar de sus dolores.

 

Víctima de un accidente en 1925, Frida Kahlo se partió la columna vertebral, la clavícula, varias costillas, la pelvis y una pierna en once lugares distintos, y sufrió más de 30 operaciones a lo largo de su vida. A raíz del accidente y su reposo en la cama, la autora de “My dress hanging there” (Mi vestido colgando allí), “La columna rota” y “Sandías con leyenda: Viva la vida”, entre otras muchas, comenzó a pintar y se relacionó con el muralista Diego Rivera, con el que se casó dos veces.