Les Arts concluye su temporada con un potentísimo ‘Wozzeck’

                                                                          Les Arts Wozzeck Por Pedro Valbuena

Es de suponer que las arduas negociaciones entre el comité de empresa y la gerencia de Les Arts no llegaron a buen puerto hasta muy poco antes del estreno del último título de la temporada.  Los medios habían insinuado que las desavenencias, que ya habían producido algún parón en otra representación, amenazaban seriamente el estreno de Wozzeck. Tan sólo un día antes, se anunciaba que la representación tendría lugar según lo previsto y sin interrupciones, ya que se había llegado a un acuerdo entre las partes. Probablemente, esta incertidumbre fue uno de los motivos que ahuyentó al público, haciendo que el aforo de la sala apenas sobrepasara la mitad.

El empeño personal del director artístico Jesús Iglesias ha traído hasta Les Arts una de las obras más controvertidas y fundamentales del repertorio operístico del s. XX. No obstante, habría que decir también que Wozzeck es una ópera frecuentemente representada en los grandes auditorios del mundo, y particularmente en Europa, con lo cual, y sin restar mérito a la apuesta de Iglesias, no podemos decir, ni mucho menos, que haya sido un salto al vacío.

Compuesta en un periodo considerablemente largo, tuvo como contexto histórico una Europa que, todavía convulsa por los estragos de la gran guerra, se encaminaba hacia otro cataclismo. Ha sido considerada por muchos como una obra maldita, pero ello se debe al carácter sombrío de esta obra maestra, y sobre todo, a que el compositor tuvo innumerables problemas para convencer a los empresarios de su época.

Un momento en la representación de Wozzeck © Miguel Lorenzo y Mikel Ponce – Les Arts 2022

Wozzeck es un ser atormentado, que llega al límite de su existencia ante la mirada inmisericorde de quien le empuja al abismo de la demencia y la autodestrucción. Alban Berg recurrió a sus propias dotes de escritor para adaptar a su conveniencia el texto de una obra teatral de Büchner, que le había impresionado profundamente tiempo atrás. La partitura es de una complejidad desalentadora, y es la primera vez que a veinte minutos de la representación, el foso estaba lleno de instrumentistas que daban un repaso de última hora a los pasajes más exigentes. La música, aunque fuertemente anclada en la tradición formal, desborda los límites de la tonalidad y de la armonía convencionales y se adentra en un nuevo universo estético. Les Arts Wozzeck

James Gaffigan dirigió al arsenal de intérpretes que requiere la partitura de forma clara, convencido del proyecto y con criterio. Mantuvo a la orquesta en el volumen adecuado, lo que permitió brillar a los cantantes, y extrajo de ella colores hasta ahora inadvertidos. No habíamos podido verle dirigiendo música escénica desde el controvertido Requiem de Castelucci. Entre aquello y esto yo no dudaría… Esta vez no se le desgobernó nada y todo fluyó convenientemente. La orquesta estuvo soberbia y y ni un solo roce se pudo apreciar en todo el pentagrama. La cuerda, afinadísima y con fraseo claro, venció las mil diabluras escritas por Berg sin aparente dificultad. El ensamblaje con la camerata que aparece en escena y el número cabaretesco del piano fue perfecto. Lo único que chirría un poco es el hecho de que el director musical de les Arts, que es un teatro de ópera, haya llegado por los pelos a dirigir lo que para él sería, en sentido estricto, su primera, última y única ópera en toda la temporada, temporada que además era la de su propia presentación como flamante director.

Alexandra Ionis (Margret) y Peter Mattei (Wozzeck) © Miguel Lorenzo y Mikel Ponce – Les Arts 2022

El barítono sueco Peter Mattei fue un excelente Wozzeck. Atormentado y perturbado, asumió con pasmosa facilidad la vertiente trágica del personaje, y su dominio técnico, fruto de una carrera verdaderamente reseñable, le permitió afrontar la complejidad extrema de esta partitura sin aparente esfuerzo. Su voz, deliberadamente privada de brillo y llevada al límite sin estrangulamiento, nos condujo de forma convincente hasta la sinrazón final. Convirtió a su personaje en una criatura viva y moribunda al tiempo, y la ternura, el amor, la angustia y la desesperación se dibujaron en sus gestos contenidos y en su perfecta emisión.

Compañera perfecta de viaje fue la soprano Eva-Maria Westbroek, que exhibió una voz contundente a la altura de la exigencia dramática de su personaje, y cuya afinación fue especialmente destacable, quizá porque su parte no prescribe parloteos y falsetes como la del resto de personajes, sobre todo la de los más abyectos. Su presencia llenó el escenario, incluso en los momentos en que se encontraba sola, y su ominoso final impresionó grandemente.

Christopher Ventris, que al igual que Westbroek ya ha visitado nuestra ciudad en varias ocasiones, defendió el rol del maquiavélico y cruel Tambor Mayor. Cantó resueltamente y con muy buena proyección, si bien sus continuas entradas y salidas de escena hacían más difícil degustar su espectacular voz. El Capitán de Andreas Conrad, caracterizado como un híbrido entre Fétido Adams y un luchador de sumo, tuvo por fuerza que moverse con menos soltura, y sus pasitos chapoteando el encharcado suelo fueron un recurso utilizado en exceso. No obstante hizo creíble su repulsivo personaje a través de un canto y una semideclamación seguros y estudiados. Les Arts Wozzeck

Andreas Conrad (capitán) y Eva-Maria Westbroek (Marie) en Wozzeck © Miguel Lorenzo y Mikel Ponce – Les Arts 2022

Franz Hawlata, que tiene una voz algo más recogida, encarnó al delirante Doktor y dramáticamente funcionó muy bien. Destacable también, dentro de este larguísimo elenco, fue la Margret de Alexandra Ionis, interpretada con soltura y atendiendo bien a los matices tanto sórdidos como ligeros que exige este personaje secundario. El resto de caracteres, con un peso específico menor dentro de la trama, estuvo francamente bien y todo ello redondeó un espectáculo vocalmente irreprochable desde el punto de vista de los solistas.

El Cor de la Generalitat tuvo un papel más coreográfico que musical, pero en ambos casos resolvió la papeleta con la profesionalidad a que nos tiene acostumbrados. Sonó empastado y la afinación sólo se resintió ligeramente en la primera intervención. La Escolanía de la Mare de Déu, colaboradora habitual de Les Arts, prestó sus prístinas voces a este espectáculo siniestro y demente con tan buen resultado que no sé si decir que hasta los niños resultaron inquietantes. Muy destacable fue el papel del niño Adrián García, el malhadado hijo de Marie. Les Arts Wozzeck

El montaje, proveniente de la Bayerische Staatsoper yel New National theatre de Tokio, era sencillamente impresionante. La dirección de escena de Andreas Kriegenburg y la escenografía de Harold B. Thor han constituido un verdadero desafío para todo el equipo técnico de Les Arts, y ha debido poner en funcionamiento hasta el último recurso que este gran teatro puede ofrecer. No creo que haya muchos teatros en Europa capaces de satisfacer las exigencias de una producción como esta. La cosa no es para menos. A un escenario completamente inundado, se suma un cubo de proporciones gigantescas que se desplaza ingrávidamente por el espacio escénico como si de un mal sueño se tratase. Este gran elemento, al más puro estilo del brutalismo arquitectónico, es a la vez hogar del protagonista, consulta del inquietante Doktor, espacio para el amor  y alegoría de la mente humana y la opresión. Oscilando casi imperceptiblemente de un lado a otro de la escena, producía una sensación de distorsión óptica y desasosiego interior.  Su claustrofóbico color gris, a juego con el vestuario y la iluminación, y sobrepuesto al negro del vacío escénico trasero, propiciaron una asfixiante atmósfera de mal sueño y desnuda belleza, bastante difícil de describir pero sumamente convincentes.

Detalle de la escenografía de Wozzeck © Miguel Lorenzo y Mikel Ponce – Les Arts 2022

Les Arts ha cerrado su programación brillantemente con este Wozzeck, y a la vez ha ensanchado su propio horizonte de forma irrefutable. Es cierto que el teatro no estuvo lleno y que algunas personas abandonaron la sala en el primer acto, pero el espectáculo que presenciamos anoche no debe pasar inadvertido, porque es extraordinario en casi todos sus aspectos.  Les Arts Wozzeck

No esperen una música amable ni una historia con concesiones finales, pero si tienen oportunidad, por favor no se la pierdan.

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Valencia, 26 de mayo de 2022. Palau de les Arts. Wozzeck de Alban Berg. James Gaffigan, dirección musical. Andreas Kriegenburg, dirección de escena. Harald B. Thor, escenografía. Peter Mattei, Wozzeck. Eva-María Westbroek, Marie. Christopher Ventris, tambor mayor. Andreas Conrad, capitán. Franz Hawlata, doctor.  Tansel Azkeybek, Andrés. Alexandra Ionis, Margret. Patrick Guetti, primer aprendiz. Yuriy Hadzetsky, segundo aprendiz. Joel williams, un loco. Jorge Franco, un soldado. Adrián García, hijo de Maria. Orquestra de la Comunitat Valenciana. Cor de la Generalitat Valenciana, (Francesc Perales, director). Escolanía de la Mare de Déu del Desemparats (Luís Garrido, director). Opera World