Les contes d’Hoffmann de ABAO Bilbao Opera: un principio feliz

contes d’Hoffmann de ABAO   Por Joaquín Ferro

Este pasado sábado veintitrés de octubre hemos podido asistir a la primera de las siete producciones que ABAO Bilbao Opera ha programado para esta temporada. Se trata de Les contes d’Hoffmann, de Jacques Offenbach, de la cual se ofrecerán cinco representaciones. Una de ellas estará dedicada a los profesionales que nos están ayudando durante la pandemia por Covid. Vaya desde aquí también para ellos nuestro sincero agradecimiento. contes d’Hoffmann de ABAO 

No solo las instituciones y entidades privadas están detrás de la cultura, es el público el que la alimenta, un público informado y formado, pero no olvidemos que el fin último del arte es despertar  nuestra sensibilidad.  Encontrarse en un espacio como el Euskalduna en medio de una de las expresiones artísticas más sugestivas, mientras que en la calle se está llevando a cabo un acto deportivo y unos cientos de metros más allá, un estadio vibra con la emoción del fútbol es una muestra clara de que las elecciones de vida son múltiples y que en parte dependen de nosotros mismos.

Sucede que a todos los que amamos la ópera cualquier ocasión nos parece propicia para disfrutar de ella, pero esta experiencia va más allá del mero disfrute, es un aprendizaje. Y ciertamente, esto es lo que viví este sábado. No cabe duda de que estábamos ante una producción del Gran Teatro de Burdeos; el director de escena Vincent Huguet  nos trajo las escaleras de su hall hasta el escenario del Euskalduna, aunque este fue el único ‘espíritu francés’ que vino con el montaje.

ABAO Bilbao Opera. Les contes d'Hoffmann. 70 Temporada ©E. Moreno Esquibel_5523
Les contes d’Hoffmann de ABAO   Detalle de la escenografía                         © E. Moreno – ABAO Bilbao Opera 2021

En la escenografía, respecto a lo estático, es justo reconocer que siguen funcionando las estructuras movibles y versátiles para crear distintos ambientes en cada cuadro de la obra y que con el juego de la iluminación se consigue un gran efecto. Sin embargo, respecto a lo dinámico, no comprendo por qué tantos directores se empeñan en supeditar al concepto escénico la técnica vocal de los cantantes, forzándoles a cantar tumbados, arrodillados, en cuclillas, incluso de espaldas, o con un vestuario nada apropiado. No se trata del Mozart de Amadeus de Milos Forman, que podía tocar el piano de espaldas gracias a la magia de la postproducción. En directo, una vez emitido un sonido, no hay segunda oportunidad que valga.

Soy el primero que entiende que la estética seduce, pero no hay que olvidar que esta está al servicio de la música y que, aunque un cantante sea versátil, no es su nuca lo que proyecta el sonido a un patio de butacas. Si bien el Coro de la Ópera de Bilbao realizó un gran trabajo en sus números, no se debería involucrar en ‘coreografías’ que, aun formando parte del lenguaje visual, resultan un poco forzadas y dificultan su tarea de seguir la batuta del director que se encuentra en el foso. Quizás se podría mirar frente al Euskalduna; cruzando la ría se encuentra el conservatorio. Allí, además de la disciplina del canto, también se imparten disciplinas de danza y teatro cuyos alumnos estarían en sintonía perfecta con las demandas físicas de la escena.

Es sumamente gratificante escuchar con qué pasión el público, durante los descansos, defiende su punto de vista sobre la representación. Muchos de estos comentarios surgen de la emoción, no del conocimiento, y esta emoción la podemos vivir todos; solo hay que acercarse a un teatro, escuchar y dejarse emocionar. La escucha profesional es la que aplicamos desde la crítica y que nos obliga a reseñar en su caso, cómo una orquesta, en una representación como la que nos ocupa, parece tener su propio criterio a la hora de seguir al director o cómo se canta la música francesa como si estuviésemos ante una obra cumbre del verismo italiano. Carlo Montanaro dirigió a una Sinfónica de Bilbao rebelde en los tiempos y sonoramente autoritaria en los unísonos y disonancias, a pesar de lo cual, en algunos pasajes traslució la visión musical del director.

No se debe pasar por alto el trabajo de los partiquinos como Fernando Latorre, José Manuel Díaz y Gexan Etxabe, que nos son ciertamente familiares y que, con los años de oficio que llevan a sus espaldas, consiguen dotar de calidad a esos pequeños papeles que, en su dificultad, son imprescindibles en cualquier representación. Es de destacar a Mikeldi Atxalandabaso que pudo dejar claro que en lo pequeño y no tan pequeño es un sólido intérprete.

Les contes d’Hoffmann – Simón Orfila 70 Temporada                                       © E. Moreno – ABAO Bilbao Opera 2021

Michael Fabiano resulta impresionante en su capacidad para mantener durante toda la representación (recordemos que son más de tres horas de función) una intensidad vocal constante; si bien es cierto que, una ópera en la que la música es más bien de circunstancia, se agradecería hubiese algún tipo de matiz o delicadeza en el canto, ya que la acústica del teatro no sería óbice para su apreciación. En la misma línea se encontrarían el resto de los protagonistas. La agresividad del barítono Simón Orfila al emitir, indudablemente, encaja en los diferentes roles que interpreta, sin embargo, como pasa con los sabores fuertes, aunque impresiona puede acabar siendo excesivo.

Antes de reseñar el trabajo de la voz femenina del trío protagonista, veo la necesidad de hacer un inciso. Es evidente que estamos ante una obra fruto del siglo XIX, no obstante es muy descorazonador que en la reinterpretación de la obra, Hoffmann continúe sufriendo porque las mujeres que se ha encontrado son ‘imperfectas’ en diferentes facetas. Ahora que varios teatros, como el Royal Opera House, están revisando el repertorio clásico para adaptarlo a las ‘nuevas sensibilidades culturales’, deberíamos plantearnos  si esa es la imagen de lo femenino que queremos mostrar.

Una vez dicho lo anterior, en esta ópera hay cuatro papeles de mujer que, en esta ocasión, son representados por una única soprano.  Jessica Pratt se ha enfrentado a la tarea con un repertorio gestual que diferencia claramente a los cuatro personajes, pero en lo vocal, no se puede apreciar una clara diferencia en su interpretación. Si bien es incuestionable la calidad de sus sobreagudos, no es, precisamente, una cualidad que podría hacerla destacar en este contexto que implica cantar distintos roles con cualidades muy definidas.

Les contes d’Hoffmann – Michael Fabiano y Jessica Pratt                                     © E. Moreno – ABAO Bilbao Opera 2021

La mezzo Elena Zhidkova cumple con su papel, quizás se escuche un cierto oscurecimiento en su voz en ciertos momentos, como en su intervención en el número de la taberna, pero cuando su cualidad se manifiesta es totalmente adecuada al ‘disfraz’ con el que se viste en cada uno de los actos.

Uno de los hitos que redime muchos de los dislates es poder disfrutar con Moisés Marín como ‘padre’ de Olympia. Su duelo con Hoffmann no es solo de bastones sino de ideas musicales. Cuenta con un instrumento que no posee las cualidades del de Michael Fabiano pero su calidad e inteligencia tienen l’esprit que gana en la pugna.

Esta obra está escrita con una música, como ya se ha mencionado, de ‘circunstancia’, a la que para vestir su supuesta pobreza se insufla vida mediante la interpretación. Se precisa de delicadeza en los matices, exquisitez en la dicción y una línea de canto, que no de fiato,  que deje claro su objetivo. En la música francesa no hay arias redentoras, es preciso un trabajo de filigrana, no de efectos, y en esta representación no se ha llegado a ese punto, si bien, tiene otros méritos.

No me cansaré de recomendar acudir al teatro y disfrutar de la música, como ya he dicho, la emoción es tan válida como la razón y ya lo dijo Blaise Pascal, “el corazón tiene razones que la razón no entiende”. contes d’Hoffmann de ABAO 

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70ª Temporada de ABAO Bilbao Opera. Palacio Euskalduna de Bilbao, 23 de octubre de 2021. Les contes d´Hoffmann, de Jacques Offenbach. Michael Fabiano, Jessica Pratt, Elena Zhidkova, Simón Orfila, Mikeldi Atxalandabaso, Moisés Marín, José Manuel Díaz, Fernando Latorre, Gexan Etxabe. Coro de Ópera de Bilbao. Orquesta Sinfónica de Bilbao. Director musical: Carlo Montanaro. Director de escena: Vincent Huguet. contes d’Hoffmann de ABAO