Les femmes vengées. Philidor. Washington
Libreto de Michel-Jean Sedaine
Terrace Theater. Kennedy Center
17 de enero de 2014
No es habitual que el propio libreto pida a los espectadores misericordia a la hora de enjuiciar la ópera que están viendo. Hacia la conclusión de Les femmes vengées, el estribillo de uno de los sextetos finales –“para tener una vida agradable no mires las cosas de cerca”– invita a hacer la vista gorda no solo ante los defectos o incluso pecadillos del marido o la esposa, sino también ante las deficiencias de la misma obra. Aunque la calidad vocal de esta producción de Opera Lafayette, grupo de Washington dedicado a cultivar la opera francesa, sobre todo barroca, se movió en un espectro medio, la iniciativa de poner en escena esta ópera cómica emparejándola con Così fan tutte tiene un claro interés.
Les femmes vengées, estrenada en París en 1775 con música de François-André Danican Philidor y libreto de Michel-Jean Sedaine, aborda el reto que supone mantener la fidelidad matrimonial. Es un juego de enredos en el que dos parejas –dos amigos y sus esposas, hermanas– ven sometida a prueba la lealtad a su cónyuge. La trama parece un espejo de la de Così, sobre la que Les femmes vengées pudo haber influido. Incluso el tipo de voces es similar. Ryan Brown, director artístico de Opera Lafayette, defiende esa influencia y, para remarcar las similitudes, su compañía ha llevado a escena las dos obras al mismo tiempo, con el mismo decorado y los mismos cantantes. Para emparejar aún más el formato, se introdujeron algunos cambios en una nueva versión de Così, estrenada por Opera Lafayette el pasado mes de octubre: se redujo su duración, se cantó en francés y sus recitativos pasaron a ser dialogados. El resultado sorprendió, porque parecía hacer aflorar un ADN relacionado con la opéra comique que daba filiación a una frivolidad que el público de Mozart consideró ajena. Dentro de este proyecto, el estreno de Les femmes vengées, obra de un solo acto de unos noventa minutos, se presentó como una segunda parte de Così, como si fueran escenas de unos años posteriores, después de que las dos parejas de novios de la ópera de Mozart llevaran ya un tiempo casados. Y la criada Despina, ahora casada con un pintor y llamada Delphine, volvía a ser el eje del enredo.
El título Les femmes vengées hace referencia a la venganza de las dos esposas, que ante el flirteo de sus maridos con Delphine simulan hacer lo mismo con el pintor. La régie de Nick Olcott extrajo bien la comicidad de las situaciones. La concepción del decorado permitió seguir las reacciones de ambas parejas ante la infidelidad, real o aparente, de sus cónyuges. Los personajes se escondían en dos estancias, una a cada lado del escenario y sin paredes frontales, dejando ver al público sus gestos y exclamaciones de consternación ante lo que oían que sucedía en un salón central.
En cuanto al reparto, la mayoría de los cantantes eran de origen canadiense, lo que ayudó a que la dicción en los diálogos fuera fácilmente entendible. La soprano Claire Debono respondió bien a la mayor exigencia vocal que suponía su papel de Delphine (Madame Riss), y también convenció en algún momento, sobre todo hacia el final, el tenor Antonio Figueroa (Monsieur le Président). Destacaron menos el barítono Alex Dobson (Monsieur Lek), la mezzo Blandine Staskiewicz (Madame Lek), la soprano Pascale Beaudin (Madame la Présidente) y Jeffrey Thompson (Monsieur Riss). No obstante, las finales interpretaciones como ensemble permitieron una coronación con buena nota. Ryan Brown dirigió la pequeña Opera Lafayette Orchestra sin prisas, como valorando las notas que iban saliendo de una partitura hoy apenas escuchada.
Madame la Présidente: Pascale Beaudin
Madame Lek: Blandine Staskiewicz
Monsieur Lek: Alex Dobson
Monsieur le Président: Antonio Figueroa
Madame Riss: Claire Debono
Monsieur Riss: Jeffrey Thompson
Conductor: Ryan Brown
Director: Nick Olcott
Decorado: Misha Kachman
Vestuario: Kendra Rai
Luces: Colin K. Bills
Emili J. Blasco
