L’italiana in Algeri en el Teatro alla Scala

L’italiana in Algeri en el Teatro alla Scala  Por Bernardo Gaitán

En 1805 Antonietta Frapolli, una señora de la alta clase milanesa fue raptada por los piratas y llevada al harem de Mustafá ibn Ibrahim, entonces Bey de Argelia. La noticia de este insólito hecho corrió como la pólvora por toda Italia, llegando hasta los oídos del jovencísimo Gioachino Rossini, quien vio un futuro prometedor en la historia –sobre la que para entonces ya se había hecho un libro y varias crónicas- y le pidió a Angelo Anelli que trabajara en un libreto para musicalizarla, el cual terminó en menos de un mes.

Así nació uno de los títulos rossinianos más representados en la actualidad: La italiana en Argel (título original: L’italiana in Algeri). Desgraciadamente, muchas de las costumbres impresas en la obra estrenada en 1813 siguen muy vigentes en la actualidad. Para muestra, la primera estrofa de la ópera donde el coro de eunucos dice a Elvira, esposa del Bey Mustafá y a su esclava ZulmaBorren esas expresiones tristes y no se quejen de su suerte que aquí las mujeres nacen solo para sufrir” mientras la primera se lamenta que su consorte ya no la ama, o el inicio del segundo acto donde Taddeo se esconde del capitán de los corsarios argelinos, quien busca empalarlo si no complace los caprichos del Bey. Esta trama bien podría pasar por un drama o incluso una tragedia, pero irónicamente la agudeza cómica y musical de Rossini han convertido el título en un clásico de la ópera cómica que, si está bien interpretado, puede sacar lágrimas pero de risa. La razón la tiene Stendhal, quien escribió que L’italiana se trata de “la perfección del género buffo”.

L’italiana in Algeri en el Teatro alla Scala                                            © Marco Brescia & Rudy Amisano – Teatro alla Scala

El templo de la lírica italiana, el Teatro alla Scala, programó 4 funciones en septiembre de La italiana en Argel como primera parte de la trilogía rossiniana de otoño, junto con El barbero de Sevilla y El turco en Italia. Se trata de la reposición de la clásica versión de Jean-Pierre Ponnelle que abrió la temporada de 1973/74  por pedido de Claudio Abbado. En esa producción el asistente de Ponnelle fue el alemán Grischa Asagaroff, quien retomó en este 2021 los apuntes de regia, escenografía y vestuario para esta temporada que, a pesar de tener unas ligeras pinceladas del estereotipo del mundo musulmán, ya presentes en el libreto, no es cliché y mucho menos ofensivo o políticamente incorrecto-. Elementos enormemente cómicos hacen muy ligera esta producción de casi tres horas de duración, como Mustafá semidesnudo en un baño turco, donde el bajo en realidad porta un leotardo color piel con muchos vellos simulados y haciendo un baile escénico con toallas.

L’italiana in Algeri en el Teatro alla Scala                                             © Marco Brescia & Rudy Amisano – Teatro alla Scala

O la escena final del Pappataci, donde el bajo vierte una salsa contadina sobre un spaghetti apenas sacado del agua hirviendo; mientras Taddeo y Lindoro explican cómicamente a Mustafá que su nueva rutina consiste en “comer y callar”, en las butacas del teatro lentamente se esparce ese delicioso aroma al revolver la pasta con la salsa.

L’italiana in Algeri en el Teatro alla Scala                                             © Marco Brescia & Rudy Amisano – Teatro alla Scala

En la parte musical encontramos un cast muy uniforme tanto vocalmente como en edad y talento, encabezados por la mezzosoprano francesa Gaëlle Arquez, quien en su debut scaligero interpretó una Isabella muy apegada a la partitura original, con pocas variaciones o alteraciones, y cuya emisión y capacidad actoral fueron correctas. Su contraparte masculina, el tenor ruso Maxim Mironov -que a diferencia de Arquez es un cantante casi de casa- interpretó un Lindoro igualmente muy académico (casi sin sobreagudos) pero histriónicamente convincente. Por desgracia, su potencia vocal en el registro agudo -sobre todo pasando el giro- es poco audible, pero lo compensa con un dominio envidiable de las coloraturas sumamente limpias y precisas que coronan su bella voz central e impecable dicción italiana.

Mención aparte requiere el Mustafá del bajo napolitano Carlo Lepore, quien sustituyó las dos primeras funciones por una imprevista indisposición de Mirco Palazzi –el cual debía hacer todas las funciones como parte de su debut en el teatro- y cuya experiencia escénica le permitió llevar a cabo la función sin el menor contratiempo. Aunadas a su vis cómica y clara coloratura, las portentosas y extremamente sonoras y entonadas notas graves dejaron impactados a los asistentes.

L’italiana in Algeri en el Teatro alla Scala                                             © Marco Brescia & Rudy Amisano – Teatro alla Scala

Los barítonos del cast fueron bastante efectivos. Tanto el Haly del tridentino Giulio Mastrototaro como el Taddeo del pullés Roberto De Candia tuvieron un buen desempeño vocal pero sobre todo histriónico, ambos muy entonados y seguros, ya que en los ensambles las partes del barítono son fundamentales para lograr una correcta armonía. Por su parte, las mujeres argelinas, interpretadas por las más jóvenes cantantes del cast –con 29 años la soprano albanesa Enkeleda Kamani encarnó a Elvira y la mezzosoprano búlgara Svetlina Stoyanova de 30 años a Zulma, ambas cumplieron de igual forma con lo requerido por el rol. Cabe mencionar el par de agudos sólidos de Kamani en Nella testa ho un campanello del concertante final del primer acto.

La Orquesta del Teatro alla Scala bajo la batuta del director y clavecinista pullés Ottavio Dantone, a quien la Scala está confiando solamente títulos belcantistas –como La Cenerentola en la temporada pasada o Il matrimonio segreto para septiembre del 2022- hizo un gran trabajo, con una interpretación muy tradicional y bastante apegada a la partitura original; tempi clásicos y casi sin sobreagudos. Llevó a la orquesta con extrema precisión en las strette finales; desde la obertura se auguraba una interpretación ortodoxa. Los recitativos al clavecín a cargo del irlandés James Vaughan, primer maestro de sala del recinto fueron precisos y ágiles, mientras que algunas transiciones y variaciones en estilo árabe aportaron un detalle muy ad hoc y junto con las épicas escenografías y tradicionales vestuarios de Ponnelle nos situaron en el palacio argelino en que sucede la trama. Sin duda esta versión de L’Italiana in Algeri es de los must del teatro milanés ya que cuenta con la tradicional y exitosa fórmula: Rossini + Ponnelle + buen cast.

Ficha artística

Teatro alla Scala de Milán. Función de estreno del 10 de septiembre de 2021. L’italiana in Algeri, música de Gioachino Rossini y libreto en italiano de Angelo Anelli. Ottavio Dantone, director musical. Jean-Pierre Ponnelle, director de escena y Grischa Asagaroff, director de la reposición. Gaëlle Arquez (Isabella), Maxim Mironov (Lindoro), Carlo Lepore (Mustafá), Giulio Mastrototaro (Haly), Roberto De Candia (Taddeo), Enkeleda Kamani (Elvira), Svetlina Stoyanova (Zulma), James Vaughan (clavecín), Orquesta del Teatro alla Scala.