Alzira Tutto Verdi ABAO Por Joaquín Ferro
Despedimos el ciclo Tutto Verdi que nos ha venido acompañando desde 2006 infalible y maravillosamente temporada tras temporada con Alzira. Cerrar con esta obra es un pequeño regalo, se adivinan en sus pasajes ideas que se desarrollarán en obras más tardías como melodías inconfundibles que todos tenemos grabadas de Traviata, Rigoletto, Don Carlos…, que dejan claro por qué el de Busseto es un genio de la ópera, de la melodía y de las voces.
La obertura y su línea del clarinete tienen cierto aire ‘camp’ que apunta a Giovanni Guareschi y su ‘pequeña historia’ de la canción del río en la que un clarinete de la banda del pueblo desgrana una música arrebatadora que, pese a lo programado para el concierto, acaba con una selección de grandes éxitos de Verdi, como sucede en esta obra. Esta obertura no es sino un aperitivo de “Tutto” ese Verdi que vamos a poder reconocer.
Es obligatorio e inaplazable comenzar felicitando a la orquesta Bilbao Sinfonietta, que bajo la dirección de Daniel Oren, lleva la música más allá de la partitura, con una sonoridad limpia y ajustada. Quiero decir que el concepto de ‘sonido de orquesta’ (añádase el nombre que se desee), que Karajan puso de moda en los noventa, según el cual una orquesta tiene personalidad propia, por fin se deja de lado y podemos disfrutar de lo que un compositor plasmó en una partitura. Al escuchar el trabajo de la Bilbao Sinfonietta no estamos ante la domesticación de un grupo de músicos bajo el yugo de una idea de “sonido propio” que, cual pica de rejoneo, la batuta de un director titular impone. Algo que se echa de menos en otras orquestas, cuyo comportamiento es el de una Fiordiligi cualquiera, o el de una “roca frente al mar”, dirija el maestro que dirija. Alzira Tutto Verdi ABAO
Quizás en alguna sección falte algo del necesario “oficio” que permite una ágil respuesta a la demanda del director, pero cada uno de los músicos está implicado en obtener el mejor resultado posible y en su conjunto muestran la ductilidad adecuada para seguir los criterios del director, en este caso un dedicadísimo Daniel Oren que deja lo mejor de su conocimiento en cada uno de sus gestos y susurros.
También es gozoso escuchar a las voces femeninas del coro de ópera de ABAO, que con su entrada del primer acto nos regalan uno de los momentos más exquisitos de esta representación. En esta línea, María Zapata es otra pequeña joya entre las voces solistas que, sensible, afinada y mesurada, da entidad vocal a ‘Zuma’. No pasa desapercibida ni en los momentos corales (por las mejores razones, indudablemente). Alzira Tutto Verdi ABAO
Sus compañeros Vicenç Esteve y Gerardo López tienen aún recorrido por delante antes de poder cargar con responsabilidades vocales de peso en un reparto. Están vocalmente correctos, pero se intuye que llegarán a ser figuras relevantes si se les da oportunidad.
David Lagares como Ataliba y Josep Miquel Ramón como Álvaro (Gobernador del Perú) juegan con las cartas que les han tocado, vocalmente bien suministradas, pero que no les dan demasiadas ocasiones de ser musicales. En el caso de Josep Miquel Ramón se percibe cierta aspereza en la emisión, quizás por exceso de ímpetu, ya que en los momentos de conjunto su sonido resulta más equilibrado. Dicho esto, hay que tener en cuenta que una crítica abarca simplemente un instante en la carrera de un artista, y que este instante se enmarca en toda una producción que ha tenido que superar obstáculos, carencias e imponderables. Alzira Tutto Verdi ABAO
Decir, en este caso, que en la interpretación de Carmen Solís como Alzira se apreció una emisión dura y un sobreesfuerzo en determinados instantes es anecdótico frente a la maestría mostrada en los pasajes más comprometedores. Su interpretación testimonia una sólida formación vocal, aunque no llega a permitirnos paladear una soprano con un color vocal atractivo ni con una capacidad escénica en su máxima expresión. Quizá esto último se deba al hecho de que tuvo que sustituir a la china Hui Hue en el ultimísimo momento.
Abro en este punto un aparte. La escena que plantea Jean Pierre Gamarra, en lo que a iluminación se refiere, cumple con corrección y en algunos casos resalta indudablemente el momento musical, pero exigir una vez más que se monte una “Novecento” con los mimbres que conocemos es demasiado, casi tanto como tener a la sufrida Alzira a rastras la mitad de la representación. Las ideas son magníficas, pero si fallan en la praxis siempre se puede buscar una alternativa. No quiero destripar el argumento, pero la transmutación final requiere estar muy atento.
En este mismo inciso debo incluir sin falta a Lorenzo Albani (escenografía y vestuario), quien con poco ha hecho mucho, de una revolución a una boda. Su escenografía, para un auditorio como el Euskalduna, resulta ciertamente recoleta, pero al menos deja vivir a la obra en condiciones. Lo que me llama la atención es el vestuario. Si vemos a una Carmen Solís radiante de novia e intrigantemente atractiva como “Manola”, ¿no habría que equilibrar su ajuar para el primer acto? No obstante, a pesar de esta y otras inconsistencias, como la presencia de lechuguillas en la boda cuando en el resto de la obra los personajes visten del siglo XIX, se puede afirmar que la estética vestimentaria se adecua a cada uno de los escenarios presentados y contribuye a crear un clima visual que nos envuelve. Alzira Tutto Verdi ABAO
Retomo los roles principales de esta representación alabando la labor de Sergio Escobar que, como Zamoro, deja muy buen recuerdo. Lástima que la orquesta en algunos momentos no reaccione y cubra su canto. Es ‘una china en el zapato’ que en su dúo con Alzira orquesta y solistas no compartan la misma idea musical. Escobar tiene la capacidad de nivelar su canto con cualquiera de sus compañeros en busca del equilibrio, de modo que con una orquesta más comedida el resultado sería realmente impecable.
Completando el trío protagonista, en el rol de Gusmano tuvimos a Juan Jesús Rodríguez, un barítono solvente en sus graves. Estamos acostumbrados a que los personajes verdianos tengan unos finales terribles, física y vocalmente, -recordemos a la desventurada Gilda-. Sin embargo esta vez se puede decir que Verdi permite al barítono mostrar una vocalidad más delicada al final que en el resto de la ópera. Si bien su canto no llega a emocionar, sí que cierra la representación confirmando que nos encontramos ante una buena, cuidada y correcta producción operística. Alzira Tutto Verdi ABAO
Una vez más ABAO cumple con su compromiso y culmina un ciclo con una obra que en muchas ocasiones se considera menor, pero que en lo musical, en lo dramático, y en el cuidado de las voces lleva el sello Verdi, garantía de excelencia. Además, a Alzira se le ha dado un digno escenario y un reparto implicado y competente. Afortunadamente no escuchamos figuras que quieran destacar o demostrar sus propias ideas personales haciendo el mismo papel con un traje diferente, como tantas veces sucede, sino a artistas que dignifican la profesión y confirman que la ópera es trabajo. Y también es, como decía Violeta, “delicia en el corazón”, tanto para el que la interpreta como para el que la escucha.
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Palacio Euskalduna de Bilbao, 23 de abril de 2022. Alzira, con música de Giuseppe Verdi y libreto de Salvatore Cammarano. Dirección musical: Daniel Oren. Dirección de escena: Jean Pierre Gamarra. Intérpretes: Carmen Solís (Alzira), Sergio Escobar (Zamoro), Juan Jesús Rodríguez (Gusmano), David Lagares (Ataliba), Josep Miquel Ramon (Álvaro), Vicenç Esteve (Ovando), María Zapata (Zuma), Gerardo López (Otumbo). Coro Ópera de Bilbao. Orquesta Bilbao Sinfonietta. Coproducción de ABAO Bilbao-Ópera, el Gran Teatro Nacional de Perú y la Opéra Royal de Wallonie.