L´Opéra de Jonas Kaufmann. Una voz al filo del estilo

L´Opéra de Jonas Kaufmann. Una voz al filo del estilo
L´Opéra de Jonas Kaufmann. Una voz al filo del estilo

El célebre tenor Jonas Kaufmann amplía su carrera fonográfica con un nuevo CD L´OPÉRA, dedicado a la gran opera francesa. Producido por el sello SONY Classical, en el compacto participaron los estupendos profesores de la Orquesta Estatal de Baviera, la soprano búlgara Sonya Yoncheva y el barítono Ludovic Tézier, todos ellos bajo la elocuente batuta de Bertrand de Billy.

El resultado general es mejor de lo esperado, habida cuenta de que la ópera francesa exige a priori voces menos pesadas que la del divo alemán, líneas canoras más exentas y timbres más limpios. Pero Kaufmann es uno de esos artistas que se salen airosos de cada reto, y defiende el disco de manera notable, siempre al filo del estilo pero fiel a los textos.

El disco se abre con una discutible versión del aria del Romeo de Charles Gounod Ah! lève-toi, soleil!, ralentizada demasiado por De Billy y desencajada por un Kaufmann adusto aunque poco poético.  Más acoplados se muestran nuestros artistas en el Werther de Massenet, en el que Kaufmann suena emocionante si bien algo fuera de estilo, por las razones citadas. El acierto en el uso de los moduladores es, no obstante, incontestable.

En el aria de Wilhem de la Mignon de Ambroise Thomas, Kaufmann sale muy bien al paso de las imposturas de su voz para dotar de expresividad y belleza al texto. La Orquesta Estatal de Baviera adorna con frases de gran clase el aria, para un resultado de primer nivel. Nos gusta mucho también la limpieza en la dicción del alemán cantando La fleur de la Carmen de Bizet. Subidas pujantes y fáciles a la zona aguda, testosterona y pasión, junto a un lacerante falsete en la frase Et j´étais une chose à toi.

Después Ludovic Tézier es Zurga y Jonas kaufmann, Nadir de El pescador de perlas. Ambos muy inspirados aunque sus instrumentos no empastan en el mejor sonido. El aria de Mylio de Le Roi d´Ys, servida con exquisitez por De Billy, suena perfumada en la voz de Kaufmann, a pesar de que el tenor parece estar siempre en lucha con su voz propia, como negando su canto para adaptarlo (maravillosamente) a la partitura.

Le siguen una arrebatadora versión de O Dieu, de quelle ivresse de Los Cuentos de Hoffmann. En contraste, en el O paradis de L´Africaine de Mayerbeer los engolamientos característicos del muniqués desnaturalizan sensiblemente la pieza.  

Los dos dúos de la Manon de Massent junto a la Yoncheva son ciertamente disfrutables. Pese a que en puridad se les podría reprochar un canto pasado de dramatismo por parte de Kaufmann así como cierta friabilidad en el canto de la búlgara, son defectos que palidecen ante el derroche de magma vocal, casi brutal, que ambos cantantes aportan sin despeinarse, así como ante su innegable musicalidad, la calidad apabullante de las notas agudas y el atractivo entronque de ambos timbres.

Hay mucha seda en la media voz de Kaufmann, como demuestra cantando legato el aria de Éléazar de La Juive de Halévy, acaso la pieza más matizada del recital. Por su parte, su Fausto de Berlioz, sobre un excelente alfombrado sinfónico, suena muy colorido gracias al balanceo falsete-voz plena con el que Kaufmann parece alargar su registro.

Cierra el recital de L´Opéra el aria Inutiles regrets! Je dois quitter Carthage! de Eneas de Los Troyanos. Eneas un papel que se adapta mucho al tipo vocal de nuestro tenor, en el que se encuentra más cómodo y puede extenderse con una emisión casi wagneriana. Su seguridad técnica, una dicción impecable del francés y su timbre masculino son claves para explicar la fuerza dramática del Eneas de Kaufmann

Sin duda, lo peor de Jonas Kaufmann es que crea escuela; y nuevos cantantes se ven tentados a emular su canto envarado y engargantado, sin necesidad. Este disco es la muestra del arte único del alemán, que consigue ahormar su voz dentro del estilo de la gran ópera francesa, con más que apreciable resultado.

Carlos Javier López