Con un éxito tanto artístico como económico cierra la temporada 2018-19 el teatro de ópera de Les Arts de Valencia.
El causante ha sido la Lucia di Lammermoor de Donizetti en las manos de Roberto Abbado y Jean Louis Grinda en las direcciones musicales y escénica, así como un cast de solistas de primer nivel, destacando la Lucia de Jessica Pratt que revalida su paso por el coliseo levantino.
Siempre he defendido que para una buena producción es tan innecesario que sea una propuesta moderna y rompedora, como clásica e historicista. Lo que hace una buena producción de ópera son unos cantantes excelentes que hagan honor y justicia a una partitura, un director musical que sepa mostrar las grandes líneas y los pequeños detalles de la partitura, y un regista que ayude a entender y mostrar su lectura del libreto sin atentar contra el mismo. Y todo esto se puede hacer con una producción más moderna y atemporal o con una más tradicional e historicista como la que hemos visto en el Palau de Les Arts.
La omnipresente roca sacudida por el mar, motivo central de la propuesta escenográfica, nos hace pensar en esas pasiones indomables románticas que tienen la fidelidad de una roca y los ataques de una mar indómita cuyo final no puede ser sino la tragedia más desesperada para los protagonistas.
Un vestuario cuidado, una iluminación sugerente y una escenografía generosa fueron los ingredientes pseudoocultos que como en un buen guiso mostraron y destacaron los ingredientes principales que fueron la música y el drama en manos de unos cantantes de primer orden.
El equilibrio de los papeles más peqeuños de Normanno, Alisa y Arturo, no desmerecieron al cuarteto solista de verdaderas estrellas del canto, si exceptuamos al barítono italiano Alessandro Luongo, que incomprensiblemente ni su canto, forzado, sin control ni ductilidad en volumen ni musicalidad, ni tampoco el aspecto escénico, sobreactuado y con una gestualidad fuera de tiempo ayudó a salir bien parado del trio de estrellas que configuraron el resto de los solistas.
Alexander Vinogradov regaló un Raimondo que si bien resultaba difícil de creer por su juventud, escuchar su voz generosa, timbre redondo y línea de canto cuidadísima restaba importancia a un maquillaje excesivo en arrugas.
Su “Cedi, cedi” del segundo acto y “Cessate quel contento” del tercero fueron momentos grandiosos de esta cuerda de bajo que el público supo reconocer al final con una gran ovación.
Idéntico resultado fue el ofrecido al tenor Yijie Shi, cuyo Edgardo aunó clase y belleza canora desde su primera intervención hasta su majestuoso “Tu che a Dio spiagasti l’ali” del último acto verdadero tour de forcé de este rol largo y muy exigente tanto en lo canoro como en lo teatral y que este cantante oriental ha demostrado que su paso por el belcanto es un verdadero acierto.
Pero sin duda alguna donde el canto se hizo magia, pureza, belleza, sencillez en lo más complejo, teatro en lo artifioso, creible en lo dramático fue en la Lucia de Jessica Pratt. Cada intervención canora no hacía sino consumar y acrecentar un disfrute canoro como hacía tiempo que no oía en este rol tan manido por unas sopranos que pecan de efectismos más que de musicalidad. El equilibrio y la facilidad engañosa con la que canta Jessica Pratt hizo que todo el teatro se levantará ante este portento de voz.
No hay que olvidar que en este tipo de repertorio hay que saber acompañar y dar libertad desde la batuta y es lo que hizo en su despedida del coliseo valenciano Roberto Abbado con su italianidad más profunda, cuidando los detalles a la vez que mostrando los grandes momentos de conjunto como el final del segundo acto.
Señalar como siempre las buenas prestaciones de los cuerpos estables de Les Arts, coro y orqeusta en este final de una dura temporada de luchas laborales y triunfos artísticos
Una noche mágica de las que uno se siente afortunado de poder vivir y que reafirma que la tradición y los jóvenes cantantes se alían para ofrecer el arte con mayúsculas.
Felicidades por una temporada más en unas circunstancias nada fáciles y esperamos que la nueva temporada que comienza en tres meses nos depare muchas noches como esta que despide la temporada 2018-19.
Robert Benito