Lucia di Lammermoor (segundo reparto). Donizetti. Milán

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Teatro alla Scala de Milán. 21 Febrero 2014.

Termina mi estancia en Milán con esta representación de Lucia di Lammermoor, cuyo resultado ha sido mejor que el del primer reparto, al haber contado con una Lucia notable y un Edgardo prometedor, aunque con matices. Nada tengo que añadir a la producción escénica de Mary Zimmermann. La verdad es que aunque quisiera hacerlo, tampoco podría, ya que mi localidad apenas me permitía ver el escenario. La dirección musical de Pier Giorgio Morandi ha estado en línea con la del primer reparto, quizá marginalmente mejor en el último acto de la ópera. Curiosamente, el público la valoró peor.

La nueva Lucia era la soprano Jessica Pratt, cuya actuación fue mucho más adecuada que la de su colega del primer reparto, Albina Shagimuratova. Para empezar la voz responde a la de una soprano lírico-ligera de timbre atractivo y homogéneo y con una depurada técnica. Frente a lo ocurrido en el primer reparto, en éste Jessica Pratt ha sido capaz de emocionar con su expresividad y gusto exquisito. Sin duda estamos ante una de las más interesantes intérpretes de Lucia de Lammermoor en la actualidad. Para ser grande le falta tener un centro de mayor entidad y aguantar más los sobreagudos. Los tiene sin problemas, pero debería hacer un esfuerzo por mantenerlos más para provocar el entusiasmo del público. Entre su Lucia y la de Albina Shagimuratova hay notable diferencia en adecuación vocal y estilística.

El tenor italiano Piero Pretti me dejó una positiva impresión tras su interpretación de Edgardo. Se trata de un tenor lírico-ligero (quizá un pelín más), de voz homogénea, con tendencia al engolamiento en la primera octava, mientras que sus notas altas son brillantes y muy bien timbradas. De momento, su talón de Aquiles radica en su falta de expresión en escena. En muchas ocasiones responde al estereotipo del tenor que canta plantado y con los brazos a lo largo de los costados. Entre la fogosidad y el perpetuum mobile de Vittorio Grigolo y el estatismo de Piero Pretti debería existir un término medio. Me llama la atención que haya cantado ya Trovatore y Vespri Sicilianni.

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Repitieron sus actuaciones el resto del reparto. Es decir, Massimo Cavalleti, como Enrico, Sergey Artamonov, como Raimondo, y Juan Francisco Gatell, como Arturo. Nuevamente, la Scala ofrecía huecos en una entrada que andaría alrededor del 90 % de su aforo El público se mostró más calido a escena abierta que en el primer reparto, con ovaciones y bravos en la escena de la locura y también en el aria Tombe degli avi miei. Al final, triunfo de Piero Pretti y Jessica Pratt, en este orden. El maestro Morandi fue recibido con aplausos y algunos sonoros abucheos. La representación comenzó puntualmente y tuvo una duración de 3 horas y 28 minutos, incluyendo 2 intermedios. Duración musical de 2 horas y 10 minutos. Seis minutos de aplausos.

El precio de la localidad más cara era de 210 euros. En los pisos superiores los precios oscilaban entre 165 y 110 euros. La entrada más barata costaba 24 euros.

José M. Irurzun