Maddalena Auditorio Nacional Por Rosario de la Guía
No es habitual tener sobre el escenario a la Freiburger Barockorchester, capitaneada por René Jacobs, colaborador habitual de esta formación, que para esta ocasión en Domingo de Ramos, nos propuso un oratorio con la figura de la mujer como epicentro temático: Maddalena ai piedi di Cristo, compuesta por Antonio Caldara con libreto de Ludovico Forni y arreglado por Bernado Sandrinelli (Venecia, 1698).
Su argumento polariza la dualidad que siente Maddalena por el Amor celestial que le acerca a Cristo y a la redención de su vida pasada como pecadora y el Amor Terrenal que le promete lujuria y deseo. La decisión de Maddalena parece firme desde un inicio, pero tanto el Amor terrenal como el Amor celestial compiten por ella, como si de dos pretendientes se tratase. Al final será la fe, férrea y perseverante, la mejor prueba para Dios y la que la lleve definitivamente hacia la redención. Maddalena Auditorio Nacional
La obra pervive hasta nosotros gracias a una copia datada en 1713 y que se mantuvo en la Biblioteca nacional de Austria; valga un agradecimiento a los austriacos por la guardia y custodia de esta maravilla de oratorio, que nos ofreció un surtido de arias a cúal más bella, pocas veces exhibido sobre el escenario madrileño. Las dos partes de que consta están introducidas por sendas sinfonías cortas, que fueron interpretadas de forma magistral por el conjunto instrumental, mayoritariamente femenino. Petra Müllejans, concertino del mismo, fue en todo momento timón estable para sus compañeros, demostrando no sólo mando sino espectaculares solos. Maddalena Auditorio Nacional
La disposición de la orquesta, un tanto inusual, arropaba a los cantantes, estando en primer término los instrumentos del continuo, con especial presencia de aquellos alegóricos a los personajes como el Amor celestial (arpa y guitarra barroca) y viola da gamba.
En este oratorio enmarcado en el Barroco tardío veneciano, podemos vislumbrar un germen del belcantismo, que se evidencia en el ramillete de arias con da capo, de poco texto y abundante melodía. Asimismo, la identificación de determinados instrumentos con personajes nos ofrecía una atmósfera emocional que el compositor subraya para el oyente, como por ejemplo el arpa, identificada con el Amor Celestial y el órgano positivo, con la figura de Cristo.
Antonio Caldara se consagró como un gran melodista, como pudimos disfrutar en cada una de las piezas interpretadas. Posiblemente sirvió de fuente de inspiración para compositores posteriores como el propio Händel, aunque este también se deja intuir en algunos pasajes de la obra, como en las arias de bravura, por el acompañamiento musical. Si bien el oratorio merece ser interpretado algo más que de “Pascuas a Ramos”, echamos de menos una mayor elaboración en la composición de números de conjunto, como dúos y tríos, apenas presentes en la partitura. El sello de Jacobs, probablemente estuvo presente en las improvisaciones a cargo de instrumentos, como el órgano positivo y el arpa, que ayudaban a introducirnos en la escena. Maddalena Auditorio Nacional
El brillante conjunto vocal mostró más cuidado por la expresividad y la muestra de afectos a través de la línea vocal que por el texto, a excepción del joven coruñés Alberto Miguélez (Amor celestial), quien dejó claro que es un valor en alza. El joven contratenor nos deleitó con un su color homogéneo, bello timbre y facilidad para la agilidad, a la par que nos ofreció su destreza tocando las castañuelas triunfantes, en su última aria del 2º acto ‘Sè, lieti festeggiate’.
La soprano veneciana Giulia Semezato (Maddalena) comenzó con cierto abuso del ataque inferior de las notas, un efecto estético que algunas sopranos buscan como muestra de expresividad, pero que puede llegar a importunar al oyente. Afortunadamente, fue ganando en estilo y variedad de colores. Su timbre dulce y delicado tuvo la oportunidad de expresarse tanto en arias de carácter alegre, como en alguna más intensa y dramática como la del 2º acto ‘In lagrime stemprato il cor qui cade’, donde su voz, como decía, mostró colores dramáticos y expresividad.
También fue in crescendo la participación del bajo Johannes Weiser (Fariseo), quien, a pesar de su timbre algo engolado y abierto en algunos agudos, resultó muy expresivo en su aria más lenta ‘Questi sono arcani ignoti’. La mezzosoprano (discutible como soprano) noruega Marianne Beate Kielland (Marta) nos encandiló con un timbre cristalino y proyectado, algo nervioso en los recitativos iniciales pero, sin duda, destacó por ser junto al tenor inglés Joshua Ellicott (Cristo) una de las voces que mejor se presentaron.
Sírvanos de moraleja el cierre de la obra con el aria de Maddalena: «quien hace a su belleza sierva el amor lascivo, demasiado se engaña». Los presentes no nos fuimos ni engañados ni defraudados por el nivel ofrecido por los artistas, que puede calificarse de excelente. René Jacobs puede sentirse satisfecho; objetivo cumplido, hacernos pasar una feliz tarde de afectos. Maddalena Auditorio Nacional
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Auditorio Nacional de Música de Madrid, 10 de abril de 2022. Ciclo Universo Barroco del CNDM: Maddalena ai piedi di Cristo, de Antonio Caldara, con libreto de Ludovico Forni. René Jacobs, director musical. Freiburger Barockorchester. Joshua Ellicott (Cristo), Giulia Semenzato (Maddalena), Marianne Beate Kielland (Marta), Alberto Miguélez Rouco (Amor Celeste), Helena Rasker (Amor Terreno) y Johannes Weisser (Fariseo).
