«Manon Lescaut» cierra la temporada lírica del Teatro Cervantes de Málaga

Redacción OW «Manon Lescaut» Teatro Cervantes Málaga

El 24 y 26 de mayo el Teatro Cervantes de Málaga levanta el telón para ofrecer la ópera Manon Lescaut, de Giacomo Puccini, en una producción que dirige Daniel Montané en el foso y Pier Francesco Maestrini en la escena.

Parte del equipo artístico en la presentación de «Manon Lescaut» / Foto: TC de Málaga

La soprano malagueña Berna Perles (Manon), el tenor Carlo Ventre (Des Grieux), el barítono Rodrigo Esteves (Lescaut) y el bajo Giacomo Prestia (Gerente de Ravoir) protagonizan estas funciones con las que cierra la temporada lírica del Teatro Cervantes de Málaga y que sirven como homenaje al compositor de Lucca en el año del centenario de su muerte. Este título no se veía en la ciudad desde 1971. En esta ocasión participan la Orquesta Filarmónica de Málaga y el Coro de Ópera de Málaga y los completan el reparto Manuel de Diego (Edmondo/farolero), Marcelo Solís (El posadero/Un sargento), Nicolás Calderón (El maestro de baile), Mari Luz Román (Un músico) y Alejandro Moreno (Un comandante de marina).

El primer gran triunfo del autor italiano es una ópera en la que la orquesta dialoga de manera directa con los personajes ayudando a subrayar sus emociones y psicología. La partitura está dotada de una fluidez melódica realmente brillante que expone la degradación moral de los personajes. El uso de leitmotiv resulta recurrente desde el inicio al final de la obra, ayudando a construir la intrincada trama.

Cuando Puccini abordó su ópera, Massenet ya había triunfado con Manon. Pese a las reticencias de Ricordi, su editor, el de Lucca continuó con la idea de poner música a la novela del abate Prévost, argumentando que la historia de Manon Lescaut tenía que poder ser mostrada por más de un autor: “Una mujer como Manon puede tener más de un amante. Massenet la siente como francés, con polvos y minuets; yo la siento como italiano, con pasión desesperada”, afirmó. Tras Le villi (1884) y Edgar (1889), Manon Lescaut encumbraba al maestro toscano como uno de los referentes de la escuela verista y como el continuador del gran Giuseppe Verdi, que en esos días estrenaba Falstaff.  Otra coincidencia es que ambos alcanzaron fama mundial en su tercera ópera tras dos tibios estrenos con sus títulos previos., Verdi con Nabucco (1842) y Puccini con Manon Lescaut (1893).