María Juncal y la autenticidad del baile flamenco Por Cristina Marinero

Teatro Cofidis Alcázar. Madrid, 28 de mayo. Lo que mejor puede resumir el sentir que contagia el montaje de María Juncal, La vida es un romance, es la autenticidad. Rezuma verdad por los cuatro costados. Su baile es majestuoso y popular al mismo tiempo, contiene poso y envuelve al espectador con su movimiento inescrutable.
La bailaora de Las Palmas de Gran Canaria ha contado para él con la colaboración de dos nombres luminosos de la danza española de las décadas recientes, los también bailarines y coreógrafos, Angel Rojas, en la dirección artística, y Jesús Carmona, como asesor coreográfico.
Junto a Juncal, en La vida es un romance brillan los músicos y cantaores a la par que ella. Con composición del guitarrista Óscar Lago, ha contado con la colaboración del ganador del Premio Goya 2015 a la Mejor Canción, por El Niño, Ricky Rivera, para la escena La piel sin mácula. Además de Lago, el elenco se completa con Javier Teruel, en la percusión, y los cantaores Juan Triviño, Jonatan Reyes y Jesús Corbacho, que son tres ejemplos de cómo está el nivel del cante en este momento y transmitieron tanta emoción con sus intervenciones que los más flamencos espectadores no pudieron evitar expresar en alto sus reacciones, como hicieron también con el baile de María.
La vida es un romance está dividido en cuatro escenas lideradas por cuatro canciones, La canción de la piel sin mácula, La canción del caminante, La canción del agua y La vida es un romance. Y cada una de ellas se perfila con vestuario diferente, diseños de María Lafuente enmarcados por la iluminación que también firma Rojas.
Cada una de las escenas es un pedazo de vida que nos llega muy hondo por el expresivo baile de la bailaora Premio Danza Flamenca del Cante de Las Minas “Trofeo desplante” y esas letras maravillosas que nos deslizan los cantaores para pegarse a nuestro corazón. La Juncal no hace espectáculo, no baila para epatar, su danza proviene de un sentir profundo, diríamos que ancestral y en su forma de transmitirla siempre deja eco.
Es comprensible este sentir que deja en quien la contempla ensimismado cuando se conoce que la Premio Nacional de Danza en Córdoba “Antonio Gades” es parte de una de las sagas familiares más célebres de nuestro arte, que incluye a la que fuera gran bailarina de los años treinta y cuarenta con Juan Magriñá, Trini Borrull, tía abuela suya.
Pude conocer de forma cercana a Trini, por el famoso Congreso La Escuela Bolera, de 1992, año del Quinto Centenario del Descubrimiento de América y cuando Madrid se convirtió en Capital Cultural. Hubo entonces mucha y buena danza española, sobre el escenario, en el auditorio del Ministerio de Cultura y en las sobremesas que tuvimos el lujo de disfrutar. Y escuchar a esta elegante dama de la danza, cuya conferencia sobre Antonia Mercé La Argentina era el motor de su vida entonces, fue un lujo.
Seguro que Trini Borrull estaría muy orgullosa de María Juncal si hubiese podido verla bailar con todo el esplendor con que lo hizo en el estreno de este espectáculo que produce ella misma. La vida es un romance estará en cartel, en el Teatro Cofidis Alcázar de Madrid, hasta el 4 de julio. No se lo pierdan.