Nuevamente nos encontramos, en el Teatro Colón y después de dos años desde su anterior presentación en la Argentina, con gran violinista rusoMaxim Vengerov. Esta vez acompañado del pianista Vag Papian.
El recital que fue presentado por el Mozarteum Argentino, comenzó con la formidable Sonata Nº3 para violín y piano de Johannes Brahms. Un portento camarístico en donde cada instrumento es explotado expresivamente al máximo y en donde los temas y los desarrollos de esos temas tanto desde el punto estrictamente “técnico”como desde la creación de climas, el fraseo, el “aire”, la inspiración, nos presenta a un Brahms ya decididamente maduro. La obra, compuesta y estrenada por el mismo compositor junto al violinista húngaro Jeno Hubay en 1888, tiene 4 movimientos.
La versión que nos ofrecieron los artistas de esta presentación fue de altísimo nivel, con una expresividad moderada. Notamos a Vengerov más contenido que su socio musical al que se lo notó a sus anchas en el despliegue pianístico que siempre Brahms asigna a la parte del piano. Un notable Papian.
Como ajustadamente nos indica el programa de mano preparado por Claudia Guzmán (siempre de excelencia), “En aquel mismo año de 1888, mientras Brahms culminaba y estrenaba su Tercera Sonata para violín y piano, un joven violinista y pianista rumano se convertía en el músico más joven en ser admitido en el Conservatorio de Viena en toda la historia de la institución. Se trataba de George Enescu.”
La 2ª Sonata en Fa menor de Enescu, fue la elegida por los artistas para continuar el concierto y de ella nos brindaron una estupenda versión, exacta pero con “calor”,especialmente desde el lado de Vengerovque comenzaba a mostrarse un poco más expansivo. Nuevamente destacamos el profesionalismo y el arte de Vag Papian que, con un sonido decididamente grande, logró dialogar, no tapar al violín (mérito claro también del increíble sonido de Vengerov) y superar el clásico encuadre de “acompañante”que tantas veces los pianistas tienen que soportar.
Luego del intermedio, fue el turno de otra obra maestra que ya habíamos tenido el gusto de escucharle a Vengerov, junto a otro pianista, en su recital de 2016: la Sonata Nº2 deMaurice Ravel. Obra plena de fantásticas ideas e influencias, de una creatividad impresionante, tuvimos el placer de presenciar una eximia versión de parte de ambos artistas. Un festival de Arte.
El estupendo recital concluyó con dos seductoras obras de Camille Saint-Saëns: la Havanaisee Introducción y rondó caprichoso, que fueron vertidas con un profesionalismo y una desenvoltura absolutos.
Ambos artistas fueron largamente ovacionados y nos regalaron varios bises y una noche inolvidable.
María Laura Del Pozzo