“MOTECUHZOMA II” de Vivaldi, adaptada por Máynez, llega al Zócalo de la ciudad de México a 500 años del encuentro con Cortés.

MOTECUHZOMA II

Hernán Cortés y Moctezuma Xocoyotzin, el español y el mexica, se encontraron en Mexico-Tenochtitlan el 8 de noviembre de 1519, exactamente hace 500 años. Ambos personajes se vieron a los ojos ese día por primera vez. De esa mirada extraña surgiría un nuevo mundo, con el nacimiento de una nación diferente, mezcla de ambas, que se llama ahora México. Para recordar y revivir ese acontecimiento histórico se presentó, en el mismo lugar donde sucedió el inicio del drama, convertido en el Zócalo de la capital del país, la ópera “MOTECUHZOMA II” de Antonio Vivaldi, estrenada en 1733, adaptada, transformada, por el compositor Samuel Máynez Champion, con un libreto del nahuatlato Miguel León Portilla y Alfredo López Austin. Realmente esta es una obra diferente pues la música encontrada solo sirve de base y pretexto a recrear de la manera más real ese inicio de una fusión, mestizaje lo llaman algunos, de dos culturas diametralmente opuestas, que cinco siglos después, será lo que somos hoy. El drama musical, teatro y música, canto y danza, poesía y ritmo, recrea y sintetiza la historia vuelta mito y recuerdo, célula primaria original.

Son varios los temas y conceptos que se tratan en esta historia donde los personajes históricos-míticos, reales y a la par ficticios, nos presentan lo que sucedió cuando dos culturas totalmente ajenas y distantes, con creencias antagónicas y dioses distintos, se atraen y se repelen, se aman y se odian, se desean y aborrecen, temen y admiran. La cruz y los ídolos. El libreto es bueno y está muy bien construido. Cantado en las lenguas de quienes resultarán vencedores y vencidos, el español, el nahuatl y el maya, la música también combina lenguajes, europeo e indígena, y la dotación instrumental reúne a la orquesta barroca occidental con percusiones, tambores y tamboriles, silbatos, ocarinas múltiples, cuernos, caracoles, huehuetles y teponastles. Las emociones toman forma en el carácter particular de los personajes y el pueblo español y el azteca tienen en el coro voces varias y diversas. La creación de los personajes nos los muestran como seres humanos con todas las virtudes y defectos de sus razas. Arias de gran dificultad, adornos y coloraturas, coros, danzas, escenas espectaculares como la danza introductoria, el encuentro de Cortés y Moctezuma, la matanza del Templo Mayor en la fiesta por el capitán Pedro de Alvarado, los duetos amorosos entre Hernán Cortés y Marina de donde nacerá su hijo Martín, la muerte del Tlatoani mexica, el llanto de su madre, el coro final por su desprendimiento, son algunas de los números más gustados y destacados de la obra.

Son muchos los aciertos los que lograron crear esta ópera dentro de todos los cánones rigurosos del género. La historia, simbólica y poética, se presenta enmarcada en un espacio escenográfico que recrea de manera muy bella la ciudad de Tenochtitlán con sus palacios y templos, sus canales de agua y sus calzadas, tal como se sabe que eran y con una belleza y precisión impresionantes. En esos paisajes idílicos, con los volcanes Ixtaccihuatl y Popocatepetl de cimas nevadas, en noches lunares y estrelladas, se muestran las acciones enmarcadas en belleza y esplendor. El vestuario tomado de los códices antiguos es colorido lleno de detalles. Los penachos resplandecen y llenan los espacios de luz reverberante. La coreografía con las danzas rituales está dotada de gran fuerza y energía plena de frenesí.

MOTECUHZOMA II
MOTECUHZOMA II

Encargados de dar vida a la obra, además de los creativos de la producción lo son, la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, bajo la dirección concertadora del maestro italiano especialista en Vivaldi maestro Francesco Fanna. La dirección escénica estuvo a cargo de José Luis Cruz, la coreografía lo fue de Norma Yolanda López. Participan también 14 actores, 15 bailarines, 6 solistas, 30 cantantes de Stacatto Coro Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), 40 danzantes del grupo Tlaltkpak de Tláhuac, 10 jinetes y 40 músicos de la OFCM. El grupo TRIBU de músicos especializados en música Prehispánica con instrumentos originales. Los principales cantantes solistas fueron en los papeles de Cacamaxtli, Moctezuma, Su madre, Hernán Cortés, Marina ( conocida como La Malinche) , fueron interpretados por el elenco integrado por Rubén Luque, Rogelio Marín, Rafael Jorge Negrete, Alejandra Robles, Cristina Nakad, Amed Liévanos, Jacob Bravo, Paola Gutiérrez, Jorge Caso y Corina Mora.

MOTECUHZOMA II ha sido un verdadero acontecimiento que demuestra una vez más que es posible hacer espectáculos de primer nivel en México. El responsable directo, el Doctor Alfonso Suárez del Real, Secretario de Cultura de la Ciudad de México, nos manifestó que gusta de la Ópera y lo demostró, pues estuvo todo el tiempo pendiente de todos los detalles, participando en los ensayos y las funciones, entregado de lleno a este trabajo que requiere de conocimiento y voluntad. Todos los involucrados merecen un especial reconocimiento por este gran logro artístico y cultural.

Manuel Yrízar