La soprano, particularmente popular en la década de 1950 por sus papeles con Verdi y Puccini, murió ayer a los 92 años. Muere Antonietta Stella
Nacida en Perugia el 15 de marzo de 1929, Antonietta Stella estudió primero en su ciudad natal y luego en Roma, en la Academia Santa Cecilia. Tras ganar el Concurso de Bolonia en 1949, hizo su primer gran debut en Spoleto en 1950, en el papel de Leonora de Il Trovatore, antes de interpretar en la capital italiana a otra Leonora verdiana, la de La forza del destino, junto a Mario Del Monaco. Muy rápidamente se hace notar por su voz de soprano lírico spinto y, apadrinada por el director Tullio Serafin, recibe invitaciones de los teatros más importantes de su país, cosechando gran éxito en La Scala a partir de 1954. Ningún papel verdiano se le resiste: Violetta en La traviata, Elisabetta en Don Carlo, Amelia en Un ballo in maschera, Aida, Luisa Miller, Elena en I vespri siciliani, Desdémona en Otello… Verdi, pero también Puccini: Cio-Cio- San en Madama Butterfly, Mimi en La Bohème, Tosca…
En 1955 desembarca en el Covent Garden de Londres (también conocido como Royal Opera House) con Aida y en 1956, en el Metropolitan de Nueva York con este mismo título, que interpretará repetidamente en años sucesivos junto con Il Trovatore, Tosca y Madama Butterfly, siempre obteniendo grandes éxitos y elogios de la crítica. Su timbre inconfundible y amplio la convirtió en una de las mejores intérpretes de la época, a la altura de artistas de renombre mundial como Callas o Tebaldi, y fue solicitada en los teatros más prestigiosos de todo el mundo. Muere Antonietta Stella
Carrera fugaz
Tras algunas sonadas cancelaciones por enfermedad, en 1963, se retiró de una producción de La fanciulla del West en La Scala con el pretexto de un desacuerdo con el tenor Franco Corelli, y ya no volvería a cantar en el prestigioso teatro milanés. No obstante, su carrera continuó hasta 1974, pero ya no con la brillantez de sus inicios. Un buen catálogo tanto de grabaciones en directo como de discos de estudio dan testimonio del arte de Antonietta Stella, entre los que destacan especialmente una Traviata y un Trovatore dirigidos por Tulio Serafin (Emi, 1955; DG, 1962), Un baile de máscaras de Gianandrea Gavazzeni (DG, 1960) o un Andrea Chénier de Gabriele Santini (Emi, 1964). También le debemos un muy buen recital de arias de óperas italianas publicado bajo el título “Casta Diva” (DG).
Redacción OW Muere Antonietta Stella