
18 de octubre de 2021. La agencia Hilbert Artists Management de Múnich acaba de anunciar la muerte de la gran soprano eslovaca Edita Gruberova a los 74 años de edad. Esta noticia ha conmocionado doblemente al mundo de la lírica dado que la diva gozó de una carrera extraordinariamente larga. Mientras que las demás cantantes de su generación ya se habían retirado, ella seguía en activo abordando los roles más exigentes y dando pruebas de un estado de forma envidiable. De hecho, su retirada de la ópera escenificada se anunció apenas hace un año.
Reconocida mundialmente durante medio siglo como la “Regina della coloratura”, su carrera transitó por los teatros más importantes del mundo, de La Scala de Milán al Covent Garden pasando por el Metropolitan y las Óperas estatales de Viena y Múnich, y era asidua de la Ópera de Zúrich, ciudad en la que residía. Otra de las plazas importantes en su carrera fue sin duda el Gran Teatre del Liceu de Barcelona, con cuyo público mantuvo un idilio especial desde que debutara en su escenario en 1978 con el rol de Konstanze de El rapto del serrallo.

Fue aclamada por su gran técnica, su facilidad en la zona aguda y su dominio de las agilidades, los filati y las mezzevoci. A lo largo de su carrera, su voz de soprano lírico-ligera se fue ensanchando, lo que le permitió abordar un amplio repertorio, si bien desde el principio contó con un extraordinario volumen vocal. Debutó en la Staastoper de Viena a finales de los 60 con La flauta mágica, interpretando a la Reina de la Noche, rol que la llevó al Metropolitan en 1977. Y es Mozart uno de los compositores a los que Gruberova estuvo más ligada, por su don de hacer que su exigente música pareciera fácil, ejecutada con una exactitud y una belleza legendarios. Junto a este rol hay que mencionar los de Zerbinetta de Ariadne auf Naxos y el ya mencionado de Konstanza en El rapto del serrallo, los cuales le abrieron las puertas de los grandes coliseos y festivales internacionales.
Fue también aplaudida y admirada por sus interpretaciones de Violeta (La Traviata), Lucia (Lucia di Lammermoor), Amina (La sonnambula), Norma, Lucrezia Borgia, de la Trilogía Tudor [Elisabetta regina d’Inghilterra (Roberto Devereux), Maria Stuarda, Anna Bolenna], de Giuletta (I Capuletti e I Montecchi), Elvira ( I Puritani), por citar solo algunos nombres. Junto a los mencionados en el párrafo anterior, Donizetti y Bellini son dos compositores a los que siempre asociaremos esta gran cantante.
Nacida en Bratislava en 1946, su formación empezó en varias corales y en el conservatorio de su ciudad natal, antes de dar el salto a Viena. Creció en una familia modesta. Su padre tenía problemas con la bebida y Edita Gruberova niña encontró en el canto una vía de escape de la realidad que le había tocado. Hoy lloran sus fans, miles de personas de todas las nacionalidades que no dudaban en recorrer el mundo para seguir disfrutando de su arte.
Redacción OW Muere la soprano Edita Gruberova