Los más interesados en la creación más vanguardista y contemporánea tienen a un nuevo autor por descubrir. El sello Orpheus nos presenta la figura del compositor búlgaro Simeon Pironkoff con cuatro de sus obras experimentales para diversos instrumentos escritas entre los años 1992 y 2000.
En un error de edición, las pistas están desordenadas respecto a la información que ofrece el compacto, que lo abre From a certain distance, pieza para recorder alto y guitarra, en la interpretación de Sabine Federspieler y Christian Horvath, respectivamente. Mientras la flauta vuelve a ser protagonista en Reflex, tocada por Sylvie Lacroix, las asperezas del chelo de Andreas Lindenbaum caracterizan Passi. El título del trabajo, Murs de Solitude, hace alusión a la pieza más extensa, de 25 minutos, escrita para piano y ejecutada por Marino Formenti.
Hay que señalar que todas las obras no están indicadas para un oyente generalista, por el carácter marcadamente experimental y abrupto de las mismas, en las que el compositor se recrea en explotar el elemento meramente orgánico de la materia sonora, así como en la fricción del sonido y la secuencia de impulsos. Un disco para oídos especializados que no pasa de ser un pretencioso laboratorio sonoro.
Germán García Tomás