«Norma al fin» en la Florida Grand Opera, por Sebastian Spreng

"Norma al fin" en la Florida Grand Opera, por Sebastian Spreng
«Norma al fin» en la Florida Grand Opera, por Sebastian Spreng

Debió pasar un cuarto de siglo para que Norma regresara al escenario de FGO. Valió la pena esperar. La magistral pieza de Bellini es cima del repertorio lírico; ópera que fascinó a Wagner y preparó el terreno para el gran Giuseppe Verdi y que como Medea de Cherubini, Idomeneo de Mozart, Otello de Verdi o la Elektra straussiana, en primer término es total responsabilidad de su protagonista. En su desfile inagotable de melodías y aparente simpleza encierra los laberínticos secretos del belcanto, llevarla a cabo supone una tarea titánica para la sacerdotisa druida que quebró sus votos por amor al procónsul romano invasor.

En líneas generales esta Norma puede anotarse como un triunfo para FGO, es una versión sólida, solvente en lo musical y de innegable impacto visual. Proveniente de Cincinnati, la puesta de Nico Muni se instala en un confortable punto medio entre lo tradicional y moderno, bien sustentada por la escenografía de John Conklin que juega con un entorno barbárico, colores primarios y contrastante luz cenital de Thomas Hase, evocando la presencia de la luna, esa Casta diva omnipresente en el templo de Irminsul.

Dentro de este apto marco, solistas y coro se desempeñaron con soltura. Se tuvo en Mlada Khudoley una valiente Norma que llegó intacta al final para In mia man alfin tu sei… Qual cor tradisti y eso ya es decir mucho. Una voz incisiva, clara y metálica, típicamente eslava, capaz de apianar asi como de atacar las notas con la requerida temeridad. La moscovita exhibió resuelta coloratura – sólo en momentos la voz surgió en exceso acerada o tomó alguna opción discutible en los finales – y suficientes recursos histriónicos como para encarnar el personaje. A su lado, la impetuosa Adalgisa de Dana Beth Miller estuvo a punto de robarle show, tal como debe ser. Una poderosa mezzo a la antigua, con lustroso tinte de contralto y agudos algo cortos pero bien timbrados fue jugoso complemento para Khudoley, obviamente más aún en el esperado Mira o Norma pese a que no cantaron el segundo verso de la cabaletta Si fino all’ ore. El apuesto Pollione de Giancarlo Monsalve fue menos afortunado debido a una emisión entubada que fue afirmándose durante el transcurso de la velada hasta un obtener rendimiento satisfactorio en los últimos tramos de la ópera.

El resto del elenco enmarcó con dignidad a los protagonistas, mención especial para el Oroveso de Craig Colclough que cantó el aria adicional compuesta por Richard Wagner con nobleza y prestancia secundado apasionadamente por el coro, así como la Clotilde de la joven Sarah Payne, feliz adición al grupo de Young Artists.

La orquesta respondió flexible y atenta a los rápidos tempi de Antonio Barrese; por momentos tan rápidos que hicieron peligrar alguna coloratura en las dos protagonistas..

Favorita de los melómanos y ópera ideal para introducir nuevo público al género, debe aprovecharse esta oportunidad debido a la eterna carencia de Normas, sumado a una producción que merece verse y que representa un paso adelante para la compañía local en sus siete décadas de existencia.

Si esta Norma marca un hito para FGO, anticipa otro un desafío aún mayor por venir, La pasajera. Porque se repita el éxito y porque Norma no tarde veinticinco años en regresar.

Sebastian Spreng