Nueva producción de «L’elisir d’amore» en Bogotá

Nueva producción «L’elisir d’amore» Bogotá Por Federico Figueroa

El amor en La Guajira

Estrenada en 1832, L’elisir d’amore es una de las pocas óperas bufas posteriores a Rossini que se mantienen en repertorio. Un libreto de trama leve de Felice Romani nos presenta a personajes sencillos que acaban cumpliendo sus sueños amorosos gracias al estímulo de un falso sabio. En muchos aspectos es de las mejores obras de Gaetano Donizetti (1797-1848) y está más viva que la mayoría de sus óperas románticas dramáticas. Esta coproducción de la Ópera de Colombia con el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo de Bogotá le fue encomendada escénicamente al cineasta Sergio Cabrera. Su propuesta escénica lleva la acción desde el ambiente campesino decimonónico de una aldea del País Vasco, como señala el libreto original, a un poblado de La Guajira colombiana en tiempos más recientes (años 50 quizá) y en el que los habitantes mayoritariamente son de la etnia wayúu. Nueva producción «L’elisir d’amore» Bogotá

Alejandra Ballestas (Gianetta) rodeada de miembros del coro / © Juan Diego Castillo TMJMSD
Alejandra Ballestas (Gianetta) rodeada de miembros del coro / © Juan Diego Castillo TMJMSD

Este cambio no es ni bueno ni malo, sólo diferente. Y es que L’elisir d’amore, por la sencillez de su trama, es una de las más fáciles de adaptarse a estos cambios espacio-temporales sin menoscabo en el meollo del asunto: su música y los clichés de los juegos amorosos. Pero para que este cambio no quede en la banalidad de mencionar al aguardiente local en lugar de la botella de Burdeos y dos cosas más, hay que invertir energía en los personajes, en darles vida desde esa nueva perspectiva, y me parece que Cabrera se olvidó un poco de ellos, perdidos casi siempre en medio de la marabunta, estática para mayor incomprensión, del coro y figuración. El escenario, saturado por una escenografía (firmada por Felipe Dothée) que se salía inútilmente hasta más allá del telón de boca, daba en el clavo en el toque alegre, desenfadado, que requiere esta ópera. Pero todo ello debe hacerse con cierta mesura para no entorpecer la atención del espectador ni distanciarlo de la frágil estructura argumental que sostiene la obra que podría terminar atropellando el leve armazón de su comicidad que sostienen, sobre todo, el cuarteto de personajes. Un despliegue de medios teatrales -vestuario (Luisa Toro), iluminación (Jheison Castillo), vídeo (Felipa Camacho) y maquillaje (Diana Mancera)- que apoyaron a la perfección la idea pero no consiguieron nada verdaderamente sobresaliente. El espectáculo, por otra parte, se adapta y caba funcionando y haciéndose disfrutable, por la luz, el color y ese gesto desinhibido y sonriente.

Julián Henao (Nemorino) y Sara Bañeras (Adina) / © Juan Diego Castillo TMJMSD
Julián Henao (Nemorino) y Sara Bañeras (Adina) / © Juan Diego Castillo TMJMSD

La dirección musical la asumía Manuel López-Gómez desde una posición de seriedad excesiva, que contrastaba con la alegría de la escena. Concertó bien, a veces con tempi lentos, y su labor fue en general acertada. Contó con la fantástica colaboración del Coro de la Ópera de Colombia (preparado por Luis Díaz Hérodier) y con una Orquesta Filarmónica Juvenil de Bogotá muy segura y musical. Entre los solistas hubo de todo un poco, desde la voz bonita pero pequeña del Nemorino, el tenor Julián Henao, que se “desaparecía” en los concertantes, hasta la bien timbrada Gianetta de la soprano Alejandra Ballestas. El Dulcamara del bajo Hyalmar Mitrotti echó mano de su histrionismo para cincelar un personaje que requiere bastante de eso y se llevó al público al bolsillo. La voz de Belcore, el barítono Gianni Giuga, sonó rústica y desordenada, no siempre afinado. La soprano española Sara Bañeras dejó, como una Adina con poca chispa, muestras de buena clase, con recursos vocales notables y un timbre argentino que logró comunicar el candor de su personaje. 

Gianni Giuga (Belcore) y miembros del coro / © Juan Diego Castillo TMJMSD
Gianni Giuga (Belcore) y miembros del coro / © Juan Diego Castillo TMJMSD

 

No es quizá el Elixir de amor de referencia, pero se han hecho y se harán muchos peores, en donde una escena excesivamente abigarrada funciona con más o menos sentido para hacer pasar un rato agradable y amable al sonriente espectador. Al fin y al cabo eso es lo que pretendió Donizetti. Nueva producción «L’elisir d’amore» Bogotá


 

30 de octubre de 2022, Bogotá (Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo).

L’elisir d’amore de Gaetano Donizetti con libreto de Felice Romani.

Nueva producción de la Ópera de Colombia en coproducción con el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo.

Solistas: Sara Bañeras, Julián Henao, Hyalmar Mitrotti, Gianni Giuga, Alejandra Ballestas

Dirección de escena: Sergio Cabrera

Dirección musical: Manuel López-Gómez

Orquesta Filarmónica Juvenil de Bogotá 

OW