La Opéra National du Rhin (OnR) presenta su prometedora temporada en un divertido y variado espectáculo, muestrario de lo que está por venir.
No hay forma mejor de abrir una temporada de ópera que con una gala que ofrezca un muestrario de todo lo que está por venir. Más aún si se presenta de forma amena, entremezclando piezas vocales y orquestales, danza y lecturas. Así ha abierto su temporada la Opéra National du Rhin (OnR) en una noche inolvidable en Estrasburgo. Un concierto de apertura que es un espectáculo en sí mismo, más allá de una sucesión de fragmentos, y que deja al espectador con ganas de que lleguen ya las joyas que nos tiene reservadas la OnR para la saison.
La noche se abrió con una bella ejecución de la obertura de Così fan tutte de Mozart, que se representará en mayo, en una nueva producción en colaboración con el Musiktheater im Revier (MiR) de Gelsenkirchen, con puesta en escena de David Hermann y con Jacques Lacombe a la batuta. La música estuvo a cargo durante toda la velada de la orquesta sinfónica de Mulhouse, una de las dos orquestas habituales de la OnR junto con la filarmónica de Estrasburgo. Si bien Lacombe es el que dirige normalmente esta orquesta, la dirección musical estuvo a cargo esta vez del italiano Giuliano Carella, que ya dirigió en la OnR la estupenda Francesca da Rimini hace dos temporadas. Tras unas palabras de Bertrand Rossi, que entró a dirigir la OnR antes del verano tras el trágico fallecimiento de la gran Eva Kleinitz, muy recordada ayer noche, siguió el aria “Ah scostati!”, también de Così fan tutte. Una bella muestra de la voz de la mezzosoprano Ambroisine Bré, que encarnará a Dorabella en mayo con su elegante colocación de los graves, que compensa unos agudos que se hacen algo estridentes, al menos en esta aria.
A continuación, el cómico Olivier Breitman, que se convertiría en la espina dorsal del espectáculo con sus lecturas y actuaciones, hizo su primera intervención leyendo un texto de la historiadora francesa Chantal Thomas sobre el Mozart niño, extraído de su texto Un air de liberté, que versa sobre el espíritu libertino del siglo XVIII. A esto siguió el terceto “Soave sia il vento” para cerrar el ciclo sobre Così fan tutte, donde a la ya mencionada Ambroisine Bré se unieron Clara Guillon y Gautier Joubert, del Opéra Studio de la OnR.
Se pasó entonces a Rusalka, de Dvořák, que se representará en octubre y será la segunda ópera de esta temporada después de la aclamada 4.48 psychosis, presentada la semana pasada. Dejó al público sin aliento la emotiva y prometedora interpretación de la “canción a la luna”, a cargo de Pumeza Matshikiza, quien interpretará a Rusalka en esta producción. Tras esto, Breitman recitó un extracto del libreto y la orquesta interpretó el ballet del segundo acto.
Quizás la apuesta más original para esta temporada en la OnR sea la representación del célebre musical de Broadway Fiddler on the Roof, estrenado en 1964. En esta nueva producción, que podremos ver en diciembre, Barrie Kosky se encargará de una puesta en escena “a la americana”, en palabras de Bertrand Rossi, y la batuta estará a cargo de Koen Schoots. Va a ser curioso ver cómo Kosky va a abordar el montaje a lo grande de este musical para aquellos que disfrutamos de la parca sobriedad y la limitación de espacio de su escenografía para Peleas y Melisande la temporada anterior. Olivier Breitman encarnará al judío Tevye, y anoche nos mostró con creces sus capacidades para ello. Comenzó leyendo un extracto del Dictionnaire amoureux de l’humour juif de Adam Biro. La forma de declamar de Breitman, como ya había demostrado hacía unos instantes en su lectura de Rusalka, es la del perfecto cuentacuentos, la del narrador capaz de muecas y gestos pero que los dosifica y contiene para que la magia siga residiendo en las palabras, en lo que se dice y en cómo se dice. Pero claro, Breitman también canta, con un estilo muy de musical de Broadway. La lectura se encadenó con dos de las piezas de Fiddler on the Roof, cuyas letras estarán traducida al francés en la producción de diciembre: “Tradition”, en la que estuvo acompañado por el coro de la OnR, y, por supuesto, la famosisíma “If I were a rich man” (“Ah, si j’étais riche”), en la que Breitman transmitió toda su comicidad, simpatía y buen hacer.
Tras el entreacto, Breitman leyó un texto del actor y guionista Jean-Claude Carrière sobre el amor en la India. Y es que el festival Arsmondo esta temporada girará en torno a este fascinante país asiático, con la creación mundial Until the Lions, una ópera que adapta la novela de Karthika Naïr. Recordemos que el festival Arsmondo, creado por la fallecida Eva Kleinitz, lleva ya dos años poniendo foco en países (les tocó a Japón y Argentina) que no están tradicionalmente asociados al mundo de la ópera.
Después de esta lectura, le tocó el turno a la larga y preciosa obertura de Parsifal, de Wagner, que vendrá a la OnR a finales de enero y principios de febrero de la mano del ya habitual Marko Letonja y con puesta en escena del japonés Amon Miyamoto, que ya visitó Estrasburgo para el montaje de El pabellón de oro de Mayuzumi (agradecería mucho si alguno de vosotros, queridos lectores, pudiese darme una pista de dónde puedo escuchar de nuevo esta inencontrable ópera).
Ya embriagados por este Parsifal, a todos sorprendió, incluso a los propios encargados de la OnR, la finura de los movimientos de Cauê Frias Duarte, nuevo bailarín de plantilla a cargo de presentar un pequeño guiño a la temporada de danza. Bailó el Valse nº 2 de Shostakóvich de forma magistral, llenando el espacio como sólo una compañía completa de baile podría haber conseguido. Ganas hay ya de verlo en acción con el resto del equipo.
Para acabar con la presentación de la temporada, se representaron un par de momentos de Il trovatore, de Verdi, ópera que cerrará la saison en junio con Daniele Callegari a la batuta. A un extracto sobre la trilogía verdiniana, escrito por el académico Dominique Fernandez y leído por Breitman, le siguieron el célebre coro “Vedi! Le fosche notturne spoglie” y el aria “Stride la vampa”, cantada por Ezgi Kutlu.
Pero aún hubo más, dos piezas de Offenbach para cerrar el espectáculo. Y es que no hay ninguna obra de Offenbach programada para esta temporada, pero la OnR acaba de ganar el premio a la mejor revelación de ópera concedido por la revista OPER! por su excelente papel en la recuperación y producción de Barkouf, una ópera de Offenbach que no se había representado desde su estreno en 1860. Así, las festivas piezas “Tout tourne, tout danse”, de La Vie parisienne, y el “Cancan”, de Orfeo en los infiernos, en la que el público se puso a marcar el compás con las palmas, pusieron el broche final a una noche variada y divertida. La mejor tarjeta de presentación que la OnR podía habernos ofrecido a un público que salió, seguro, babeando por lo que esta magnífica casa de ópera va a ofrecernos esta temporada.
Julio Navarro