No pertenecer al hemisferio norte puede darnos un poco de complejidad. Las grandes celebraciones del calendario caen aquí en días calurosos y, por eso, muchos europeos se sorprenden al saber que los conciertos de Adviento no tienen lugar entre nosotros. Ahora, a punto de comenzar el mes de mayo, podemos afirmar que la temporada musical 2017, está en pleno desarrollo.
En este último fin de semana de abril, los periódicos comentan algunas noticias sobre nuestro Teatro Colón. Allí están dando “La prohibición de amar” de Wagner. El servicio radiofónico de la sala podría permitirme escuchar también una grabación de su Archivo Histórico. No obstante, fiel a mis principios, jamás pondría la versión de “Otello” de Verdi anunciada, como música de fondo. Es una grabación de 1999 con José Cura y Verónica Villarroel como protagonistas. El archivo pone al alcance de varios miles de radioescuchas verdaderos tesoros que son anunciados con anticipación. Por otra parte, en estos días, la Opera de Cámara del Colón y con orquesta, ofrece en otra sala, “La grotta di Trofonio” de Salieri. En fin, son ofertas muy agradables.
Sin embargo, no son todas bonitas las noticias. Por una parte, corre una voz con visos de realidad al igual al “venticello” de Fígaro. El Colón había anunciado la presencia del tenor Marcelo Alvarez en “Andrea Chenier”. Al parecer no vendrá. Hay algo así como una atmósfera misteriosa que se manifestó también con la ausencia de Angela Gheorghiu en “Adriana Lecouvreur”. Años atrás la soprano había acompañado a Roberto Alagna a Buenos Aires. Fue un concierto con orquesta en el Colón. Ellos cantaron, entre otras obras, algunas partes de “Tosca” y así los escuchamos por primera vez en vivo. Ahora en esta temporada, se presentaron algunas dificultades y la señora Gheorghiu vino a Buenos Aires y regresó a Europa pero sin cantar en el teatro.
Por otra parte, la primitiva programación de la temporada 2017 del Colón, incluía “La traviata” con la dirección escénica de Sofía Cóppola y el vestuario de Valentino. Sin embargo, se ofrecerá la versión de Franco Zeffirelli. Violetta se parecerá entonces y, a mi entender, más a Violetta Valèry. Tampoco extrañaré el desfile de modas de Valentino tan alejado de la ópera que conocemos bien.
En este fin de mes, no puedo dejar de mencionar el concierto de Diana Damrau y Nicolás Testé con la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires dirigida por Mario Perusso. La sala del Colón vibró ante los dos cantantes. Ella, soprano de coloratura, ascendió maravillosamente en el pentagrama de Rossini y brindó una antológica “Una voce poco fà”.
No ha sido mi deseo hablar de bóveda ni pomposamente. Tengo claros los detalles y abrigo la esperanza para que a partir de ahora la programación de nuestro Colón siga cosechando aplausos.
Roberto Sebastián Cava