Paramus: simbiosis cultural

Paramus
Paramus

El reputado pianista de flamenco-jazz Chano Domínguez (Cádiz, 1962) y la joven flautista israelí Hadarg Noiberg (Tel Aviv, 1982) unen sus respectivas capacidades creativas en Paramus, un álbum de corte multicultural y ecléctico donde los componentes improvisatorio y de fusión son muy acusados. Ambos artistas realizan un estimulante recorrido por la música tradicional del Mediterráneo transitando por lenguajes estilísticos diversos, que se aquilatan en natural armonía: sones latinos y caribeños, destellos de flamenco o jazz y cadencias orientales de la música sefardí o del Magreb, que están tan íntimamente ligadas a las cadencias andaluzas por su histórica conexión cultural.

El grueso de las evocadoras composiciones recogidas en el compacto es obra del propio pianista gaditano (desde la inicial Alegrías de Cai, -afortunado homenaje a su tierra natal, con su enigmático comienzo que explosiona en luz y felicidad-, hasta Plaza de Mina, pasando por la deliciosa rumba Carrusel), y dos son de Noiberg (las intimistas y melancólicas Chango -con su hermosísima melodía- y Paramus, que da título al trabajo). También encontramos otras piezas arregladas por ambos instrumentistas debidas al guitarrista y compositor Paco de Lucía, como su popular y muy versionada Canción de Amor, Egberto Gismonti (Lôro) y Shlomo Biderman (Na’ama), además de la melodía tradicional ladina Morenita, pues el compacto es en sí mismo un homenaje y una exaltación de la música ladina o judeoespañola.

Aunque provenientes de generaciones muy alejadas una de la otra, el veterano Chano Domínguez y la prometedora Hadar Noiberg –¡qué asombrosa manera de hacer soplar y extraer mil y un sonoridades a la flauta!- se esfuerzan por exhibir conjuntamente una complicidad asombrosa en un derroche de variadas facultades técnicas y rítmicas que se complementan a la perfección. Un alarde de virtuosismo y colorido donde la fusión entre estilos y ritmos es la marca de la casa de dos artistas comprometidos que reivindican sin complejos el hermanamiento y la comunión entre lenguajes y expresiones musicales geográficamente alejadas pero culturalmente tan cercanas. El oyente disfrutará si se acerca a este proyecto discográfico que exhala el talento creativo y la fuerte personalidad de dos instrumentistas que vienen a decirnos que la música no tiene fronteras y que su interconexión cultural es total.

Germán García Tomás