Payasos de Leoncavallo en el Teatro Degollado. Guadalajara, Jalisco, MX.

“Payasos" de Leoncavallo en el Teatro Degollado. Guadalajara, Jalisco, MX.
“Payasos» de Leoncavallo en el Teatro Degollado. Guadalajara, Jalisco, MX.

Manuel Yrízar

En el bello y legendario teatro decimonónico situado en pleno centro de la capital de Jalisco, que inaugurara la soprano mexicana de leyenda con fama internacional, Ángela Peralta, el 13 de agosto de 1866, con Lucia de Lammermoor de Donizetti, una de las joyas que se conservan en óptimo estado y que cuanta con una belleza y una acústica excepcionales, se presentó la obra maestra de Ruggerio Leoncavallo, ejemplo del Verismo o realismo, italiano que se pusiera de moda a finales del siglo antepasado, el XIX. “PAGLIACCI” conserva toda la belleza de su construcción dramática, estructurada con elocuente teatralidad y una música efectiva de gran belleza. La sórdida historia basaba en un hecho real que le tocó conocer muy de cerca al padre del compositor corrió con buena suerte y sigue representándose con buenos resultados si se cuenta con los cantantes adecuados, que tienen que ser también actores creíbles y dotados de presencia y personalidad acorde a sus personajes. Una orquesta y un coro de muy buen nivel y una puesta en escena seria, rigurosa y creativa lograron buen éxito.

El tenor nacido en Armenia, turco laureado y premiado, Arsen Soghomonyan, da vida y carácter a Canio, cómico y líder de la compañía itinerante que llega a presentar su espectáculo por los pueblos italianos. Empezó su carrera profesional como barítono y desde 2017 debutó como tenor. Su instrumento tiene un bello timbre tenoril, brillante y poderoso, un centro oscuro y capacidad de proyección. Su personaje reúne ese carácter osco y díscolo, sarcástico y malhumorado, que alcanzará dimensiones trágicas al saberse engañado. Desde su aparición en escena con “Un grande spettacolo a ventitré ore” percibimos el color y el calor de una voz dramática y maleable. Sus otras partes importantes, “Vesti la giubba e la faccia infarina” y “No¡ Pagliaccio non son, se il viso é pallido”, son declamadas con la pasión y el coraje doloroso de un ser desbaratado emocional y psicológicamente.

La soprano Irasema Terrazas, con una rica trayectoria en la ópera nacional e internacional ha llegado a una madurez de plenitud y se encuentra en un gran momento. Su grata presencia escénica, su gran belleza y sus extraordinarias dotes de actriz, que han crecido y dimensión y sensibilidad, le permiten abordar a este personaje de Nedda, la sufrida esposa de Canio, aguijoneada por la esperanza de un nuevo amor, pero deseada lascivamente por su deforme compañero Tonio, establece un pacto de huida con su amante Silvio, para liberarse de la esclavitud conyugal a que se ve sometida. Descubierta y traicionada se enfrenta a su tragedia aterrorizada y agobiada. Todos sus contradictorios sentimientos logra transmitirlos con veracidad y conmueve al auditorio con su drama personal. Destaca en su aria “Qual fiamma avea nel guardo¡” y en sus duetos, el estridente y brutal con Tonio y el amoroso, romántico y apasionado con Silvio. Lo mismo en la escena final de Colombina con teatro dentro del teatro. Notable creación de un personaje logrado y lleno de matices extremos.

Dos destacados y jóvenes barítonos mexicanos destacan en sus roles de barítonos principales en la comedia. Carlos López Santillán como el deforme Tonio, malvado y morboso, enamorado sin remedio y no correspondido por la bella Nedda, destaca en su debut con este papel lleno de dificultades vocales y actorales que resuelve con tino y facultades. Un buen debut. Su famoso “Prologo”, con el que se abre la ópera, “Si puó? Si puó?Signore¡ Signori¡ Scusatemi”, que resume toda la filosofía del verismo, manifiesto cantado, lo trabajo y estudió con profundidad frase con frase. Sus demás intervenciones convencen de que sabe también actuar e irá creciendo en su prometedora profesión. Muy bien estuvo también Enrique Ángeles en el amante de Nedda, Silvio, a quien dota de ternura y fuerza como un ser enamorado fervientemente, pleno de deseo, insaciable, dispuesto a perderse. La pareja que logran ambos amantes es creíble y conmovedora. Emocionan y convencen. En el papel de Beppe y Arlequín brilla con luz propia el tenor mexicano, tapatío, con residencia en Nueva York, César Delgado, quien cumple con gran profesionalismo y dignidad su personaje.

Hay que destacar el gran trabajo en la dirección de escena y producción general del talentoso Ragnar Conde, artista mexicano, que ya ha participado en varias puestas en escena magníficas en este Teatro, en el Palacio de Bellas Artes y otras casas de ópera internacionales. En esta ocasión su lectura esta llena de acciones, buen ritmo, cuidado de los detalles, minuciosidad e ideas creativas originales y congruentes. No solo cuenta la historia. Entiende y emociona al público. Pamela Garduño colabora con su eficiencia acostumbrada en la producción ejecutiva. Muy buena la escenografía bien iluminada y funcional. 

La orquesta Filarmónica de Jalisco bajo la batuta del director huésped Dorian Wilson, supo dotar de todo el color y el sonido wagneriano de una orquestación que deja sentir la influencia y admiración que tuvo siempre el compositor Leoncavallo por Ricardo Wagner cuyo sistema del leitmotiv se subraya y evidencia en esta obra. Una gran orquesta, con color sinfónico que se agradece por su esplendor y armonioso sonido pleno. Muy bien cantaron y actuaron los miembros del Coro Municipal de Zapopan dirigidos por Timothy G. Ruff Welch. Una ópera bien presentada siempre deja una satisfacción. ¡Enhorabuena¡ 

Valió la pena hacer el viaje pues disfrutamos y gozamos de una buena función de ópera y salimos cautivados por esa obra que tiene en si misma secretos y arcanos por descubrir. 

La commedia é finita¡