Con broche de oro se cerró el XXVIII Festival de Música Antigua y Sacra Ciudad de Getafe con La Pequeña Misa Solemne de Rossini celebrado en la Catedral Santa Maria Magdalena.
Esta magnifica partitura rossiniana cosechó un gran éxito entre el público que abarrotaba la iglesia, y no era para menos.
Rossini escribió esta misa en los últimos años de su vida, en lo que vino a denominar sus “pecados de vejez” y ni es pequeña ni solemne pero sí una obra maestra.
Un cuarteto de cantantes de relieve. La soprano, la malagueña Rosa Miranda posee un bellísimo timbre y musicalidad sabiendo transmitir un texto que bascula entre el oratorio y la ópera. El tenor santanderino Julio Morales cantó con una gran voz que no tiene problemas en la ascensión al agudo tanto en forte como en piano. Su expresividad es digna de elogio. La mezzo Marina Pardo demostró ser poseedora de una magnifica técnica y un espléndido sentido musical. Su voz calida y dulce arrebató especialmente en el número final Agnus Dei. El barítono madrileño Cesar San Martín cantó con gusto y muy adecuadamente.
A ellos se unió la coral Polifónica de Getafe muy bien empastada y afinada destacando especialmente las voces femeninas.
Al piano acompañó Ivan Pimentel con una ejecución sobresaliente y superando todas las dificultades de la partitura. Al armonio estuvo Carlos Oreja a quien, dadas las dificultades acústicas del templo, sólo se le pudo disfrutar en el Sanctus.
La dirección corrió a cargo del maestro Carlos Díez quien realizó una versión muy rossiniana combinando energía y delicadeza con un resultados espléndido.
Muchos aplausos y merecidos bravos.
Francisco García-Rosado