Pretty Yende en el Palacio Euskalduna Por Joaquín Ferro
En primer lugar, me gustaría agradecer el esfuerzo que el último año la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera ha estado realizando con las limitaciones administrativas que este tiempo de pandemia nos ha impuesto. Luchando con denuedo y sin desfallecer, arranca una septuagésima temporada que promete grandes satisfacciones y que esta primera “cata” musical cerciora.
Ha sido un tiempo en el que, como en el cuento de La Bella Durmiente, todo se ha detenido. Pero el Palacio Euskalduna ha vuelto a la vida, no gracias a un príncipe, sino a una ‘Princesa que quiere ser una Prima Donna’, aria de la ópera cómica The Enchantress que Pretty Yende tuvo la generosidad de regalar como tercer bis a todo el público que nos rendimos a su espíritu.
Es ineludible percibir el paso de esta soprano por la escuela del Teatro alla Scala de Milán por su emisión clara, su dicción impecable y ciertos efectos y modismos que reconocemos de geniales intérpretes que la precedieron. Confío que también en su caso, utilizados con inteligencia y mesura, serán el acicate de su triunfo.
La magia que vivimos no hubiese sido tal sin contar con un artista como Michele d’Elia, que demostró que un gran repertorista utiliza un piano como un artista plástico, el color; la genialidad del tema y de la composición no nos epatarían sin su magistral uso. Michele d’Elia consiguió que Pretty Yende disfrutase en escena y se entregara a la música plenamente cuando, finalmente, puso el pie en su terreno.
Mi amigo Antonio, que fue jockey muchos años, decía que hay dos tipos de caballos; trotones y pura sangres, para los que los circuitos son distintos. Debo decir que en el ámbito vocal debemos aceptar una división entre la ópera y la música de cámara que, más allá de las clasificaciones de voces, es la naturaleza del intérprete quien la marca. Es innegable que Pretty Yende brilla en la ópera y este es sin duda el circuito al que pertenece.
La primera parte del recital en el que escuchamos arias de cámara y lieder (exquisita elección) mostró una cantante de gran voz, pero, esto mismo, unido a un piano con una afinación extrañamente brillante, hacía que en momentos se percibiesen desafinaciones y un esfuerzo de contención en la proyección que bloqueaba matices sonoros y agilidades vocales que, indudablemente, pese al buen hacer del repertorista, no permitían disfrutar musicalmente al oyente. La perseverancia, trabajo y cualidades de Pretty Yende consiguen, sin la menor duda, hacer patente la belleza de la música, si bien, otro tipo de intérprete puede llegar a hacer que esta experiencia resulte deliciosa.
Fue su cambio de vestuario en la segunda parte el que confirmó que íbamos a entrar en un terreno nuevo y, efectivamente, el verde de sus zapatos era esperanza. ‘La meditación de Thaïs’ que Michele d’Elia interpretó comenzó a transformar el ambiente y tan pronto se desgranaron las primeras notas de La sonámbula vimos entrar a una Pretty Yende pronta al disfrute.
Su actitud corporal y su emisión dejaron claro que es una indiscutible intérprete de ópera, su instrumento tiene todas las cualidades necesarias, igualdad en el registro, color, recitado y matices que son capaces de catalizar la emoción de un texto hecho música en un espíritu que no abandonará al oyente hasta más allá de la caída del telón.
Tal fue así que no les permitimos marchar hasta que nos ofrecieron un bis ‘Metabarbero’ de Sevilla con una Rosina más dulce que pícara y una ‘Primorosa’ que, efectivamente “encanta cuando canta” y como broche el aria ‘Mamma is a queen and papa is a King’ the la ópera cómica The Enchantress, en la que sin duda confirmamos que, si Pretty Yende ‘Wants to be a Prima Donna’, de continuar su carrera operística con trabajo y pausa dejará de ser un deseo para ser una realidad. Pretty Yende en el Palacio Euskalduna
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Palacio Euskalduna de Bilbao, 9 de octubre de 2021. Recital de Pretty Yende acompañada al piano por Michele d’Elia organizado por la ABAO – Bilbao Opera. Obras de Rossini, Donizetti, Bellini, Liszt y Massenet.