La discográfica Deustche Grammophon nos presenta en un doble C.D. la grabación en estudio de Prima donna, la ópera prima de un músico procedente de otro estilo musical como es el estadounidense Rufus Wainwright.
Prima donna es una obra un tanto especial ya que, pese a ser compuesta en el siglo XXI, a nivel estético no es una pieza que encaje en las últimas tendencias compositivas, más bien la podemos asociar con anteriores épocas operísticas. Prima donna es una ópera que nos recuerda algo el estilo de Puccini, sin duda un compositor que debe ser muy del agrado de Wainwright, quien parece encajar más con una estética verista de finales del siglo XIX y primeros del XX. Sin embargo Prima donna, a pesar de la lógica huella e influencia que ejercen los grandes, especialmente en los jóvenes compositores que comienzan en un género tan complicado como es el operístico, es una ópera que me parece que tiene un considerable interés por varias razones. En primer lugar Prima donna es una obra de escucha muy agradable compuesta por un músico procedente de otro estilo musical pero que probablemente haya recibido una formación de cierta solidez en el estilo “clásico”; en segundo lugar, Prima donna es una ópera a cuyo autor posiblemente no le preocupe demasiado estar dentro de la última vanguardia musical ya que, sin complejos, nos evoca una corriente operística de otro tiempo pero muy del agrado del público, con especial influencia en algunos momentos de ciertas obras de Puccini. En tercer lugar, Prima donna nos hace preguntarnos si su autor, Rufus Wainwright, volverá al mundo de la composición operística y cuál será su evolución si se da ese caso.
Prima donna es una ópera que podría definir como drama psicológico, cuyo argumento gira entorno a una figura de la ópera, una prima donna, que tras seis años sin actuar, decide volver al escenario con una obra con la que obtuvo un importante triunfo pero también una fatal decepción, con las enormes dudas que en su mente crea este hecho. La casa parisina de esta cantante es el lugar donde recibe a un periodista cuya entrevista hace especial referencia a esta obra y con quien canta algunos fragmentos de la misma, creando una gran incertidumbre debido al fragmento en que la prima donna falló años atrás. Un leit motiv hace referencia a ese momento y aparece con frecuencia en esta ópera.
En Prima donna tenemos momentos de cierta tensión, de melancolía, con una orquesta que trata de crear la atmósfera ideal para cada momento. Con una gran variedad en la plantilla orquestal, el uso de disonancias, de arpegios y los cambios en la dinámica acompañan a las voces, notando ciertas influencias no sólo de Puccini sino también en algún momento del minimalismo de Glass o del uso del metal propio del Post-romanticismo o el sinfonismo cinematográfico. En esta ópera en dos actos con libreto en francés hay cuatro personajes: la protagonista Régine de Saint Laurent, interpretada en este doble C.D. por la soprano Janis Kelly, quien aporta a su personaje esa carga de dudas, melancolía, realizando un buen papel y proporcionando una voz eficaz, bien controlada en todo momento, expresiva y solvente. Otro personaje es el periodista André Letourneur, a quien pone voz el tenor ligerísmo Antonio Figueroa, el cual se muestra eficaz en su papel, con unos agudos solventes. Marie, la criada, es interpretada por la soprano Kathryn Guthrie, quien luce una bonita voz aguda. Por último, Philippe, el criado, corre a cargo del barítono Richard Morrison, eficaz y solvente en sus participaciones. Todos ellos son acompañados por la BBC Symphony Orchestra y dirigidos por Jayce Ogren, quien mantiene un buen nivel en esta grabación, dándole equilibrio a la orquesta y las voces y con un eficaz control de la en la ejecución de la dinámica.
Prima donna, ópera prima de Rufus Wainwright, me ofrece la duda de si tiene la agilidad necesaria en la puesta en escena, si es una obra que se adapta bien a lo teatral. A nivel musical, es una ópera de agradable escucha, con algunos fragmentos de bellas melodías, con momentos bien conseguidos. No debemos olvidar que se trata del debut operístico de su autor quien está todavía en una fase de búsqueda pero, quizás si madura algo, puede lograr una evolución interesante. No obstante, creo que Prima donna es una obra que presenta algunos aspectos de interés, que se deja escuchar de buen grado, que tiene el aliciente de ser una propuesta lejana a lo que se tiende actualmente y de ser una visión de la ópera de un autor especializado en otros campos.
Emilio Lacárcel Vílchez