Puccini in Love: amor sin distingos

 

Puccini in Love: amor sin distingos
Puccini in Love: amor sin distingos

El marketing discográfico actual apuesta sin ambages por el glamour, asociado especialmente a las grandes estrellas de la ópera. En este caso, el sello Sony Classical lanza Puccini in Love, que se presenta como el primer álbum que graban juntos el matrimonio formado por la soprano polaca Aleksandra Kurzak y el tenor francés Roberto Alagna. En él nos proponen 10 dúos de amor puccinianos conectados en el libreto interior mediante acotaciones escénicas que pretenden unificar un tanto forzadamente los diferentes sentimientos e historias que rodean a cada dúo. Y ese es el planteamiento del que parte esta pareja del star system operístico.

El disco abre con el dúo del primer acto entre Tosca y Cavaradossi, donde parece que ambos cantantes no terminan de entrar de lleno en materia, sin llegar a conferir entidad dramática plena a la extensa página. Desde su entrada, “Mario, Mario!”, ella exhibe un perceptible vibrato y el canto de él, aunque luciendo su bello timbre de fragancia mediterránea, resulta un tanto indolente. Tampoco parece contribuir a crear el ambiente propicio el discreto acompañamiento orquestal, con sonoridades livianas y de escasa densidad de la Sinfonia Varsovia (¿elección de Kurzak?) a las órdenes de Riccardo Frizza. Las cosas mejoran en parte en el siguiente dúo, más directo emocionalmente: “O soave fanciulla”, de La bohème, donde el apasionamiento es notorio, pese a optar Alagna por reservarse y no lanzarse al do sobreagudo junto a su mujer.

Realmente acertados nos resultan los dos dúos recogidos de Manon Lescaut, del primer y segundo actos, en los que la polaca luce su instrumento, que carece de una especial morbidez, pero que se mueve cómodamente en la tesitura del caprichoso personaje. Kurzak parece eclipsar por momentos a su marido, muy apretado en ciertos ascensos, una percepción que se puede hacer extensible a todo el disco, a pesar del indudable empeño y gallardía vocal de Alagna. Por contra, el francés muestra buena forma vocal, transmitiendo todo el dramatismo como Johnson, en el dúo de La fanciulla del West, con un más que digno ropaje orquestal y efectos sonoros de ventisca incluidos, así como en su vehemente Luigi de Il tabarro y en un sufriente Ruggero de La rondine, en cuyo desolado dúo “Nella tua casa” ambos nos deparan grandes instantes expresivos, cuidando el texto la soprano polaca, que concluye en una delicada nota ascendente.

Tras llegar al final del disco, que corona un dúo final del primer acto de Madama Butterfly no particularmente explosivo ni incandescente, la impresión causada es que ambos cantantes discurren por parámetros interpretativos no muy alejados en todas las páginas seleccionadas, que entronca con esa voluntad de unir estos dúos en una misma historia amorosa, como señala el tenor francés en su comentario interior. En definitiva, nos hallamos ante un recital recomendable para los fans incondicionales del color lírico de Roberto Alagna y que sirve para constatar la consolidada reputación y el ascenso de Aleksandra Kurzak, cuyos medios vocales encajan en mayor o menor medida en los roles aquí abordados.

Germán García Tomás