Recital. Anna Caterina Antonacci. Madrid

Teatro de la Zarzuela de Madrid. 13 Octubre

El Centro Nacional de Difusión Musical viene organizando Ciclos de Lied con importantes figuras, habiendo llegado con la que ahora comienza a su temporada número 21. Por estos ciclos han pasado casi todas las grandes figuras de la lírica y cuentan con un público muy fiel y perfecto conocedor de lo que el Lied significa.

Se inaugura, pues, la nueva temporada con la italiana Anna Caterina Antonacci, quien ya había hecho su debut en el ciclo hace dos años. La cantante italiana siempre ha sido una artista muy interesante, con una vocalidad un tanto ambigua, que se sitúa entre soprano y mezzo soprano. Si algo ha destacado siempre en esta cantante ha sido su capacidad para transmitir emociones al público, lo que le hace ser una muy destacada intérprete en representaciones escénicas, aunque su regularidad vocal no ha sido siempre la que el aficionado hubiera deseado.

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Anna Caterina Antonacci

Está claro que Anna Caterina Antonacci cuenta con muchos admiradores en Madrid, ya que las caras conocidas en el teatro eran numerosísimas, lo que únicamente uno encuentra en grandes acontecimientos.

El programa ofrecido ha sido de una gran seriedad, sin fuegos artificiales ni concesiones a la galería, sino tratando de poner de relieve la capacidad de la cantante para expresar y en ese sentido no cabe duda de que el resultado ha estado a la altura de lo esperado. Anna Caterina Antonacci es una de las cantantes que mejor responden a las características de lo que los franceses llaman una diseuse, ya que, efectivamente, ella dice muy bien y con una dicción muy notable, sea cantando en italiano, francés, hebreo o castellano, ya que en los cuatro idiomas ha cantado en su recital.

Cantó siempre con mucho gusto, aunque se me antoja que el programa elegido haya resultado un tanto monótono. Ella está en una espléndida madurez física y vocal y apenas se notan algunas tiranteces en la parte alta, que, por otra parte, fue muy poco exigida en el recital.

En la primera parte ofreció el Lamento d’Arianna, de Carl Orff, seguido de 7 Canciones de Ottorino Respighi, muy bien expresadas, terminando con 4 Canciones de Francesco Paolo Tosti. En la segunda parte ofreció 7 Canciones de Francis Poulenc, a las que siguieron 5 Canciones populares griegas, de Maurice Ravel, además de otras dos hebreas del mismo autor. Terminó con las Siete Canciones Populares Españolas, de Manuel de Falla.

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Anna Caterina Antonacci y Donald Sulzen

Hubo dos propinas, siendo la última el aria Laisse couler mes larmes del Werther de Le acompaño al piano el americano Donald Sulzen, su acompañante habitual,

El público ocupaba algo más del 80 % del aforo y se mostró cálido con la artista, aunque no hubo exceso de entusiasmo. El recital comenzó puntualmente y tuvo una duración de 1 hora y 45 minutos, incluyendo un intermedio.

El precio de la localidad más cara era de 35 euros, habiendo localidades por 16 euros.

José M. Irurzun.