No cabe duda de que el Festival Castell Peralada es un auténtico clásico entre los festivales de verano de nuestro país y que siempre ofrece una programación variada y muy interesante. Este año, en lo que se refiere a la ópera, se ofrece un muy atractivo Otello de Verdi con un cast muy importante, aparte de una serie de conciertos y recitales de figuras importantes del canto. Estarán presentes en el siempre atractivo recinto de Peralada Juan Diego Florez, junto a otras figuras relevantes de la lírica como Diana Damrau, Max Emmanuel Cencic y Klaus Florian Vogt.
Klaus Florian Vogt es sin duda uno de los grandes tenores actuales en el repertorio germánico, no siendo muy frecuentes sus incursiones en el mundo del lieder o del simple concierto o recital. Tenía, por tanto, interés su presencia fuera de un escenario de ópera y el público ha respondido llenando el recinto de la Iglesia del Carmen, cuyo aforo es, por otro lado, bastante limitado.
El programa ofrecido por el tenor alemán ha sido mucho más ligero que lo que cabía esperar. Indudablemente, se trata de un programa veraniego, donde toda la segunda parte ha estado dedicada a la opereta Ya se sabe que hay muchas personas que, cuando aprieta el calor, deciden pasarse al tinto de verano. También ésta parece haber sido su decisión a la hora de confeccionar el programa.
Todos los aficionados a la ópera conocen perfectamente las peculiaridades del timbre de Klaus Florian Vogt, dotado de una voz sorprendentemente blanquecina, únicamente capaz de haber triunfado en el mundo de la ópera por una gran técnica vocal, magnífica emisión y gran capacidad interpretativa. Muchos estarán de acuerdo conmigo en que hoy es el tenor de referencia en personajes como Lohengrin o Walther von Stolzing.
Lo que yo he descubierto en el recital que nos ocupa es la estupenda adecuación de su voz para cantar opereta, género en el que comenzó su carreta artística. Desde mi punto de vista – y con independencia de que la opereta pueda ser considerada como un género menor – ha sido precisamente en la segunda parte del recital en la que Klaus Florian Vogt ha brillado especialmente. Particularmente brillantes fueron sus interpretaciones de la romanza de la opereta Der Zarewitsch y la más famosa Dein ist mein ganzes herz, del País de las Sonrisas, tanto una como otra obras de Franz Lehar. Destacable también su interpretación de Mein Wien, de la Condesa Maritza de Emmerich Kalman, En esta segunda parte del recital interpretó también un aria de la opereta Friedrike y otra menos conocida del Pais de las Sonrisas.
Comenzó el recital con 5 fragmentos de la Bella Molinera, de Franz Schubert, bien cantados y que sirvieron para calentar la voz. Siguió una notable interpretación del aria de Tamino en el primer acto de la Flauta Mágica. Terminó con Winterstürme de La Valkiria, donde pasó sin demasiado brillo. De hecho, este fragmento acompañado al piano queda bastante descafeinado. Terminó la primera parte con una muy buena interpretación de In Fernem Land, de Lohengrin.
Como digo más arriba, Klaus Florian Vogt decidió ir por caminos ligeros y la verdad es que el programa no tuvo mucho riesgo ni excesivo desgaste. Buenos será recordar que la primera parte duró 26 minutos, incluyendo aplausos. En la segunda parte del recital cantó durante 29 minutos, incluyendo también los aplausos. Un recital en el que el solista canta menos de 45 minutos no se puede considerar precisamente como generoso.
Ofreció dos propinas. Una sorprendente Maria, de West Side Story, cantada de manera bastante plana, y finalizó con la conocida canción O signora, o Signorina, de Giuditta, también de Franz Lehar. Acompañó al piano de manera eficaz Jobst Schneiderat
La Iglesia del Carmen estaba totalmente llena de un público cálido y no especialmente entusiasmado. El recital terminaba definitivamente cuando iban a ser las 9 y media de la noche, momento en que los cielos se abrieron y descargaron una tremenda tormenta, digna del arranque del Otello verdiano que hoy podremos presenciar en el auditorio del Castillo, si es que ayer se agotó el agua en las alturas, lo que no me extrañaría.
El precio de la localidad más cara era de 60 euros, costando 30 euros la más barata.
José M. Irurzun