Recital de Xabier Anduaga y Julio Zappa en A Coruña

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Por Julián Carrillo Sanz

El recital de romanzas de zarzuela y canciones de Xabier Anduaga y Giulio Zappa ha constituido un nuevo éxito de la Programación Lírica A Coruña 2022. Es lo que cabía esperar en una ciudad que de siempre se ha volcado con la zarzuela y en la que, también de siempre, el canto se ha cultivado tanto en veteranas como en nuevas agrupaciones corales. Recital Xabier Anduaga Zappa Coruña

Giulio Zappa y Xabier Anduaga en un momento del recital en A Coruña / © Alfonso Rego
Giulio Zappa y Xabier Anduaga en un momento del recital en A Coruña / © Alfonso Rego

El triunfo era la única opción de un programa diseñado de cara a él: lleno de romanzas y canciones bien conocidas y dispuesto de tal forma que cada una de sus partes tuviera un final “hacia arriba”. Es decir, con una romanza o canción muy popular en la que el lucimiento de voz y expresión sea espectacular y a ser posible -que casi siempre lo es- acabada en un brillante agudo final. 

Lo arriba escrito, que podría parecer un juicio negativo, es tan solo el reconocimiento a la pericia necesaria para armar un programa de forma que deje un gran recuerdo a esa mayoría de espectadores, aunque sea a costa de llegar con menos profundidad a los melómanos. Y esto, que junto a las posibles propinas es básico como remate del concierto, es también fundamental justo antes del descanso para que el público lo comente durante la pausa y vuelva “calentito” a su asiento. Es decir, positivamente animado y con ganas de más música.

Y aquí hemos llegado a lo fundamental, siempre que distingamos entre triunfo y éxito. Porque no es difícil triunfar con buena voz y un programa bien estructurado; pero el verdadero éxito implica llegar a hacer sentir al oyente la emoción contenida en cada partitura. Esa especie de corriente invisible que se logra en el escenario y, como una buena salsa, se traba hasta que, ya indestructible por bien ligada, llega al último rincón del auditorio.

Y, tal cual se escribe o se lee lo anterior, esa fue parte de la esencia del concierto de Xabier Anduaga y Giulio Zappa el viernes en el Teatro Colón. «De este apacible rincón de Madrid» sirvió como buen calentamiento, no solo para la voz del cantante, sino también para los oídos de los presentes en el teatro; quedaba abierto el camino hacia el triunfo. La romanza «Alare, zorioneko lekua» y el precioso lirismo de «Yo no sé que veo en Ana Mari» -que me emocionó especialmente- encarrilaron el recital hacia el mejor de los éxitos, el basado en los más hondos sentimientos.

La voz de Anduaga es brillante de timbre; y ligera, pero llena de armónicos que la dotan de un poso de cierta densidad. Su técnica es sencillamente impecable: el paso entre los diferentes registros es imperceptible y su canto es realmente cautivador, también cuando emplea la voz de cabeza. Su interpretación (no hay buen instrumento sin un buen instrumentista) está llena de sentimientos y la mejor musicalidad. Con esto está todo dicho.

Con Giulio Zappa pasó lo habitual en un programa de estas características, que brilló más como solista que junto al tenor, transmitiendo más el sentido de la partitura. Algo más que lógico dada la diferencia entre una reducción a piano de un acompañamiento orquestal y su parte en un lied, donde el instrumento juega siempre un papel más paritario con el del cantante.

En cuanto al programa, personalmente habría preferido que la primera parte acabara con la «Flor roja« de Los gavilanes, especialmente tras escuchar su magnífica versión. Y la segunda, con la preciosa versión que hizo de «¡Maitechu mía!» con ese “murió llorando” que humedeció, seguro, más de un par de ojos (no iba a ser yo el único). 

Pero resulta que los programas tienen razones que el sentimiento individual no entiende. Como puede no entenderse bien el hecho de bisar «¡No puede ser!…» tras su maravillosa interpretación de «Aurtxoa Seaskan», que Gabriel Olaizola compuso en su exilio francés y es una de las nanas más preciosas de la historia. 

Claro que, a lo mejor, al contrario de lo que acabo de escribir en el anterior párrafo, lo que sucede es que el sentimiento tiene razones que la programación no entiende. A saber.

 


 

 A Coruña, Teatro Colón, 23 de septiembre. Xabier Anduaga, tenor. Giulio Zappa, piano. Programa: Federico Moreno Torroba, «De este apacible rincón de Madrid», de Luisa Fernanda; José Mª Usandizaga, «Alare, zorioneko lekua», de Mendi-Mendiyan; Jesús Guridi, «Yo no sé qué veo en Ana Mari», de El caserío, y «Nostalgia» (de Tres piezas breves para piano solo); Alfredo Casella, «Bolero» (de 11 pezzi infantili); José Serrano, «Te quiero, morena» (de El trust de los tenorios); Jacinto Guerrero, «Flor roja» (de Los gavilanes); Amadeo Vives, «Por el humo se sabe» (de Doña Francisquita). Segunda parte: Tomás Barrera y Rafael Calleja, «¡Adiós, Granada» (de Los emigrantes); José Mª Usandizaga, «Tamar, Tamar, razón de mi existencia» (de  La llama) y Valspara piano solo; Pablo Sorozábal, «¡No puede ser!» (de La tabernera del puerto); Francisco Alonso, «Maitechu mía»; Manuel María Ponce, Gavota para piano solo; María Grever, «Júrame»; Agustín Lara, «Granada».                                                                                        OW

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