Recital de Mariella Devia en Las Palmas: en la mejor estela de Alfredo Kraus

Recital de Mariella Devia en Las Palmas
Recital de Mariella Devia en Las Palmas

Quizás haya sido el mejor concierto de cuantos anualmente rinden homenaje al mítico Alfredo Kraus. Una consagrada figura lìrica, la soprano Mariella Devia, cantó nueve grandes escenas operísticas (siete en programa, más dos bises) haciendo perceptible su identificación con la honestidad sin trucos y el rigor estilìstico del inolvidable tenor grancanario. Voz veterana y experta, desgrana refinadamente el fraseo, resuelve las coloraturas sin mácula, vocaliza nítidamente los melismas ornamentales y emite el sobreagudo con plena seguridad y generoso fiato. El público llenó el teatro, celebrando con creciente entusiasmo cada una de las difíciles arias, no alternadas con páginas de reposo. La soprano quiso ceñirse al repertorio de Kraus, presente en formato mural al fondo del escenario y caracterizado con el vestuario de cada título. Excelente idea.

Calentando la voz, la señora Devia comenzó nada menos que con el aria de las joyas de Fausto. En la de Pescadores de perlas lució legatura sutil y espléndidos intervalos entre el centro y los picos tesiturales. Intima y tierna en el Adieu. notre petite table de Manon,deslumbró con la agilidad melismática y el alarde de alturas de Romeo y Julieta. La romanza de Marie en La fille du Regiment fue modélica en musicalidad y en los retos belcantistas de Donizetti que ocuparon toda la segunda parte del concierto. La romanza de Lucrezia Borgiaculminó en fermata espectacular y lo más comprometido, Regnava nel silenzio, de Lucia di Lammermoor, fue un alarde de cantabilidad y facultades (hasta el «mi» sobreagudo) que arrancó la ovación y el griterío en la sala

Todo el esfuerzo desplegado no fue óbice para regalar como bises el sentido Addio de La traviata y un alegre Vals de Musetta de La boheme. Dirigida por José Miguel Pérez Sierra, la Orquesta Filarmònica dio buen servicio a la soprano e intercaló con profesionalidad tres páginas instrumentales de ópera, con excelente solo del concertino en la de Werther. Alfredo Kraus, símbolo y orgullo de los canarios, y divo universal, fue recordado inmejorablemente en esta gala lírica, decimocuarta de las que le dedica su ciudad.

G. García-Alcalde