Amit no conoció a Pablo pero lo admira hasta la veneración, y si el encuentro físico era imposible, el destino tejió sus redes para producirlo. Impostergable, necesario y esencial, el sueño de Amit se cumplió. Fue en 2012, cuando el chelista Peled visitó a Marta Istomin, viuda del legendario Pablo Casals. Durante la visita, pudo tocar el chelo que había pertenecido al maestro – un Matteo Gottfriller de 1733. (ver video) Impresionada, Marta decidió encomendarle por dos años aquello que Casals llamó “su mejor y mas querido amigo”.
Pero el chelo necesitaba una restauración casi completa debido a los estragos causados por el tiempo, implicaba una decisión vital a la que la viuda accedió generosamente. Después de un año de terapia intensiva, el instrumento estuvo listo, reverdecidos sus graves portentosos, ostentando el lustroso sonido de antaño. La ocasión coincidía con el centenario del concierto de Casals en el Peabody Institute de Baltimore donde Amit tiene su cátedra. Ni corto ni perezoso, preparó el mismo programa de 1915, sustancioso y ameno, uno estructurado diríase que a la antigua – la Suite en do mayor de Bach, con sonatas de Handel y “bombones” de Fauré, Saint Saens, Bach y Beethoven sobre La Flauta mágica de Mozart – ideal para la carismática presencia del israelí, cuyo sello interpretativo es una espontaneidad y reciedumbre artística de primerísimo nivel.
La recreación de aquella velada un siglo atrás, representa la unión de dos artistas, cada uno con personalidades y estilos bien diferentes, por un mismo instrumento. Hoy aquella magia se perpetua en el chelo que Amit llama “Pablo” y que define como “un caballo salvaje que tiene su propia voz”.
Miami -por ahora- tiene la suerte de seguir figurando en la agenda de conciertos de Amit Peled. Si los cálculos no fallan será su cuarta presentación desde su debut en Sunday Afternoons of Music en la temporada 2011 y su última actuación con el Mainly Mozart Festival de 2014. Secundado por la pianista Noreen Polera, el próximo jueves 18, el íntimo espacio de la Congregational United Church de Coral Gables será el ámbito perfecto para presenciar la reunión de dos grandes amigos que aunque no llegaron a conocerse ahora están unidos gracias a “Pablo”.
Sebastian Spreng
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