El Palacio de la Ópera cerrará desde el día 15 de julio hasta el 30 de septiembre. Durante ese tiempo se llevarán a cabo las obras de mejora que venían reclamando los usuarios de las instalaciones ante un panorama de butacas rotas, camerinos obsoletos, gruesas goteras en algunas dependencias, puertas de emergencia bloqueadas con candados, instrumentos almacenados en sótanos con problemas de humedad y un deterioro general de unas instalaciones que fueron construidas hace 28 años. «Estuve en el concierto de Caetano Veloso y las partes esas de los laterales, que parece que son para mejorar la acústica, están muy sucias», comentaba uno de los espectadores que acudió al Palacio de la Ópera el pasado domingo.
Las obras de mejora de las instalaciones las llevará a cabo la empresa concesionaria, Comar, que se hizo cargo de las dependencias en 1989, cuando se abrió al público. La concesión es por un período de 50 años y dicha empresa, a su vez, ha alquilado el edificio al Consorcio para la Promoción de la Música con distintas condiciones en función de la zona que se trate. Entre las mejoras que se llevarán a cabo está el cambio de las butacas, que ofrecen un aspecto lamentable.