
Arturo Arias-Polo
aarias-polo@elnuevoherald.com
El reencuentro con una de las óperas que dirigió en los comienzos de su carrera y la oportunidad de alternar con una figura legendaria del bel canto tienen al maestro Ramón Tebar más entusiasmado que de costumbre.
Hoy sábado, el músico español se pondrá al frente de la orquesta de la Florida Grand Opera (FGO) para dirigir la reposición de La sonnambula, una de las piezas más representadas del repertorio operístico mundial, original de Vincenzo Bellini (1801-1835), que en esta ocasión subirá a la escena del Adrienne Arsht Center for the Performing Arts en un montaje de Renata Scotto.
El elenco está integrado por Rachele Gilmore, Michele Angelini, Tom Corbeil, Hye Jung Lee, Cynthia Cook, Adam Lau y Matthew Newlin.
Para Tebar, el espectáculo no sólo representa un acontecimiento cultural por tener entre sus figuras principales a un grupo formado en el Programa de Jóvenes Artistas de la FGO.
El hecho de contar con Scotto al frente de la puesta en escena llena de orgullo a la compañía. “Una de las razones del porqué acepté dirigirla fue por la posibilidad de volver a trabajar con Renata Scotto, que en 1957 debutó en el papel de Amina sustituyendo a María Callas (1923-1977) en una producción de la Scala de Milán [para el festival de Edimburgo, Escocia]”, dijo Tebar a El Nuevo Herald poco antes de iniciar un ensayo.
El titular, cuyo nombramiento como director musical de la FGO lo convirtió en el primer hispano en ocupar una posición de tan alto rango en una compañía operística de Estados Unidos, en el 2011, se siente privilegiado por “aprender de una de las grandes sonámbulas de la historia”, tras colaborar con ella en un montaje de La bohème, durante su etapa de director asistente en la Opera de Palm Beach, en el año 2007. Scotto no sólo se hizo célebre por el rol de Amina. A su exitosa trayectoria se le suman sus interpretaciones de las heroínas de Verdi y Puccini en los teatros de ópera más importantes del mundo. Su debut como directora de escena se produjo en el Metropolitan Opera de Nueva York con Madama Butterfly, en 1986.
La soprano dirigió Tosca, en el 2001 y La sonnambula, en el 2007, para la FGO.
Tebar anticipó que la ópera de Bellini tiene una puesta muy tradicional –“sin ninguna transgresión en el libreto ni nada modernizado”–, a partir de los diseños de escenografía y vestuario de Carlo Maria Diappi y la iluminación de Donald Edmund Thomas.
La sonnambula se estrenó en el Teatro Carcano de Milán, en 1831. Su argumento cuenta la historia de Amina, una joven pueblerina acusada de infidelidad por sus inexplicables andanzas nocturnas.
Al referirse a Rachele Gilmore y Michele Angelini, que interpretan por primera vez los papeles protagónicos, el director de 34 años señaló que es la pareja ideal para debutar en una ópera “en estado puro” porque el estilo de Bellini está hecho para que las voces se luzcan.
“Aquí las voces llevan la fuerza dramática [del argumento]. De ahí que la orquesta sólo tenga que apoyarlas de la manera más transparente posible y sin llamar mucho la atención, algo que resulta muy difícil”, agregó el maestro. “La genialidad de Bellini consiste en que compuso melodías muy bellas con pocas notas y orquestaciones muy sencillas”.
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