René Pape vuelve a convencer como Boris Godunov en el MET de Nueva York

Boris Godunov en el MET de Nueva York Por Carlos Javier López Sánchez

Boris Godunov es el segundo título de la temporada post-COVID en la Metropolitan Opera de Nueva York. Se trata de una producción que se vio por primera vez aquí en 2010, con un reparto también encabezado por un René Pape que por entonces estaba en lo más alto de su carrera internacional. El interés de este Boris recae pues en testar la forma con la que los conjuntos estables del MET afrontan este inicio de temporada, y también evaluar el efecto de estos 11 años en la producción escénica y en la voz del bajo alemán.

René Pape como Boris Godunov en el MET de Nueva York                                              (c) Marty Sohl – Met Opera 2021

Una producción de fondo de armario

El MET es una fábrica de hacer ópera. Y como en toda industria, la calidad del producto final depende de los procesos y de la mano de obra. Durante décadas, las dos armas secretas del MET han sido su orquesta y coro, posiblemente los más solventes de Estados Unidos, así como un enorme poder de planificación financiera y artística. Los mejores cantantes son agendados para el Lincoln Center con lustros de antelación, lo que asegura una cartelera plagada de grandes nombres de la lírica y la presencia de los más famosos divos y divas –si es que acaso existen aún–. Esta rigidez en la planificación impide que los gestores del MET puedan ser flexibles a la hora de cambiar repartos si los cantantes bajaran de nivel, aunque en última instancia su poder de convocatoria hace que las sustituciones no sean un problema para el coliseo de Manhattan.

Esta apuesta por las grandes voces y los conjuntos estables de la institución han lastrado un tanto la creación de nuevos montajes escénicos. En este aspecto se pone de relieve el conservadurismo del MET, que parece tener una política de riesgo cero en cuando a lo escénico. Este Boris Godunov es un ejemplo paradigmático. Tras su estreno en 2010, la puesta en escena de Stephen Wadsworth y Ferdinand Wögerbauer no entusiasmó ni al público ni a la prensa especializada, pero tampoco fue considerada un fracaso. El resultado fue suficiente para el MET, que sigue programándola para rentabilizar su inversión.

Lo que sorprende de estas producciones de fondo de armario, es que, siendo mejorables con pequeños ajustes de dirección escénica, conserven los mismos puntos débiles del inicio. Nos parece difícil de entender que en esta ocasión los asesores artísticos del MET no hayan intentado mejorar el tratamiento escénico del coro en este Boris. Los coristas interpretan al pueblo ruso, que en la ópera de Mussorgsky es uno de los personajes centrales. La ópera no tiene sentido si no se entiende la importancia de esta masa inculta, hambrienta, capaz tanto de la solidaridad más desprendida como de las vilezas más bajas. En la versión de Wadsworth, el pueblo ruso tiene una presencia constante pero discreta, incluso refinada en ocasiones. Esta visión alambicada de la masa le resta potencia dramática a escenas que quedan así descafeinadas, como la confrontación con los boyardos o la escena de la limosna.

Ain Anger como Pimen en Boris Godunov                                                                     (c) Marty Sohl – Met Opera 2021

La orquesta y el coro del MET se recuperan del COVID

La pandemia ha sido un duro golpe para los profesores de la orquesta y los coristas del MET. Han sido casi dos años alejados de las tablas, en los que muchos tuvieron que dejar la ciudad. Esa falta de rodaje se ha trabajado a conciencia durante el verano cuando el MET se preparaba para su reapertura, siempre incierta.

En este Boris, la orquesta no presentó su habitual ductilidad y, si bien sonó tersa y atenta a la batuta de Sebastian Weigle, se vio quizá algo lenta al gesto, no sabemos si por falta de confianza o de convicción. Tampoco brilló a la altura acostumbrada el coro que, si bien tuvo destellos de gran altura sonora, apareció deslavazado y menos preciso de lo normal. A este coro de Donald Palumbo se le pide todo, pues ha sido capaz de servir lo mejor en todo el repertorio, noche tras noche, durante décadas. Nada que nos preocupe demasiado, pues los mimbres siguen ahí, y la ilusión por recuperar el más alto nivel es palpable.

Las buenas voces vuelven al MET

Quienes se acercan al Boris Godunov del MET en este mes de octubre acuden atraídos por el aura del célebre bajo alemán René Pape. El Pape que vuelve a Nueva York es un cantante que disfruta de una envidiable madurez. A los 57 años, el cantante de Dresde conserva el timbre y el brío de un instrumento asentado sobre el pecho, que los años han enriquecido con una amable pátina de armónicos de madera. Es notorio que el sonido no es tan redondo como solía y que la proyección de la plena voz suena más empujada y muscular que antaño; pero la voz de Pape se adapta a la perfección a ese león herido que es Boris Godunov. No decepcionó tampoco René Pape en su exploración actoral del personaje, que sirvió con sabiduría y profundidad psicológica, accionando cuando corresponde la palanca de una presencia escénica arrebatadora. Sirva de ejemplo la emocionante y cuidada interpretación del solista en la escena de la despedida de Boris sobre una orquesta mágicamente nocturnal.

David Butt Philip como Grigory y Ryan Speedo Green como Varlaam                               (c) Marty Sohl – Met Opera 2021

Ver a Pape encarnar al atormentado zar ya justifica la entrada. Pero quizá lo más valioso de este Boris es el altísimo nivel de las voces secundarias. Sería tedioso detallar las virtudes de todos ellos. Baste resaltar aquí algunos detalles a modo de muestra del lustroso panorama vocal que ofrece este elenco.

El monje Pimel es la contraparte moral y dramática a Boris, y también su némesis psicológica. Hace falta por ello un cantante sólido para encarnar a un Pimen, a la altura del Godunov de Pape. El bajo estonio Ain Anger cumplió con creces su cometido. Anger, de gran estatura y afilada figura, regaló una declamación clara y una dicción precisa. La oscuridad del timbre es la que se le pide al personaje, y la línea de canto brilla gracias a un uso gracioso y artesanal del portamento. Todo ello hace de la escucha de Anger una gran experiencia lírica.

El bajo barítono Ryan Speedo Green dobla su presencia estos días en el MET. A su actuación como el Tío Paul en Fire Shut Up In My Bones (ver crítica aquí) añade este Varlaam en Boris Godunov que inspiró uno de los mayores aplausos del público del MET. La voz de Speedo Green continúa su trayectoria ascendente, con su particular campaneo metálico y la anchura apabullante del registro medio y bajo, atributos muy agradables al oído y poderosos dramáticamente. Speedo Green es uno de los productos de esa fábrica de voces del MET que es el programa Lindemann de desarrollo de jóvenes cantantes.

El personaje de Grigory fue interpretado por el tenor inglés David Butt Philip, de buena proyección, vibrato justo y sensibilidad musical. Por su parte, el tenor ucraniano Maxim Paster fue un Príncipe Shuisky avieso y punzante en su exitoso debut en el MET.

Maxim Paster como Shuisky en Godunov                                                                       (c) Marty Sohl – Met Opera 2021

Vuelven las producciones ya conocidas a la fábrica del MET, con sus defectos conocidos y sus virtudes a veces desaprovechadas. Pero también vuelve la voz y la música, que son el tuétano artístico del coliseo del Lincoln Center. La compañía sigue trabajando para recuperarse tras la pandemia, a una velocidad acaso mayor que la esperada.

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Metropolitan Opera de Nueva York, a 14 de octubre de 2021. Boris Godunov de Modest Mussorgsky  (1869), con libreto del compositor. Dirección Musical Sebastian Weigle. Orquesta y coro titulares del MET (Donald Palumbo, director). Dirección escénica: Stephen Wadsworth. Escenógrafo: Ferdinand Wögerbauer. Vestuario: Moidele Bickel. Reparto: Richard Bernstein (Nikitich), Bradley Garvin (Mitiukha), Aleksey Bogdanov (Shchelkalov), Maxim Paster (Príncipe Shuisky), René Pape (Boris Godunov), Ain Anger (Pimen), David Butt Philip (Grigory), Brenton Ryan (Missail), Ryan Speedo Green (Varlaam). Boris Godunov en el MET de Nueva York