Crítica: Gala de la Richard Tucker Music Foundation en el Carnegie Hall

Por Carlos J. López Rayward

El Carnegie Hall fue un año más el escenario de la siempre interesante gala anual de la Richard Tucker Music Foundation. El público neoyorquino fue testigo de algunas de las voces más conocidas de los Estados Unidos, muchas de ellas premiadas por la fundación y reunidas en homenaje a la mamoria del legendario Richard Tucker y su legado artístico.

Nadine Sierra y Quinn Kelsey en la Gala de la Richard Tucker Music Foundation. Foto: Dario Acosta.
Nadine Sierra y Quinn Kelsey en la Gala de la Richard Tucker Music Foundation. Foto: Dario Acosta.

La soprano Nadine Sierra, muy querida en Nueva York, abrió el programa con “Sì, mi chiamano Mimì” de La Bohème, cantada de manera lenta y paladeada. Sierra alargaba las notas finales de cada frase, capturando la esencia de la malhadada Mimí pero evitando que el aria fluyera con la música. Más tarde, su emotiva interpretación de la canción “Beautiful Dreamer” junto a su viejo amigo el pianista Bryan Wagorn y el vibrante dúo “I’ve Got Rhythm” junto a Anthony Roth Constanzo, en el que demostraron su complicidad y su vis más cómica; si bien no fue hasta que Constanzo se lanzó de un salto en brazos de Sierra que el público irrumpió en uno de los más entusiastas aplausos de la noche. La soprano fue acaso la cantante más relevante de la noche.

El barítono Quinn Kelsey ofreció una interpretación algo justa de “Eri tu” de Un Ballo in Maschera, un canto al dolor y la traición que resultó más intencionado que efectivo, no tan cómodo como de costumbre. Su timbre característico, con esa emisión cargada en las mejillas, portó una gran carga emocional, mientras que su dominio del fraseo verdiano fue sobresaliente, logrando que la tragedia se percibiera tan cerca, tan viva. En el dúo del Acto II de Rigoletto, junto a Sierra, Kelsey encarnó a un Rigoletto excelente, con un canto mucho más natural. La química entre ambos fue palpable, y su interpretación conjunta resultó uno de los puntos de mayor calidad musical de la gala.

Jamie Barton y Rachel Willis-Sørensen en la Gala de la Richard Tucker Music Foundation. Foto: Dario Acosta.
Jamie Barton y Rachel Willis-Sørensen en la Gala de la Richard Tucker Music Foundation. Foto: Dario Acosta.

Con la autoridad y presencia acostumbradas, la mezzosoprano Jamie Barton cantó con más intensidad que tino el aria de la bruja de Hansel and Gretel. Más adelante, Barton mostró una faceta contrastante al interpretar “It’s You I Like” de Jake Heggie, un sencillo pero conmovedor canto de honesta ternura, donde mostró su cercanía con el público en un género inhabitual. Lo más interesante de su aparición en la gala vino con el dúo “Mira, o Norma” con Rachel Willis-Sørensen; sus voces, parecidas en color, resaltaron la hermandad de los personajes, y desarrollaron frases de gran belleza y musicalidad.

Rachel Willis-Sørensen se atrevió con “Casta Diva” de Bellini, deleitando al auditorio con un timbre oscuro y mate, un sonido ancho y con estuche arriba. La línea resulta, no obstante, poco belcantista, más bien pesada y aparatosa en las agilidades. Willis-Sørensen tiene trabajo por delante para dominar por completo su bello instrumento.

J´Nai Bridges en la Gala de la Richard Tucker Music Foundation. Foto: Dario Acosta.
J´Nai Bridges en la Gala de la Richard Tucker Music Foundation. Foto: Dario Acosta.

La mezzo J’Nai Bridges interpretó “O ma lyre immortelle” con una nobleza y fuerza dramática que conmovieron profundamente a pesar de su sonido hueco y sin cuerpo. En “My Man’s Gone Now” su voz cargada de emotividad consiguió emocionar al público. Por su parte, la soprano Elena Villalón trajo un toque de coquetería y encanto juvenil con la gavota de Manon, donde su voz clara y flexible, aunque de discreto tamaño, fluyó con gracia.

Michael Fabiano, se presentó cogeando en el Carnegi Hall tras sufrir un percance en su estreno en Il Trovatore del Met. Con su interpretación de “Phydilé” de Duparc, se adentró en los misterios de la introspección y la poesía francesa. Fabiano, con un canto algo disminuido, capturó la esencia de esta melodía melancólica, logrando momentos de íntima conexión con la audiencia.

El contratenor Anthony Roth Costanzo fue el cantante más sólido de la gala. Con un canto limpio, jalonado de notas de etérea belleza, aportó misticismo y una impactante destreza técnica con “Stille Amare” de Tolomeo de Handel. Inmenso en los recitativos, donde fue capaz de dejar al público sin aliento, Costanzo revolucionó al Carnegie interpretando simultaneamente las voces del conde y Susana del duo “Se a caso Madama” de las Bodas de Fígaro de Mozart. El artista fue interrumpido hasta en tres ocasiones mientras pasaba de una tesitura a otra con asombrosa facilidad.

Gala de la Richard Tucker Music Foundation. Foto: Dario Acosta.
Gala de la Richard Tucker Music Foundation. Foto: Dario Acosta.

El joven tenor lírico-ligero Anthony León aportó ternura con “Una furtiva lagrima”, donde su voz joven y clara capturó el anhelo y la esperanza de Nemorino. León pareció más centrado en el canto que en la música, asegurádose los ataques, lo que restó profundidad al aria. En la romanza “No puede ser”, mostró una energía apasionada algo impostada, con un cuidado lirismo y buenas maneras. Muy aplaudido por el público, León tiene los mimbres para cuajar una carrera relevante.

Ryan Speedo Green cantó “Deh viene alla finestra” con enorme mimo, acariciando la melodía y demostrando su madurez artística. En “Deep River”, su oscura voz de bajo hizo olvidar todo lo demás y convirtió la sala en un espacio de serena paz.

No podemos olvidarnos de Angel Blue, quien con “America the Beautiful” a cappella fusionada con “Lady of the Harbor” de Hoiby. En un momento de tensión politica para los Estados Unidos, Blue rindió homenaje a la esperanza y la libertad, evocando imágenes de una América diversa y abierta. La voz de Blue parece haber perdido cierta tersura el agudo para ganar hechuras en la zona media. En este repertorio la soprano no pudo brillar tanto como era de esperar.

Angel Blue y Bryan Wagorn en la Gala de la Richard Tucker Music Foundation. Foto: Dario Acosta.
Angel Blue y Bryan Wagorn en la Gala de la Richard Tucker Music Foundation. Foto: Dario Acosta.

La Gala de la Richard Tucker Music Foundation ya no tiene el empaque de ediciones anteriores, pero sigue siendo un homenaje a la voz humana como material artístico, y un emocionado recuerdo al legado el tenor americano. Fue una noche en que el Carnegie Hall fue el paisaje sobre el que vimos desfilar sentimientos universales, recordándonos que la ópera sigue viva como reflejo del alma humana, y como la más sublime de las celebraciones.

OW


Carnegie Hall de Nueva York, 27 de octubre de 2024. Gala lírica de la Fundación Richard Tucker.

Solistas: Nadine Sierra, Quinn Kelsey, Jamie Barton, Rachel Willis-Sørensen, Michael Fabiano, Elena Villalón, Anthony Costanzo, J’Nai Bridges, Anthony Leon, Ryan Speedo Green, Angel Blue. Pianistas: Bryan Wagorn, Howard Watkins.