Romeo et Juliette en Austin Opera

Romeo et Juliette en Austin Opera. Foto: Lynn Lane
Romeo et Juliette en Austin Opera. Foto: Lynn Lane

Romeo et Giuliette en Austin Opera se presenta como una versión de gran calidad gracias principalmente al director de escena Doug Scholz-Carlson y al maestro Richard Buckley.

La Austin Opera ofreció dentro de la presente temporada su primer montaje de la opera Roméo et Juliette de Charles Gounod. A pesar de ser una compañía de ópera joven, con apenas 29 años de existencia, y de situarse en Texas donde sus vecinos de Dallas y de Houston cuentan ambas con largas tradiciones y mayores recursos económicos; ya se ha forjado un lugar dentro del mapa operístico estadounidense particularmente por su variada e interesante elección de títulos en sus temporadas, que ha incluido, por ejemplo a: Lady Macbeth de Mtsensk de Shostakovich, Elektra de Strauss, o el estreno americano de la ópera Waiting for the Barbarians de Phillip Glass. Texas es quizás uno de las provincias estadunidenses que cuenta con la mayor cantidad de teatros de ópera, ya que además de los ya mencionados incluye los de San Antonio, Forth Worth, Amarillo, El Paso etc. El director de escena Doug Scholz-Carlson, quien además de su trabajo en ópera es el director artístico del recocido Great River Shakespeare Festival de teatro en Minnesota, entendió que la obra Romeo et Juliette en Austin Opera debía presentarse como marca la tradición y concibió una puesta escénica reminiscente al Globe Theatre de Shakespeare, diseñada por Eric Fielding, y en un ambiente renacentista, en el centro de un palacio que rodeaba el escenario transcurrió con fluidez la función, y las escenas y ambientes cambiaban con tan solo mover algunos elementos (balcones, columnas, escaleras, mausoleos). Los vestuarios fueron apropiados a la época, sin embargo la palidez de sus colores deslucieron visualmente. En ese sentido poco ayudo la iluminación cuya tendencia fue a crear una escena sombría y oscura. Scholz-Carlson, realizó una dirección puntual y detallada, sobre todo en los momentos más íntimos, con personajes humanos que expresaban emociones y sentimientos, pasión, alegría y simpatía. Tanto sus coreografías como los duelos tuvieron un sentido de pertinencia en su visión global de la obra.

Romeo et Juliette en Austin Opera
Romeo et Juliette en Austin Opera. Foto: Lynn Lane

Muy satisfactoria fue la parte vocal que contó con la presencia de dos jóvenes valores norteamericanos que tuvieron compatibilidad vocal y escénica, como el tenor Stephen Costello cuya voz de cálida tonalidad oscura sonó apropiada para el papel de Romeo, y su  juventud y atrevimiento escénico hicieron que su personaje fuera creíble. Por su parte, la soprano canadiense Joyce El-Khoury fue un deleite en el papel de Juliette. Su jovialidad, belleza y carisma escénico aunado a una brillante tonalidad vocal, elegancia en el fraseo y la dicción francesa la hicieron ser uno de los focos de atención en la velada.  Se agradece que el resto del elenco haya cumplido de manera correcta en sus intervenciones, nunca el nivel de los protagonistas, pero no desmerecieron para hacer una entretenida función. En todo caso, si alguna mención se debe hacer, esta correspondería al bajo Peter Volpe, como Frère Laurent y a la mezzosoprano Ellie Jarrett como Stephano por su segura actuación y cualidades vocales. El coro se mostro solido y participativo en escena y la orquesta, bajo la mano segura y entusiasta de su experimentado director Richard Buckley se escuchó dinámica, balanceada, y con una destacable sección de metales. Éxito para este Romeo et Giuliette en Austin Opera

Ramón Jacques