Sabina Puértolas e Ismael Jordi en el Otoño Lírico de Vigo: Canto a raudales

Sabina Puértolas e Ismael Jordi en el Otoño Lírico de Vigo  Por Joaquín Gómez

Lastrado por las restricciones covid para el ámbito cultural y, aún en mayor medida, por las pírricas subvenciones adjudicadas desde la administración autonómica, provincial y local a la Asociación de Amigos de la Ópera de Vigo, el pasado viernes, 17 de septiembre, daba comienzo una nueva edición del Otoño Lírico organizado por la histórica entidad olívica. Con estos condicionantes la AAOV se veía obligada por segundo año consecutivo a prescindir de las tradicionales representaciones operísticas, confeccionando un festival que, bajo la divisa “Voces para un otoño”, reuniese distintos recitales, amén de sus habituales proyecciones y conferencias, en esta ocasión centradas en las efemérides de Pauline Viardot, Franco Corelli y Enrico Caruso.

Sabina Puértolas e Ismael Jordi en el Otoño Lírico de Vigo 2021

Para el primer acto del reencuentro anual con la ópera en la ciudad gallega se contó con la presencia de la soprano Sabina Puértolas y del tenor Ismael Jordi, acompañados por el pianista vizcaíno Rubén Fernández Aguirre; un trío artístico de reconocido prestigio dentro del actual panorama lírico nacional. Las sólidas expectativas artísticas se articularon en base a un programa de inteligente diseño que presentó dos arias y un dúo, respectivamente, de cuatro títulos referenciales como Roméo et Juliette de Gounod, Manon de Massenet, Lucia di Lammermoor de Donizetti y Doña Francisquita de Amadeo Vives. Con el amparo de esta atractiva armazón, los intérpretes lograron una velada memorable y no sólo por el resultado musical. Desde el comienzo del recital se pudo advertir la huida del consuetudinario encorsetamiento de la fórmula del recital canoro gracias a la complicidad de los tres protagonistas: ágiles transiciones entre los fragmentos, movilidad escénica, interacción, espontaneidad gestual e, incluso, inesperadas aportaciones vocales desde el propio piano.

Pocos recordaban el fugaz paso por el teatro vigués de Puértolas hace casi dos décadas, constituyendo este recital su bautizo efectivo ante el público local. La soprano navarroaragonesa se encuentra en el momento dulce de una rica trayectoria que ya acumula éxitos en grandes templos operísticos internacionales, y así se hizo notar. Es la suya la voz de una lírico-ligera perfectamente proyectada, agudo firme y especial redondez en su registro central. Unos mimbres que fueron manejados con desparpajo, elegancia y versatilidad dramática sobre el escenario del García Barbón. Gustó mucho su visión de la voluble Manon, pero aún más su “Canción del ruiseñor” en una versión que rehuyó el superficial (y tan manido) ejercicio de mera agilidad en el que tantas sopranos incurren.

Sabina Puértolas e Ismael Jordi en el Otoño Lírico de Vigo 2021, acompañados por el pianista Rubén Fernández Aguirre.

A la espera de su aplazado debut en el Met neoyorquino, Ismael Jordi confirmó la extraordinaria impresión causada apenas un año antes. El jerezano se movió como pez en el agua en sus cuatro arias, con una permanente demostración de buen gusto, regulación de dinámicas, musicalidad y excelente fraseo. Sabida es su buena disposición para el repertorio francés, interpretado con primorosa dicción, pero sus encarnaciones de Edgardo y Fernando, ya en la segunda parte, fueron todavía más logradas, si cabe. Su gesto hacia lo alto tras la romanza “Por el humo se sabe”, en clara alusión a su maestro Alfredo Kraus, dejan entrever el modelo seguido y el porqué de muchas de las virtudes del tenor andaluz.

Si ambos artistas destacaron en el plano individual, no menos lo hicieron en los dúos, que evidenciaron además la química existente en escena y a la que contribuyó de modo decidido  Fernández Aguirre. Su, por momentos, marcada gestualidad sobre el teclado no resta un ápice de mérito al reputado acompañante, permanentemente al servicio del discurso vocal y sabiendo hacer brillar y cantar al instrumento en los momentos precisos. El público, que llenaba prácticamente el aforo permitido en la sala, supo verlo así, recibiendo con bravos y numerosos aplausos todo el transcurso de la gala; ovaciones que fueron recompensadas con hasta cuatro bises: dos canciones inéditas de Emilio Arrieta, el dúo de El gato montés de Penella y el popular tema “Teño saudade” de Andrés do Barro.

Este nuevo éxito en lo artístico se ve empañado, desgraciadamente, por la ceguera cultural que hacia la capital de las rías baixas emanan los distintos organismos públicos. Ni un solo representante de sus diferentes departamentos de cultura tuvo a bien asistir al arranque del festival olívico. ¿Será acaso por el incómodo rubor que debe producirle al Secretario de Cultura de la Xunta de Galicia, Anxo Lorenzo, destinar a la ópera en Vigo apenas el diez por ciento de los doscientos mil € adjudicados a la vecina ciudad herculina? ¿Será acaso que el desinterés de la presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva y la escasa contribución del alcalde Abel Caballero al Otoño Lírico es inversamente proporcional al despreocupado y raudo despilfarro que no dudan en adjudicar a eventos culturales más populistas y de mayor rédito político? Malos tiempos para la lírica, como decía Germán Copinni, pero es que en esta ciudad “xa abonda”. Sabina Puértolas e Ismael Jordi en el Otoño Lírico de Vigo