Samson et Dalila en el Palau de les Arts de Valencia

Samson et Dalila en el Palau de les Arts de Valencia
Samson et Dalila en el Palau de les Arts de Valencia

El nuevo año comienza en Valencia a nivel operístico con ópera francesa, Samson et Dalila de Camile SaintSaens bajo la dirección escénica de La Fura dels Baus, la musical del nuevo director titular Roberto Abbado, y en las magníficas voces en los roles titulares de Gregory Kunde y Varduhi Abrahamyan. Un éxito por ciertos aspectos de la producción original de la Ópera de Roma

La ópera francesa no es uno de los repertorios más programados en los teatros de ópera de ahí que se agradezca que se vaya incorporando a los mismos de una manera habitual y con títulos tan poco conocidos como el Benvenuto Cellini de Berlioz que se pudo ver en el Liceu o este Samson magnífico del Palau de Les Arts o Les Troyans que se programó hace cinco años en este mismo coliseo del Turia con los mismos artífices de La Fura dels Baus.

Carlos Padrisa es el encargado de firmar esta producción procedente de la Ópera de Roma con quien el intendente Livermore tiene una relación bastante próxima y que ha permitido traer esta producción que ha levantado cierta polémica no sin razón entre el público asistente.

Samson y Dalila es una ópera que nació en la mente del compositor como oratorio o drama sacro pero que acabó siendo una ópera en tres actos gracias al ingenio de Ferdinand Lemaire que convirtió un relato del «Libro de los Jueces» del Antiguo Testamento en una ópera con dos pueblos enfrentados, israelitas y filisteos, dos fes en lucha, Jehová y Dagón, dos sentimientos en tensión, amor y deseo, sensualidad y espiritualidad,…esto es lo que al bien pensante público de París de la décda de los setenta del s.XIX no acabó de entender provocando el estreno de la ópera en Weimar gracias a la mediación de Liszt y no en Francia como hubiera sido lo normal.

En su inmensidad Oriente y la sensualidad siempre han ido ligadas en el imaginario artístico europeo, odaliscas, cortesanas, harenes, sacerdotisas, … han inspirado pintores, escultores y músicos para obras inmortales. Algunos ejemplos y sobretodo en el repertorio francés han dado lugar a obras magníficas como Pescadores de perlas, Thais, Lakmé y la reina de la sensualidad Dalila que nos ocupa.

Varduhi Abrahamyan fue una Dalila que supo aunar sensualidad y frialdad, emoción y manipulación a partes iguales con un instrumento privilegiado, timbre cálido y redondo, un registro sin físuras tímbricas ni cambios violentos, agudos fáciles y graves poderosos, excepto cuando la orqeusta se desboca en volumen como sucedió en el último acto. Sus dos arias del primer y del segundo acto poseyeron la belleza de una partitura cargada de erotismo sin concesiones a la galeria, sin excesos gratuitos consiguiendo climax musicales que vencieron el estatismo de una obra sin apenas acción dramática

La innovación y actualización en la ópera es un tema recurrente y a la vez una obligación con lo que la discusión no está en el QUÉ sino en el CÓMO.

La opción de Padrisa para este Samson ha remarcado los “códigos” como símbolos de la diferencia, la tecnología y la violencia como vestuario de estas tensiones de la obra de Saint Saens.

Si los judios aparecen con las cabezas cubiertas con el típico talit enriquecido con códigos de barras, por su parte los filisteos están revestidos de códigos QR. No sabemos que hay detrás de estos códigos pero sí que nos remiten a un significado escondido, u oculto que sólo los poseedores de la tecnología pueden averiguar y esa tecnología es tal vez la divinidad para Padrisa que convierte la bacanal del último acto en una sesión iniciatica de sadismo sexual y bondage, con un aborto inducido en pleno escenario para leer los designios del dios filisteo. Esta parte junto con la destrucción infantil del templo fue donde más cojeó una producción por lo demás bastante interesante en imágenes pero demasiado estática en concepto dramatúrgico.

Samson et Dalila en el Palau de les Arts de Valencia
Samson et Dalila en el Palau de les Arts de Valencia

Gregory Kunde interpretó un Samson valiente y generoso musicalmente dentro de las pocas posibilidades de movilidad que le ha permitido el accidente sucedido durante los ensayos y que ha obligado a la dirección escénica a adaptar los movimientos marcados a plataformas móviles y arneses para mover al tenor como si de un muñeco articulado se tratase. Una solución adecuada ante un desgraciado incidente.

Samson con una estética de Hulk supo ofrecer una paleta expresiva a modo de círculo cerrado, desde el recitativo inicial arengando a su pueblo cual heroe bíblico y representante de Jehová que acabó de la misma manera pidiendo la ayuda para destruir el templo filisteo con una fuerza vocal dosificada y siempre pletórica en todos los registros hasta los momentos más líricos e íntimos en los dúos con Dalila o sobretodo su recitativo con coro del último acto “Vois ma misère, hélas! vois ma détresse!” ejemplo de fraseo y musicalidad. El bajo Jihoon Kim fue un gran Viejo Hebreo consiguiendo con una voz verdaderamente atronadora la suavidad y religiosidad que su gran aria “Ils nous frappait dans sa colère” pide, y a pesar de la incongruencia de vestirlo como un bonzo que se va a autoinmolar y que al final no lo hace…fue uno de los momentos con más fuerza de la producción. No así se puede hablar de Sumo Sacerdote de André Heyboer con un instrumento con problemas de proyección y un tanto histriónico en su interpretación escénica. Correctos los dos filisteos de David Fruci y Javier Galán, así como Emmanuel Faraldo y Alejandro López en sus respectivos papeles de mensajero y Abimélech. Roberto Abbado en su presentación como nuevo director del Palau de Les Arts ofreció una versión cuidada y matizada de la partitura, acompañando a solistas en esa música que más que sonar perfuma la escena. Supo sacar todo lo mejor de los efectivos de la casa tanto a nivel de orquesta como sobretodo del coro que en este título tienen un gran protagonismo en su doble vertiente de judios y filisteos. Abbado supo dosificar las fuerzas para llegar al tercer acto y ofrecer una bacanal in crecendo hasta el paroxismo que unicamente pecó de seguir en una dinámica excesiva para acompañar a los cantantes en este último cuadro poniendo en peligro la proyección de los mismos. Nuevamente hay que felicitar al coro por conseguir ese sonido a la vez tan brillante y empastado tanto en los fortísimos como en los impreceptibles susurros con que se abre esta ópera. E igualmente remarcar la calidad y equilibrio de la orquesta que nuevamente y a pesar de todos los problemas de este teatro no ha bajado su prestación de calidad. A pesar de los excesos y gratuidades de la dirección escénica en algunos momentos este Sanson muestra nuevas posibilidades, que no lecturas de un drama romántico veterotestamentario de los más sensuales del repertorio. Aprovechamos estas lineas para felicitat al maestro Domingo que celebrará su 75 aniversario dirigiendo la función de esta producción en Valencia el día 20 de enero. Por muchos y musicales felices años más Maestro!!! 

Nicolás Piquero