Sergio Bernal, El cisne y Beyoncé

Sergio Bernal, El cisne y Beyoncé Por Cristina Marinero

Teatros del Canal. 29 de octubre.   Sin lugar a dudas, el solo El cisne confirma su calidad y proyección como pieza coreográfica en el montaje SER, presentación de Sergio Bernal Dance Company en Madrid. Fue prácticamente el colofón a este espectáculo de danza de una hora que codirigen su intérprete y su coreógrafo, Bernal y Ricardo Cue, después de llevar más de una década colaborando en la proyección del bailarín como estrella internacional.

Fue realizado por Ricardo Cue hace dos décadas, sobre la partitura de Camille Saint-Saëns que siempre asociamos con Anna Pavlova y la icónica pieza que creó para ella Mikhail Fokine, La muerte del cisne (1905). Sergio Bernal comenzó a bailarlo en galas internacionales hace poco –junto con Farruca, de El sombrero de tres picos, ballet compuesto por Falla, en versión coreográfica de Antonio Ruiz soler- y confirmaba con él su calidad como intérprete. Ex primer bailarín del Ballet Nacional de España, representa lo que en la tradición de la danza en nuestro país ha sido denominado el “bailarín de todo rango”, indicando la dualidad como artista de ballet clásico y de danza española habitual durante los pasados siglos. En esta línea, Sergio Bernal protagonizará en noviembre el neoclásico ballet Apollo (1928), de George Balanchine e Igor Stravinsky, invitado por la Compañía Nacional de Danza.

Foto: Graham Spicer Sergio Bernal, El cisne y Beyoncé
Sergio Bernal en un momento de «El Cisne»  / Foto: Graham Spicer Sergio Bernal, El cisne y Beyoncé

SER se inicia de forma espectacular con el solo de Bernal, Obertura, sobre música de Coetus en la percusión del grupo FlameN’co Marching. Esta pieza se une a la siguiente escena, que da nombre al espectáculo, sobre el tema de Beyoncé The Bzzzz Drumline, para el que aparece en el fondo, sobre gradas, la banda de viento y se suma a los tambores y bombos que permanecen en escena con Bernal y los bailarines Alba Dusmet y Aitor Hernández, también profesionales de Danza Española. La iluminación tipo concierto de música rock –Freddy Gerlache es maestro en esa estética y también en los claroscuros de muchas de las restantes piezas- y lo impactante de ver (y escuchar) tantos músicos al unísono con el tono elevado de trompetas y trombones, emociona.

Todo es de inspiración directa de la puesta en escena que, para este The Bzzzz Drumline, ha hecho la diva de la música en sus macro conciertos. La figura imponente del bailarín y su vestuario con chaqueta de lentejuelas contribuyen al glamour que nos llevó a pensar que estábamos ante una revitalización de la Danza Española –especialidad de Sergio Bernal-, con lazos que recuerdan a aquellos años de gloria de Joaquín Cortés, quien también optó por una estética de concierto y a epatar con la iluminación, el sonido muy alto y fórmulas estéticas de la moda y el firmamento de las estrellas de la música pop, reyes de la puesta en escena espectacular (y popular) hoy en día.

Y lo cierto es que SER tiene un principio, Obertura + SER, y un final, El cisne, de altura, en los que Sergio Bernal es la estrella que aclaman en las galas internacionales. Si se relaja en el medio es algo en lo que sus responsables pueden trabajar para elevarlo. Nos preguntamos si el camino que le permitirá afianzarse al bailarín en la coreografía está en las fórmulas de movimiento expresivas del ballet contemporáneo, disciplina en la que hay intérpretes muy especializados y coreografías muy sólidas en otros países y compañías. O si no es más lógico, por el contrario, trabajar e investigar sobre el movimiento y actitudes propios de la Danza Española, lo que domina, y que es lo que Bernal y sus colaboradores tienen de “diferente” del resto de bailarines del mundo, para hacer desde ahí la distinción deseada y mostrarse en varios registros. Bien con la “marcha” de Beyoncé o con su más íntimo Jealous, la bella canción de Labrinth que interpreta para un lírico Bernal el pianista y cantante Anton, quien también interviene al final con el rítmico Alors on Danse, de Stromae. Solos, dúos o tríos -como los que le unió a Dusmet y Hernández, y con Aida Gómez, quien también bailó su Adalí– con el objetivo de ofrecer un mundo personal, pero con su auténtico adn de movimiento.

El producto final apunta muy alto y lo celebramos. Como también que haya mecenas, como lo son para SER, Naomi Jacquin e Íñigo Sagardoy, que apoyen la danza española y a la Sergio Bernal Dance Company, porque no es habitual encontrarlos hoy en día para este arte. El público estuvo entregado y aplaudió el estreno de la Sergio Bernal Dance Company como lo hacemos nosotros.