Sexo, mentiras…¿canibalismo? Una nueva ópera lo tiene todo. Londres

Por Michael Roddy

El mismo título, «Written On Skin» («Escrito en la piel»), llama la atención como el sonido de las uñas sobre una pizarra.

Si a eso se le añaden sexo, mentiras, traición y lo que podría o no ser canibalismo, pero desde luego no es el hígado encebollado de tu madre, no es extraño que el estreno esta semana en Londres de la nueva ópera del compositor George Benjamin y el dramaturgo Martin Crimp en Covent Garden sea muy esperado.

«Desde que tenía nueve años he querido escribir una gran ópera», comentó a Reuters Benjamin, que el año pasado cumplió 52, en una entrevista conjunta con Crimp tras un ensayo para el estreno del viernes.

«Es una nueva puerta maravillosa que se ha abierto», dijo Crimp, de 57 años, que tiene una larga experiencia teatral pero sólo ha trabajado con Benjamin en esta ópera y una obra más breve de dos personajes.

Y qué ópera.

Basada en un cuento francés del siglo XII, «Written on Skin» es el clásico triángulo amoroso, pero con un giro macabro: la esposa que se enamora de un joven -un ilustrador de pergaminos que da uno de sus significados al título- se come sin saberlo el corazón cocinado de su amante, que le ofrece el marido celoso.

Cuando se entera de lo que acaba de comer, dice a su marido, el Protector, que ella saboreará el sabor toda su vida antes de hacer un gesto dramático.

Todo esto se produce con música de fondo ofrecida por una orquesta convencional, pero también una armónica de cristal, cencerros, una viola da gamba y mandolinas, de la que se ha dicho tiene un «refinamiento casi alucinatorio».

El estreno mundial en el festival francés de Aix-en-Provence el año pasado, así como las representaciones en Ámsterdam y Toulouse con casi el mismo reparto, recibieron críticas muy positivas rara vez asociadas con la música nueva, y menos la nueva ópera.

«La historia en sí misma está empapada de erotismo y representar eso musicalmente, y muy directamente en el escenario, fue un reto que no había tenido antes», dijo Benjamin. «Igualmente, parte de la historia es de una violencia muy cruel, y una vez más representarlo en términos de música de escena, es algo que nunca había tenido que hacer».

Sin embargo, los dos autores creen que lo que ocurre en su obra no es canibalismo, porque la mujer no sabe lo que está comiendo, y el marido, que lo sabe, no come.

Para Crimp, el mensaje es sobre la violencia, la violencia omnipresente de la vida en la Europa del siglo XII pero que sigue manteniéndose durante los años, especialmente hacia las mujeres, algo que dijo queda subrayado por la escenificación de la directora Katie Mitchell.

«Definitivamente tiene una relevancia, y yo diría que uno de las principales aspectos, viendo la obra y la producción de Katie Mitchell, es sobre el control de las mujeres, el control de la sexualidad femenino y eso, creo, es un tema que no desaparece».