El pianista Pierre Delignies ha grabado un disco para el sello Orpheus en el que nos presenta un conjunto de piezas para piano sólo de dos de los titanes del piano ruso como son Serguey Rachmaninoff y Alexander Scriabin.
El C.D. sobre estos dos compositores nos ofrece un conjunto de seis piezas, conformado por un estudio y cinco preludios, de Rachmaninoff y nueve pequeñas piezas de Scriabin, además de un interesante arreglo del propio intérprete de la canción Morgen! perteneciente a las Cuatro Canciones op. 27 Nº 4 de Richard Strauss.
El disco se inicia con las piezas de Rachmaninoff, un autor que siempre constituye un reto para cualquier pianista y cuya música, muy personal, con influencias del Romanticismo tardío, llena de virtuosismo y con el aire ruso presente habitualmente es muy bien interpretada por Delignies. Seguro y solvente en su ejecución, el pianista demuestra su eficacia en todo momento, destacando su buenhacer en pasajes complejos como el Prleudio op. 23 nº 2 en Si bemol mayor, donde las rápidas escalas y la melodía a base de acordes es tocada con una total seguridad. Igualmente eficaz es la ejecución de los cambios dinámicos de este conjunto de piezas, en las que, a base de crescendos, diminuendos y agógica, Rachmaninoff crea una enorme musicalidad muy bien transmitida por la expresiva interpretación de Delignies. El lirismo, la energía, el virtuosismo y la expresividad que pide esta música obliga a un trabajo serio como el que demuestra haber realizado este joven pianista, capaz de evocar la atmósfera melancólica y recogida de estas obras.
En esa línea de expresividad, de evocación melancólica, como bien señala el propio título del C.D., continúa el segundo bloque de piezas que nos presenta algunas pequeñas obras de otro de los titanes del piano ruso como fue A. Scriabin. La personalidad especial de la música de este compositor se refleja bien en las obras propuestas por Delignies, las cuales, a pesar de su breve extensión, dejan muy clara la capacidad del músico ruso para evocar nostalgia, melancolía y lirismo, transmitir fuerza, intimismo, agitación y, sin duda, un aire misterioso considerable. Todos estos rasgos conforman un estilo de composición característico que convierten con justicia a Scriabin en uno de los grandes del piano ruso. Los cuatro fragmentos seleccionados de los Estudios op. 8, los Dos Poemas op. 32, las Dos piezas op.57 y la Danza Guirlandes evidencian los rasgos mencionados anteriormente. Pero para lograr esas sensaciones implícitas en la música de Scriabin es necesario realizar un estudio profundo de la misma; en este sentido, el trabajo realizado por Delignies es plenamente satisfactorio, sabiendo interpretar una música que hay que entender bien para hacerla funcionar. Muy del agrado del firmante han sido las Dos piezas op. 57 y la Danza Guirlandes, pequeñas obras que requieren del pianista capacidad para crear misterio mediante las notas ejecutadas.
El C.D. se cierra, curiosamente, con una obra que no tiene nada que ver con Rusia ya que es un arreglo para piano realizado por Delignies de la pieza Morgen!, perteneciente a las Cuatro Canciones op.27 nº 4 de Richard Strauss; se trata de una bellísima pieza cuya hermosa melodía, llena de lirismo, de sentimiento y de la melancolía presente en todo el C.D., es muy bien recreada por Delignies, de nuevo expresivo e íntimo en una interpretación que no pierde la magia creada por el compositor alemán en la original. Esta pieza pone la guinda a un C.D. en el que la música de dos de los grandes titanes del piano ruso es muy bien interpretada por Pierre Delginies.
Emilio Lacárcel Vílchez