S. Orfila, A. Gandía, P. Corujo y C. Fidalgo. Piano: Antonio Pons
Iglesia de Sant’ Eulalia.
Las voces de tres tenores, Antonio Gandía, Pancho Corujo y Carlos Fidalgo junto con la del bajo-barítono Simón Orfila se unieron por una buena causa en uno de los lugares más atractivos de Menorca: Alaior. El concierto organizado por Simón Orfila, enmarcado dentro de las festividades Sant Llorenç a beneficio de la Asociación Española contra el Cáncer de Menorca, celebró su XVI edición siendo ya una de las citas más importantes de la ciudad por la que han pasado cantantes de la talla de: Aquiles Machado, Elisabetta Fiorillo, Carmela Remigio, Jose Bros, Mariola Cantarero, Nicola Ulivieri, Stefano Palatchi, Mario Cassi, Jose Luis Sola, David Alegret, Jose Manuel Zapata, Laura Giordano, Ángel Odena, Josep Fadó, Begoña Alberdi, Itxaro Mentxaca y un largo etcétera.
Con un programa conformado por las arias más conocidas de óperas como Tosca, Rigoletto, Ernani o Turandot junto con éxitos zarzuelísticos y música popular, los cuatro cantantes de excepción hicieron alarde de sus virtudes vocales acompañados en todo momento por el pianista Antonio Pons.
Inició el concierto el tenor Antonio Gandía, que vive uno de los mejores momentos vocales, mostrando un canto brillante, seguro y facilidad en el agudo. Deleitó al público con “Il lamento di Federico” de L’Arlesiana, que cantaba por primera vez en concierto, y se metió al público en el bolsillo al cambiar la letra de la zarzuela Luisa Fernanda homenajeando a la ciudad de Alaior, sustituyendo la palabra Madrid por la localidad menorquina (“De este apacible rincón de Alaior”) Uno de los tenores de la cantera canaria que forma un trío de ases junto a Celso Albelo y Jorge de León, es sin duda Pancho Corujo que, a pesar de estar ensayando la ópera Roméo et Juliette en el Festival L’Arena di Verona, no faltó a la cita. El joven tenor motivó las carcajadas del público al salir antes de tiempo cuando no le tocaba, pero cuando llegó el momento triunfó con un canto equilibrado, cauto y a la vez expresivo.
Debido a una enfermedad, el tenor David Alegret, programado en un principio para el concierto, no pudo asistir al mismo, sustituyéndole en el último momento el cantante leonés Carlos Fidalgo. Sensibilidad y emoción sostuvieron el canto de este tenor en las páginas de “E lucevan le stelle” de Tosca y “Raquel” de El huésped del Sevillano. El punto álgido llegó con la aparición de Simón Orfila que fue recibido con una gran ovación a la que correspondió entregándose en cuerpo y alma. Exhibió calidad vocal y poderío mostrando una voz sonora de amplio registro en todas sus intervenciones, especialmente en el aria “Infelice” de Ernani.
Tanto el final de la primera parte como la segunda se coronaron con las cuatro voces en obras como “Torna a Surriento”, “O sole mio”, “Funiculi, Funicula” o “Granada”, cosechando grandes aplausos y bravos que desembocaron en bises: “La donna è mobile” (Verdi) cantada por los tres tenores, la canción menorquina “Sa balada d’en Lucas” (Ortega Monasterio) interpretada por Orfila y finalmente el famoso Brindis de La Traviata (Verdi) que fue acompañado por los aplausos de más de 800 personas emocionadas. Sin duda, un concierto para recordar.
Isabel Imaz