Teresa Berganza: «Necesito oler el escenario»

 

Teresa Berganza: «Necesito oler el escenario»

 

La mezzosoprano Teresa Berganza se siente tan llena de vitalidad como cuando comenzó. Perfeccionista hasta la médula, la cantante entiende la música «como una religión», que no solo se siente con el oído sino «con todos los sentidos», hasta el punto de que antes de actuar necesita salir a «oler el escenario».

 

«Los olores tienen mucho que ver con la música. Hacen falta todos los sentidos, no solo el oído: yo a Mozart le huelo», ha asegurado muy seria Berganza (Madrid, 16 de marzo de 1933), que ha sido la protagonista de un conferencia en la Fundación Juan March de Madrid sobre su trayectoria y que en apenas un mes tendrá un homenaje «por todo lo alto» en el Teatro Real con motivo de su 80 cumpleaños.

En más de medio siglo sobre el escenario -56 años-, sus cuerdas vocales han formado parte de «Carmen», «Don Giovanni«, «Las bodas de Fígaro» y las más insignes composiciones de ópera en teatros como la Scalla de Milán, la Ópera de París o el Teatro Real, y acumula méritos como ser la primera mujer en ser elegida miembro de la Real Academia de Bellas Artes y galardones como el Príncipe de Asturias de las Artes y el Premio Nacional de Música.

A pesar de ser una de las cantantes españolas de ópera con más proyección internacional y con más presencia sobre el escenario, Berganza cree que «no ha sido profeta» en España, porque no ha sido «mediática».

En cambio destinaba sus esfuerzos a mejorar su voz, un instrumento por el que ha hecho «muchos sacrificios» y que ha cuidado «hasta la obsesión»: «He amado tanto el canto y la música que sentía que no podía desperdiciar mis sonidos, (por ejemplo) en una conversación en una cena por la noche», ha explicado la cantante.

Tampoco ha salido «nunca» a cantar cuando ha sentido que no iba a hacerlo «al cien por cien». Esta tarde lo ha demostrado y, a pesar de las peticiones de los congregados, no ha querido cantar: «Hoy no estoy, hoy suspendería, no he hecho mis vocalizaciones todavía», ha sentenciado ante las súplicas de sus seguidores.

Y es que Berganza está empeñada en darse al público «de verdad», porque es «lo que se merece», porque concibe su trabajo, el canto, como «un acto de amor».

Entrevistada por el periodista Antonio San José en la cita de esta tarde, la mezzosoprano ha contado mil y una anécdotas y sacrificios de su vida profesional, cargada de humor e ironía, pero tampoco ha olvidado dedicar unas palabras para los directores «modernos», que actualizan textos clásicos.

«Me parece una falta de respeto enorme lo que están haciendo con las óperas. Me dirán que soy una antigua: me da igual, yo he estudiado música toda mi vida», ha argumentado la cantante, que ha puesto como ejemplo una reciente versión de «Carmen» en la que dos personajes vestían bikini y otros dos eran travestis.

«No hay derecho. Una obra de arte no se toca. Que los autores contemporáneos escriban obras y los saquen a todos en pelotas si quieren, pero no puedo permitir que ni a Mozart, ni a Puccini ni a Rossini ni a ningún otro se le toque», ha añadido la cantante.

Por suerte, esos directores no la han llamado nunca: «Como soy la oveja negra de la ópera, que dice estas cosas… Pero mira, a mí ellos tampoco me gustan», ha concluido sin pelos en la lengua.