The Butterfly Effect, cromáticas mariposas

The Butterfly Effect
The Butterfly Effect

Tras su anterior trabajo dedicado a Schubert y Ligeti, la pianista Noelia Rodiles presenta en Eudora The Butterfly Effect, su segundo recital discográfico grabado en la sala Mozart del Auditorio de Zaragoza en el que incluye tres piezas de compositores románticos, Robert Schumann, Felix Mendelssohn y de nuevo Franz Schubert, que han inspirado libremente otras tantas obras contemporáneas de destacados creadores españoles como Jesús Rueda, David del Puerto y Joan Magrané. El título del álbum proviene de la Sonata nº 5 del primero, subtitulada “el efecto mariposa” siguiendo el célebre proverbio chino, pues como el aleteo de la mariposa percibido a otro lado del mundo, la intención que aquí se persigue es la de mostrar el efecto que produce la música del pasado en la del presente.

Lo cierto es que las partituras románticas conviven en natural armonía con las piezas actuales, pues así lo consigue la pianista asturiana por medio de la afinidad que demuestra en ambas esferas estilísticas. Rodiles es capaz de captar y traducir con esmerado trazo toda la frescura y el encanto melódicos de una sucesión de danzas como es Papillons op. 2 de Schumann, el universo expresivo de las sinceras y emotivas Lieder ohne Worte (Canciones sin palabras) op. 30 de Mendelssohn y la sencillez mozartiana del Adagio en sol mayor de Schubert en lecturas enteramente idiomáticas, con un proverbial manejo de los planos dinámicos. Su refinado pianismo fluye con naturalidad en estas pequeñas piezas a través de un discurso cantabile y arrebatador que recrea toda la ensoñación romántica.

Son muy diferentes y personales los paralelismos que cada uno de los tres compositores españoles ha querido establecer en sus respectivas creaciones con las obras que les sirven de modelo inspirador, y en ellas Noelia Rodiles se introduce con una elocuencia interpretativa que permite comprobar en toda su magnitud la enjundia y el interés creativo que despiertan. Están atravesadas de cambiantes atmósferas o ambientes sonoros y atienden tanto a la exigencia virtuosística como al juego tímbrico. La tripartita sonata de Jesús Rueda cohabita junto a los Seis caprichos sin título de David del Puerto -espejos poliédricos que evocan el carácter introspectivo o agitado de las seis romanzas de Mendelssohn- y la más experimental en el plano armónico y del color instrumental, Dues peces per a piano del compositor menos veterano, Joan Magrané, que cierra este trabajo donde las mariposas aletean sin cesar en las manos de una intérprete que en todos sus proyectos logra alcanzar la coexistencia pacífica entre el gran repertorio y la más rabiosa, y no por ello menos estimable, creación actual.

Germán García Tomás