Two Boys. Metropolitan Opera de Nueva York

La Metropolitan Opera de Nueva York, dio esta noche un giro a su temporada con el estreno de «Two Boys», de Nico Muhly, una obra contemporánea que trata un tema tan actual como el acoso sexual en internet, que además en esta ocasión es homosexual.

Así, después de la polémica en la que el Metropolitan sufrió el mes pasado reproches de tolerancia con la homofobia por estrenar temporada con «Eugene Onegin», con la diva lírica Anna Netrebko y el director Valery Gergiev, quienes habían apoyado al presidente ruso, Vladimir Putin, en su última campaña electoral, cambia ahora de tono con una obra de temática y elenco totalmente diferente.

La ópera, capaz de hacer que la audiencia aumente su interés mientras se desarrolla y desenvuelve el argumento, refleja una relación compleja y oscura entre dos adolescentes a través de internet, siempre con un decorado sobrio pero que refleja la esencia de la obra y en un contexto actual, la ciudad de Londres en pleno siglo XXI.

Aunque esta ópera pueda parecer que es distinta a cualquier otra, como explica a Efe el compositor, el estadounidense Nico Muhly, en realidad detrás de una temática actual «se sigue manteniendo la estructura de las óperas clásicas».

«El mecanismo fundamental que mueve la pieza, como pasa en la mayoría de los clásicos y el teatro, versa sobre el descubrimiento de una persona que finalmente no es lo que parece ser», subraya Muhly, quien a sus 32 años es el compositor más joven que estrena una ópera en la historia del Metropolitan.

El centro del argumento de «Two Boys», elaborado por el libretista Craig Lucas, gira alrededor de internet, el «lugar perfecto» donde las personas pueden «pretender ser lo que no son», según explica el compositor.

Según Muhly, lo único que distingue a «Two Boys» de otras óperas, además de la temática, es que se intenta que lo que se cuenta sea creíble.

Mientras que en las óperas clásicas «simplemente» se vestía a los personajes en función a su papel, en este caso se ha intentado que toda la pieza sea verosímil «que el espectador se crea lo que ve», añade.

Además, para el compositor, el hecho de que el argumento central sea una historia amorosa de dos hombres y no de una pareja heterosexual es un «claro indicativo» de que desde hace un tiempo, entre cinco o seis décadas, las óperas también pueden permitirse contar otro tipo de historias.

«La ópera ha sido contada muchas veces por hombres homosexuales, pero es ahora cuando esas historias por fin pueden ser contadas», advierte.

«Two Boys» conjuga dos historias poco usuales que la hacen si cabe más interesante: un proceso policial en el que una detective busca pruebas para conocer un caso de una violencia sin sentido y la escenificación de vidas misteriosas y solitarias en internet.

La obra, que fue estrenada a nivel mundial en 2011 en la English National Opera de Londres, sigue la estructura característica de las novelas policiales y para descubrir la intriga que rodea la investigación es necesario recurrir al «oscuro mundo de internet», recalca el compositor.

«Mi ópera es diferente porque te enseña dos mundos e infinitos espacios. Con esta obra no sólo conoces el curso de la vida en la ciudad, también te enseña el tipo de relaciones íntimas que se pueden crear entre dos personas en internet», subraya.

Añade que la obra muestra que no hay «límites» ni en las relaciones personales, ni en un mundo físico que con internet «se extiende y prolonga sin fin».

Por esa razón, concluye Muhly, la obra es capaz de transmitir el «sentimiento de enormidad» y la «urgencia por saber qué ocurre» en una trama en la que se rompe el tiempo y el espacio y apenas hay transiciones.

La acogida muy favorable del público, tras un final inesperado, muestra que esta apuesta ha salido bien para el Met.